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"Los chicos de las generaciones de hoy van a vivir menos que nosotros"

Licenciado especialista en Infancia, promotor de la vida activa y saludable. El profesor, consultor e investigador advierte que la Argentina tiene el mayor índice de obesidad infantil de Sudamérica. En el mes de mayo de 2018 presentó Dino-Saurus, un libro sobre obesidad infantil que ofrece sugerencias a los padres para abordar esta enfermedad. Por consultas en su Instagram @serfarinelli.
Sabado, 04 de septiembre de 2021 01:08

¿Cuál es la situación de la Argentina en cuanto a obesidad infantil?

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¿Cuál es la situación de la Argentina en cuanto a obesidad infantil?

Argentina tiene el mayor índice de obesidad infantil de Sudamérica seguida por Chile, Perú y Colombia.

Argentina encabeza el ranking. Para tener una idea más gráfica de la situación hay que saber que en el rango de edad de 2 a 5 años, 1 de cada 5 niños es obeso. Siendo esta la franja de mayor índice de obesidad infantil debido a que es durante esa edad cuando más se generan los "des-hábitos" como el consumo de tecnología a edad temprana, de comida chatarra, postrecitos y gaseosas. La ingesta de todos estos productos deriva en que los índices se den a temprana edad, repercutiendo aproximadamente a los 10 años.

En el caso de Perú, entre los 2, 5 y hasta 8 años, 1 de cada 8 chicos es obeso. Por su parte, Chile ha tenido un índice mayor en la última década y ahora ha bajado. La tendencia es que 1,8 de cada 10 niños presenta obesidad. Ellos han hecho un buen trabajo pero siguen con tendencia alta porque la tecnología ha influido y el marketing ha sido decisivo en países que tienen un estándar mayor de vida.

¿Cuál era la tendencia anterior a la de 1 cada 5 chicos?

Este crecimiento no sólo se dio en los infantes sino que bajó la edad. Antes podíamos hablar de 1 o 2 obesos de cada 10 chicos pero en edades de entre 10 a 14 años. Hoy se trasladó de una edad de preadolescencia a una infancia casi plena.

¿Cuándo se dio este salto? ¿Durante la pandemia?

No. En la última década el índice no para de crecer, la alimentación ha cambiado mucho. La comida rápida aceleró el proceso en casa, la familia dejó de comer la comida elaborada (comida de olla) y la reemplazó por el fast food (comida rápida) y todo eso creció en los últimos diez años. Tenemos que volver a cocinar en casa, a las sopas y a las carnes blancas y aunque es una realidad que los productos se han encarecido terriblemente también es cierto que es doblemente caro el precio que pagamos en el delivery, ya que nos alimentamos mal y gastamos mucha plata.

¿De qué estudio surgieron estos datos?

Estos estudios se hacen a nivel nacional. En el caso de Argentina son varias las organizaciones no gubernamentales que los hacen. Y en mi caso, junto a las personas con las que trabajamos canalizamos, chequeamos y acompañamos ese tipo de información en el sentido que también nosotros la procesamos, si bien con muestras mucho más chicas, tenemos una proyección de que son esos valores.

El Ministerio de Salud reportó estudios pero no son recientes porque a nivel gubernamental todavía no están tratando de forma profunda la obesidad que es lo que buscamos impulsar, que se tome como una cuestión de Estado.

¿Cómo se relaciona el uso de la tecnología con la obesidad infantil?

Lo que hacemos es que a temprana edad, a los 2 años aproximadamente, les damos a los niños un dispositivo móvil que por lo general es una tablet y es a través de los jueguitos que usan que les aparecen publicidades infantiles con estrategias de marketing específicas que les muestran postres y bebidas gaseosas y todo ese tipo de cosas que atraen a los chicos. Además el consumo de pantallas genera una ansiedad emocional que se transmite al hábito de comer y a lo que se responde inmediatamente con algo dulce o algo salado. Toda esa carga que hacemos en un nene o nena de sólo 2 años de edad de productos con alto contenido en grasas, sales y azúcares es el camino de inicio porque es en esa instancia cuando vamos formando el paladar de los chicos y los sabores.

Aunque el niño vea la publicidad en la tablet mucho tiene que ver el adulto que es quien compra estos productos para que los consuma...

Exacto. Son niños que su crecimiento y su desarrollo dependen de los adultos. Hoy los hábitos cambiaron y así como nosotros dependemos del celular nosotros creemos que los chicos a temprana edad ya necesitan estar inmersos en el mundo digital y no es así.

Un bebé reconoce una marca a partir de los 6 o 7 meses de edad, a través de colores, sonidos y detalles atractivos, y después a todo ese reconocimiento lo traslada cuando lo llevamos al supermercado.

Ante la obesidad algunos padres empiezan a restringir alimentos o a implementar dietas...

Restringir no está bien. Hay que crear hábitos saludables y entender que se puede comer mejor y que nos podemos sentir mejor. Un punto importante es comer en familia, o por lo menos los fines de semana estar todos juntos en la mesa y dejar de lado la tecnología y empezar a ordenar los tiempos en casa. Porque la obesidad en sí es un asunto familiar porque somos los adultos los que llevamos tecnología a los chicos y una mala alimentación.

¿Considera que desde Nación deberían tomarse medidas específicas para abordar la obesidad infantil pospandemia?

Sí, es urgente. En una charla con diferentes médicos especialistas de distintos lugares planteamos que la obesidad tiene que ser agenda de Estado porque los chicos de las generaciones que nacen hoy van a vivir menos que nosotros.

Porque a los 10 o 12 años tienen enfermedades de adultos como problemas óseos, obesidad, cardiológicos y diabetes.

¿Ya se están detectando enfermedades como diabetes en los chicos?

Sí. Diabetes y ni hablar los problemas motrices y respiratorios relacionados a la obesidad. Es que cuando empiezan a comer son prácticamente bebés y cuando llegan a los 13 años los chicos ya llevan 10 años de una mala alimentación y de un consumo extremo de pantallas y cero actividad física.

Si prestamos atención no hay publicidad del Estado que hable de obesidad infantil ni de obesidad adulta, pero sí de obras públicas y de vacunación, entre otras cosas.

¿Cuán urgente es la situación por la que está atravesando la Argentina en este momento?

En el caso de la obesidad infantil es tremendo. Habría que hacer un relevamiento en todo el país por la pandemia ya que los números son alarmantes porque no sólo no baja el índice sino que sigue creciendo y lo que sí baja es la edad. Cada vez a más temprana edad tenemos obesidad infantil. Es una cuestión de Estado y de agenda ya!

Ya de por sí se ven falencias con los adultos mayores, adolescentes y ni hablar de la primera infancia. La ausencia del Estado en la primera infancia es bastante grande y llamativa. Es un dato a tener en cuenta. Y esto pasa en todos los gobiernos. La Argentina no toma a la obesidad como una cuestión de Estado pero sin embargo la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya la consideraba hace una década atrás como una pandemia y aquí todavía estamos hablando de la Ley de etiquetado frontal.