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29 de Abril,  Jujuy, Argentina
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"Siempre hice cine desde Jujuy"

El cineasta jujeño más reconocido a nivel internacional, que llegó hasta los premios Oscar, recibió ayer en Buenos Aires, el premio Trayectoria del Fondo Nacional de las Artes. No podía haber habido mejor pretexto para conversar con semejante figura, que acarrea una larga lista de premios internacionales por su prolífera producción.
Jueves, 16 de noviembre de 2023 00:05

El Fondo Nacional de las Artes concretó la 60º edición de los Premio Trayectoria, que se estrenaron en 1963 con el reconocimiento a Jorge Luis Borges. A partir de ese momento se reconocieron figuras nacionales de gran trascendencia.

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El Fondo Nacional de las Artes concretó la 60º edición de los Premio Trayectoria, que se estrenaron en 1963 con el reconocimiento a Jorge Luis Borges. A partir de ese momento se reconocieron figuras nacionales de gran trascendencia.

Pereira es creador de innumerables filmes documentales y otros tantos de ficción, que siempre estuvieron anclados en la cultura, la historia, y los personajes de su Jujuy natal.

Curiosamente de la larga lista de premios y reconocimientos, sólo un par son argentinos, ninguno es provincial, y sí fue reconocido a nivel ciudad con el Premio San Salvador en ediciones anteriores.

Es sin dudas el cineasta más prolífero, trascendente y el único en su momento de nuestra provincia. Participó en la creación del Festival Internacional de Cine de las Alturas cuando la iniciativa fue municipal.

Debería ser referente y maestro de las nuevas generaciones estudiosas del cine en Jujuy, que son numerosas gracias a la creación de la Escuela Nacional de Experimentación Cinematográfica (Enerc), que tiene aquí la sede NOA. Pero su nombre no es tan mencionado en las currículas y en los equipos de asesoramiento.

Cursó sus estudios de cine en Buenos Aires y en la Universidad de Minnesota (Estados Unidos) y posteriormente en The London International Film School (Inglaterra) de donde se graduó en 1982. Al regresar a la Argentina, su primer largometraje, "La deuda interna", obtuvo una consagración internacional inusitada, sobre todo para un creador del interior del país. Fue el filme que representó a nuestro país en la edición de 1989 de los Premios Oscar a la Mejor Película Extranjera. Y obtuvo, además, una decena de premios internacionales.

A este boom, le siguió el de "La última siembra", otro trabajo que brilló en la filmografía nacional y recorrió festivales.

Fue director del Festival internacional de Cine de Mar del Plata durante cinco años, y desde el 2016 y hasta comienzos del 2020, fue presidente del Directorio de Radio y Televisión Argentina.

Conversamos con el creador sobre su historia.

¿Qué provocó en tu camino profesional el boom de "La deuda interna", siendo de tus primeras producciones?

Eso fue como ganar el campeonato mundial en tu primera pelea. Entonces tenés que salir a defender el título en la segunda. Pero fíjate que al toque nomás ya hice "La última siembra" (que también fue un éxito). Pero lo que a mí me desmorona un poco, es haber vuelto a la Argentina, porque mientras yo estaba en el exterior y conseguía dinero, yo filmaba. Yo me podría haber quedado en Inglaterra (donde vivió muchos años) y hacer mi carrera afuera, pero yo quería hacerla aquí. Toda mi filmografía es de Jujuy, no filmé ni una película que no sea en la provincia. Yo pretendía emparentar mi figura de jujeño para empezar a lograr una presencia más federal del cine. Era un bicho raro acá por querer hacer cine en Jujuy. Ahora es más común porque está la escuela de cine, pero todavía no han salido muchas figuras relevantes del interior, como en su momento fue el caso de Lucrecia Martel de Salta, y el mío.

Hoy estamos atravesados por los medios audiovisuales, pero casi cuarenta años atrás, Jujuy no entendió el significado de haber tenido una película como "La deuda" que fue representando a la Argentina en los Oscar, y de todas formas tuve que andar tocando puertas para conseguir estar ahí. Me dijeron que había que hacer lobby, que una campaña salía 100.000 dólares. Había que conseguir publicistas en Los Ángeles, etc. Y lo que conseguí de la provincia, fueron 2.000 dólares, con los que compré una caja llena de quenitas que regalé por allá como souvenires de "La deuda interna".

Hoy hay en Jujuy una ley de cine, una escuela de cine, y el festival, y nunca me llamaron, para nada.

¿Qué te aportaron esas dos primeras películas y sus repercusiones, "La deuda interna" y "La última siembra"?

Fue extraordinario, porque después de todo eso, yo fui director del Festival de Mar del Plata.

En 2002 estaba Jorge Coscia en el Incaa (Instituto Nacional del Cine y Artes Audiovisuales), quien y había sido contemporáneo mío con su película "Mirta, de Liniers a Estambul". Me llama a mí para el festival. Le interesaba que yo sea un tipo del interior, formado en el exterior y que había andado en festivales internacionales. Creo que en esos cinco años traje a los directores más famosos del mundo.

¿Por qué elegiste el cine y en qué momento?

Uh, me trajo hasta muchos conflictos familiares. El porqué lo descubrí de grande, casi retrospectivamente. Una era que yo quedé huérfano de madre muy chiquito, y mi papá (Miguel Pereira escritor) se fue a vivir con sus padres. Mi abuelo Manuel era un loco de cine. Sesenta años atrás, la "gran salida" era la ida al cine. Él era muy amigo del Gringo Longombardo, que tenía un cine en la calle Belgrano arriba, que se llamaba el Cine Monumental. Mi abuelo iba tanto a ese cine, que el gringo le dio un pase libre, y él me llevaba a mí.

Así que me vi todo de chiquito.

Cuando estaba en la secundaria, mis amigos querían ver Kung Fu, pero a mí me gustaban las películas francesas, inglesas, italianas, sentía que eran distintas en tempo, la luz, etc.

Más adelante, cuando llegó el tiempo de ir a la universidad, yo no tenía una vocación marcada por nada, porque el cine no estaba en mis consideraciones como una posibilidad de estudio.

Pensé en el Traductorado de Inglés para ser intérprete y poder viajar. Empecé en Buenos Aires haciendo eso, pero abandoné. Luego fui a estudiar derecho en Tucumán, y no. Me volví a Jujuy.

Soñaba con viajar por el mundo, y con un compañero que se sumó a la aventura, nos fuimos a Brasil en 1976. Estuvimos un año viviendo en una isla de pescadores, y un día salgo a la playa y veo un equipo de cine, eran de la RAI (Televisión Italiana). Me acerqué a charlar con el director. Resultó que él había sido abogado y muy exitoso, pero un día se dio cuenta de que su pasión era el cine, y abandonó todo lo anterior.

Esa fue mi iluminación. Me volví a Buenos Aires decidido a estudiar cine. Me inscribí en la Escuela Panamericana del Arte, donde entre otras cosas, enseñaban cine. Ahí fui compañero con Juan José Campanella.

Después de un año, me fui a Estados Unidos, a la Universidad de Minnesota. Descubrí el cine documental y quería hacer eso, porque incluso ya había visto las películas de Jorge Prelorán.

Luego fui a The London International Film School (Inglaterra), que era privada. Conseguí un subsidio de la Secretaría de Cultura, que me alcanzó para un año de carrera. Así que cuando llegué allá comencé a trabajar para bancar mis estudios.

¿Y por qué te volvés a la Argentina?

Me volví mucho después. Hubo muchas idas y vueltas, primero porque estaba sucediendo lo de Malvinas (la guerra). Yo me recibí el 2 de abril de 1982 (día que comienza el conflicto bélico). Obvio me quería volver, porque estaba en el país enemigo. Costó, pero volví.

Cuando pasó todo, regresé a Inglaterra, donde estuve casi 16 años.

Me casé y quería que mi primera hija naciera en Jujuy, así que nos vinimos, y fue el momento en que hice "La deuda interna". Y a pesar de que regresé a Inglaterra después de todo lo que pasó con esa película, ya en el 97, me ganó la nostalgia, y me volví definitivamente.

Pensé que ese cúmulo de experiencias lo podía volcar acá, pero todo fue cuesta arriba. Hice mucho, pero con un gran esfuerzo propio. Todo podría haber sido más fácil, pero no lo fue.

Si yo me hubiera quedado en Inglaterra ya hubiera tenido una carrera internacional porque yo ya trabajaba por ejemplo para la BBC de Londres, pero me volví a la Argentina. Si me hubiera quedado en Buenos Aires, también tendría una carrera, pero yo mismo fui el artífice de querer venir a hacer cine desde acá (Jujuy), y eso me perjudicó en parte, pero hice lo que sentía.

En tu época (la de "La deuda"), ¿había alguien más que estuviera haciendo cine en Jujuy?

No, nadie. El único que hizo algo así, pero que no llegó a ser una película, fue Sixto Vázquez Zuleta, el escritor, que era mucho más grande que yo. Lo hizo porque había estado becado en México haciendo museología y allá se había comprado una cámara 16 milímetros. Pero era el único.

¿Hoy en qué etapa estás?

Me sorprendió mucho este premio del FNA. Hoy las artes están dominadas por la ideología de turno. Yo justamente he tratado de saltar esa grieta, diciendo siempre que el arte es transversal a todo. Es el único lugar donde te podés encontrar, cuando la ideología te separa. Yo fui director del Festival de Mar del Plata cuando estaba (Néstor) Kirchner y luego fui presidente del Directorio de Radio y Televisión Argentina, cuando estaba (Mauricio) Macri. Yo siempre lo que hice fue a ayudar al cine, nunca lo puse en términos políticos.

Este premio a la trayectoria para mí significa un relanzamiento, no un retiro. Siento que, en esta etapa de mi vida, tengo que enseñar, empezar a pasar mi experiencia.

Los demás premiados por el Fondo Nacional de las Artes este año

Este reconocimiento entregado por el Fondo Nacional de las Artes (FNA) es ya una tradición, “un ritual para destacar el compromiso de nuestros artistas y creadores con la cultura argentina y su aporte a la comunidad, un símbolo del trabajo que el FNA realiza en todo el país”, mencionó Diana Saiegh, presidenta del FNA, ayer en el acto que se realizó en Buenos Aires.

En este año 2023 el FNA reconoce además del jujeño Miguel Pereira, a Norma Aleandro como Gran Premio Trayectoria, Los Anconetani en Patrimonio, Edgardo Borda en Audiovisuales-Televisión, Estela Carlotto en Derechos Humanos y Gestión Cultural, Estudio Evans (Silvia de Schiller y John Martin Evans) en Arquitectura, Luis Gusmán en Letras, Rodolfo Mederos en Música, Pacho O’Donnell en Gestión Cultural, Miguel Pereira en Audiovisuales-Cine, Élida Salteño en Artesanías, Daniel Santoro en Artes Visuales-Pintura, Mariana Sirote en Danza, Rubén Szuchmacher en Teatro, Graciela Taquini en Artes VisualesVideoarte y Ángela Vassallo en Diseño.