A la hora de encarar una obra, si queremos alcanzar el éxito, debemos asegurarnos de construir unos cimientos tan sólidos que puedan resistir eficientemente la estructura. Utilizaremos los mejores materiales y mano de obra especializada. Este precepto puede aplicarse en un sinnúmero de iniciativas y sin duda fue el criterio que movilizó hace cuatro décadas a un grupo de empresarios que, encabezados por Roberto Romero, apostaron fuerte a la creación de El Tribuno de Jujuy.
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A la hora de encarar una obra, si queremos alcanzar el éxito, debemos asegurarnos de construir unos cimientos tan sólidos que puedan resistir eficientemente la estructura. Utilizaremos los mejores materiales y mano de obra especializada. Este precepto puede aplicarse en un sinnúmero de iniciativas y sin duda fue el criterio que movilizó hace cuatro décadas a un grupo de empresarios que, encabezados por Roberto Romero, apostaron fuerte a la creación de El Tribuno de Jujuy.
Los pioneros resignaron más de una vez sus aspiraciones económicas porque la prioridad pasaba por posicionar al diario.
El contexto era adverso. Había que competir con un medio que estaba consolidado en la sociedad jujeña. En aquel momento se contabilizaban varios intentos de proyectos editoriales que terminaron en el fracaso. Este escenario tan poco alentador no hizo más que motivar a los promotores de la iniciativa y sobre todo al personal a tomar este proyecto como una cruzada. Así fue que los pioneros comenzaron a trabajar sin descanso en la construcción de los cimientos del diario que, tenían la plena seguridad, estaba condenado al éxito. Y cuando hablo de pioneros me refiero a los periodistas, fotógrafos, personal administrativo y de distribución que dieron lo mejor de sí en esta empresa que como decía tuvo mucho de cruzada.
Sin duda, a El Tribuno de Jujuy lo hicieron grande sus trabajadores, aquellos que debieron afrontar situaciones muy difíciles, resignando más de una vez sus aspiraciones económicas porque la prioridad pasaba por posicionar al diario.
Entre ellos, surge la imagen de Brunilda Figueroa Revol "La Tusca", la pionera que mantuvo su compromiso con su "hijo" de papel hasta 2007 cuando partió a otras dimensiones a escribir nuevas historias con esa pluma inconfundible. Ella junto a Pedro Ballatore, el amor de su vida, fue la primera corresponsal del diario en la ciudad de Palpalá, a la que arribó desde Córdoba a finales de los cincuenta, también como pionera para cronicar la historia del acero en la ciudad donde el 11 de octubre de 1945 nació la siderurgia nacional.
ALDO VICTOR ÁBALOS
Mientras tanto, en la Redacción que funcionaba en una casona de la calle Belgrano al 600, periodistas de la talla de Fernando Paz, Luis Wayar, Ricardo Martínez y Fernando Marcos, entre otros, bajo la dirección de Emma Bárcena de Gronda, ponían su impronta a cada edición. En fotografía, Ramón Fernández acompañaba con extraordinarias imágenes y ganaba un premio en un concurso nacional por una memorable toma de una competencia ciclística.
Ya en los noventa, la Puna sumó al diario a uno de sus hijos dilectos. Aldo Víctor Ábalos llegaba para darles voz a los habitantes de la región que ocupa tres cuartos del territorio provincial.
Al igual que "La Tusca", Aldo honró las páginas del diario con sus aportes hasta el último día de su vida.
Los pioneros se impusieron hacer grande a El Tribuno de Jujuy. La mayoría pudo ver concretado este sueño, pero no aquel del edificio propio que recién se cristalizó en 2014.
Quienes continuamos su obra, hoy celebramos cuarenta años de este matutino que es el producto de la suma de voluntades de un grupo de personas que aman lo que hacen.