inicia sesión o regístrate.
Luego del partido futbolístico jugado en el estadio "Plinio Zabala", donde Talleres perdió por 2 a 1 ante San Francisco Bancario, hubo serios incidentes dentro y fuera de la cancha. Tras terminar el partido, el público local del sector popular arrojó cascotes de cemento y piedras al campo de juego, con el fin de herir o lastimar a los futbolistas visitantes y también a la policía.
Probablemente esa acción de los hinchas de Talleres fue el resultado de la provocación de algunos jugadores y plantel del elenco visitante, que saboreaban la victoria en el mismo campo de juego del "Plinio Zabala". De todos modos nada puede justificar la violencia, ni la demencia por lo que se arrojaban piedras al azar en el estadio.
Ante esa actitud, el importante operativo policial montado, que estaba a cargo de Unidad Regional Seis de esta ciudad, comenzó a reprimir, con balas de goma y gases lacrimógenos, para que la gente de la cabecera sur del estadio comenzara a desocupar a desocupar el lugar, en las afueras y adyacencias del reducto, se escuchaban más detonaciones y corridas por parte de la policía.
A los pocos minutos en una remisería, que está ubicada en la esquina de Libano y Paraguay, según declaraciones de la familia dueña de ese domicilio, los uniformados procedieron a romper la puerta e ingresaron por la fuerza a ese domicilio, con el fin de detener a cuatro hinchas que fueron vistos ingresar al lugar.
Importante operativo
Fue un importante operativo con la presencia de más de 20 policías en ese domicilio, varias patrullas y la presencia de Caballería, Seccional Nº 21 y de la Infantería local, los cuales procedieron a demorar a dos menores y dos adultos, que estaban en el interior de esa propiedad.
Ese accionar de la Policía fue repudiado por los dueños del domicilio, quienes expresaron por las redes sociales la bronca, quienes aseguraron que además en el exceso hubo balas de goma y hasta gas lacrimógeno en su hogar.
Gisel Caro es hija del dueño de esa casa, quien dijo en las redes "rompieron la puerta de mi casa, sin ningún motivo, estando toda mi familia adentro, mi papá, su mujer, mi hermanito de cuatro años, mi hermana, mi novio y yo. Patearon la puerta y metieron gas lacrimógeno por debajo de la puerta. Es esta clase de lacra que cobra miles de pesos por nada, estos desgraciados que apenas tienen la secundaria, apenas saben leer y expresarse correctamente. Lo que buscaban eran a dos menores de edad que no estaban implicados en los hechos y a dos mayores, que son amigos nuestros, que solo cuidaban los bombos, con los que van a alentar al expreso cada vez que juega".
x