Pese a que desde el inicio de la pandemia no se han hecho relevamientos para determinar estadísticas sobre la obesidad infantil en Jujuy, se pueden hacer estimaciones basadas en el aislamiento por el Covid y fundamentalmente en la caída económica que llevó a una alimentación más monótona.
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Pese a que desde el inicio de la pandemia no se han hecho relevamientos para determinar estadísticas sobre la obesidad infantil en Jujuy, se pueden hacer estimaciones basadas en el aislamiento por el Covid y fundamentalmente en la caída económica que llevó a una alimentación más monótona.
El Ministerio de Salud de Jujuy cuenta con un departamento de Telenutrición. Para consultas ingresar a http://salud.jujuy.gob.ar/
Ante las proyecciones que se avisoran, la nutricionista Evelyn Pereyra, coordinadora provincial de telemedicina en APS y colaboradora en el programa nacional de Enfermedades Crónicas, expresó su preocupación ante los índices que se obtendrán una vez que se retomen los controles de Salud Escolar.
"Algo que se vio mucho antes de la pandemia es que era tremenda la incidencia de hígado graso en niños en etapa escolar de 6 y de 11 años.
Según un estimativo realizado, de 10 niños con sobrepeso u obesidad, 3 tenían hígado graso en grado 1 y 2 y algún otro índice elevado como colesterol o triglicéridos. Si eso fue antes de la pandemia, no me quiero imaginar con qué valores nos vamos a encontrar cuando Salud Escolar empiece a hacer los pedidos de laboratorio nuevamente tras casi dos años de encierro", exclamó.
No es un dato menor que también en tiempos prepandemia se haya detectado también "chicos con hipotiroidismo en edades tempranas y con diabetes tipo II".
El flagelo del sobrepeso y la obesidad en los niños en edad escolar se agravó con el cierre de las escuelas, clubes y de toda actividad extracurricular, situación que ha llevado a que los niños estén encerrados frente a cualquier dispositivo que los mantiene sentados, ansiosos, nerviosos y aumentando en ellos el rango de picoteo por esa ansiedad. Además, los valores también han aumentado considerablemente por el consumo de alimentos refinados, ultraprocesados ante la crisis económica.
El impacto en la salud
El sobrepeso y la obesidad en los niños causan comorbilidades y aumentan el riesgo de padecer diabetes y de ser un niño hipertenso, el riesgo de tener insulino-resistencia, colesterol o triglicéridos elevados.
"Particularmente el hígado graso es una cuestión de obesidad central, es decir cuando aumenta el perímetro de cintura, y empieza a acumularse grasa en la panza", explicó la nutricionista. Y agregó que el hígado graso no necesariamente puede ser alcohólico, sino que también puede ser medicamentoso, por sedentarismo o por obesidad. Pero de cualquier manera es sabido que la actividad física y la alimentación juegan un rol fundamental para que esta enfermedad no avance.
Estiman 30% más de obesidad
En Jujuy durante 2018 se realizó la encuesta nacional de factores de riesgo en el que a nivel nacional se observó que había una prevalencia de sobrepeso y obesidad por autoreporte de un 61,6% a expensas de la obesidad con un 40% y un 21,6% de sobrepeso. "En Jujuy nos vimos con un número por encima de la media de 68,2%, siendo 64,7% para las mujeres y 71,7% para los varones.
Y a esto, sin exagerar, ahora se le tiene que sumar por lo menos un 30% tras estar prácticamente dos años encerrados", cerró.
¿Sobrepeso u obesidad?
Para determinar cuándo un niño tiene sobrepeso y cuándo obesidad, la nutricionista Evelyn Pereyra explicó que se calcula a través de las tablas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) con las que se calcula en percentilos.
Explicó que el percentil 50 denota una mediana óptima de acuerdo a la edad y la talla. Desde ese punto hacia abajo, y puntualmente posicionándose por debajo de 10, es desnutrición. Y desde el percentil 50 pero hacia arriba, específicamente entre 90 y 97, es sobrepeso y arriba de 97, obesidad. “Pero este es un cálculo que debe hacerse con el niño estando presente.
Midiendo y pesándolo, sacando los cálculos correspondientes y comparando los resultados con la tabla”, explicó a fin de que los padres pueden saber correctamente cuál es el estado de salud de sus hijos haciendo las consultas médicas pertinentes. En el caso de los adultos el sobrepeso y la obesidad se calcula a través del Índice de Masa Corporal (IMC), que de 25 a 35 ya marca sobrepeso. Es importante también realizarse controles.
¿Por qué se dan a tan corta edad?
Se trata de la sobrealimentación. La nutricionista explicó que hasta el día de hoy en Jujuy sigue muy arraigada la idea que “niño gordo, niño sano”. Indicó que una de las principales causas de que el niño sea obeso en edades tempranas es la alimentación complementaria antes de tiempo. Es decir, “la lactancia materna es la primera alimentación pura y exclusiva que debe tener el niño hasta los 6 meses de edad”. Sin embargo, ocurre que los “padres empiezan a poner jugos y gaseosas en las mamaderas y le dan una probadita de lo que están comiendo porque creen que desean. Pero el chico no desea lo que no conoce. Lo único que hace es imitar el movimiento masticatorio que realizan los adultos”, explicó.
Hay otras causas para el sobrepeso y la obesidad. “Los chicos prematuros tienen una alta probabilidad de ser niños obesos. También los niños que nacen con bajo peso (menor a 2 kilos y medio), ya que después el crecimiento compensatorio que tienen es muy fuerte. También las madres diabéticas tienen niños macrosómicos (por encima de los 3 kilos y medio) que los lleva a desarrollar sobrepeso u obesidad en edades tempranas. Por eso lo ideal es la planificación familiar para que la madre pueda hacerse todos los estudios para ver en qué situación se encuentra su salud”, cerró.
La palabra dieta en los niños no existe
“En casos de sobrepeso, lo primero que se escucha en el consultorio es que los padres dejan de darles la cena y cortan la leche a los chicos”, indicó Evelyn Pereyra. Sobre esta situación enseñó que “el organismo necesita de combustible para funcionar y más en edad de crecimiento avanzado como lo es la primera infancia. Entonces, si al niño le damos desayuno, almuerzo, merienda y ya no le damos cena el cuerpo entra en ‘modo ahorro’. Es decir que se va a arreglar hasta el otro día con las reservas que tenga.
Ese ‘modo ahorro’ es el famoso ‘efecto rebote’ ya que cuando le incorporemos la primera comida al niño lo que el cuerpo va a hacer es tomar toda esa comida por si llega a haber algún otro período de carencia. Entonces nunca hay que quitarles a los niños los alimentos sino que hay que aprender a distribuirlos, a combinarlos y crearles el hábito. La palabra dieta en los niños no existe”, sentenció.
“Nunca hay que dejar de darles variedades de alimentos a los niños. Siempre, aunque sea en un cuarto del plato tienen que tener verduras aunque no las coma pero es fundamental que las vea y que entienda que forman parte de la alimentación habitual de la casa” dijo e insistió “las dietas en los niños no van, hay que hacer planes de alimentación adecuados a cada situación particular y económica de la casa”.