La comunidad de la capilla Virgen de Fátima, que forma parte de la jurisdicción de la parroquia San Pedro y San Pablo, inició ayer los festejos patronales.
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La comunidad de la capilla Virgen de Fátima, que forma parte de la jurisdicción de la parroquia San Pedro y San Pablo, inició ayer los festejos patronales.
Durante la misa dominical, oficiada por el padre Miguel David Aciar Díaz, se realizó la entronización de la santa imagen.
Mientras que el rezo de la novena comenzará mañana y se extenderá hasta el 12.
A diario la invitación es a las 19 en el templo ubicado en Alberro y Sucre del barrio Alberdi, en el sur capitalino. La única excepción será el domingo 9 en que se mantendrá el horario de las 9.30.
La fiesta central se cumplirá el jueves 13 de mayo, a las 19, en el campito de la capilla.
La advocación
El 13 de mayo la Iglesia recuerda la primera de las apariciones de la Virgen de Fátima a los tres pastorcitos: Lucía, Francisco y Jacinta, ocurrida en Cova da Iria (Portugal) en 1917.
Les dijo que regresaría durante los próximos seis meses todos los días 13. También reveló a los niños, en la segunda aparición, que Francisco y Jacinta morirían pronto y que Lucía sobreviviría para dar testimonio.
Día de la Santa Cruz
Hoy 3 de mayo se celebra la fiesta de la Santa Cruz -en referencia a la cruz de madera donde murió Jesús de Nazareth- porque en esa fecha pero del año 326 se encontró la sagrada reliquia. Según refiere el historiador Eusebio de Cesaréa (263-339), la víspera de una batalla contra Majencio, el emperador Constantino I “el Grande” (272-337) tuvo un sueño en el que se le apareció una cruz luminosa y escuchó una voz que le decía: “Con este signo vencerás”. Triunfó y mandó que terminara la persecución de los cristianos.
En Jujuy hoy se celebrarán las patronales en Uquía y Tres Cruces festeja su fundación.
Trabajemos para dar frutos de amor y permanencia
MIGUEL DAVID ACIAR DÍAZ *BFrutiger 45 párroco de San Pedro y San Pablo
“Den fruto...así serán mis discípulos”, San Juan 15,1-8.P
Querida comunidad:
Para los que traemos en nuestras raíces la historia de las tierras vitivinícolas -como en mi caso-, el pasaje evangélico del domingo nos resulta familiar y nos remite a nuestros vínculos esenciales. Siguiendo la imagen de la vid y los sarmientos, Jesús se identifica con la savia que corre toda la planta; y que hace que el verdor de las hojas, que visibilizan y trasparentan toda la raíz y el tronco de la vid, preconicen frutos, que aporta en la vida cristiana luz, alegría, creatividad y fuerzas para vivir como él. Es la relación profunda, necesaria y fundante entre lo que se ve y lo más importante que sustenta y mantiene la expresión cristiana. Y para fortalecer y renovar este proceso es importante examinar y observar atentamente para saber podar a tiempo, procurando así la seguridad de una nueva y abundante producción. La poda hace que en los frutos tome fuerza lo bueno.
Se poda lo seco y los chupones, lo que desgasta. Por los sarmientos secos no corre la savia. Podar es clarificar, eliminar los factores de muerte, para que el sarmiento sea más auténtico y más libre. Esta transformación la realiza el Padre para que el cristiano y la comunidad asimilen mejor la vida de Jesús y toda la potencialidad que otorga su amor, como necesita el sarmiento de la savia para dar frutos.
Transitar esta pandemia nos está dando la posibilidad de virar el rumbo como sociedad, permitirnos reconstruirla desde los frutos de solidaridad, respeto y empatía, que nos encontraron mejor dispuestos al comienzo de esta crisis sanitaria; pero que en estos últimos meses la implementación de la vacuna pareciera haber llegado para que volvamos a ser y hacer lo mismo: actitudes de egoísmo, exceso de poder y autoritarismos. ¿Es que el bien común no es prioridad para la población mundial? Hemos estado conteniendo la respiración para no contagiarnos, y esto nos hizo reflexionar sobre la vulnerabilidad de nuestras vidas y el miedo a la muerte, y ahora qué... ¿todo se olvidó? Trabajemos para dar frutos concretos de amor y de permanencia, con una vida coherente. Con mi oración y bendición. P. Miguel David +