Raúl De María es vientista, nació en Libertador General San Martín y un día decidió partir hacia la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, para llevar su música más allá de Jujuy.
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Raúl De María es vientista, nació en Libertador General San Martín y un día decidió partir hacia la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, para llevar su música más allá de Jujuy.
Luego de curtir el cuero y la caña, vuelve, más maduro, personal y musicalmente, para presentarse esta noche, a las 21, en el centro cultural "Héctor Tizón" (Hipólito Yrigoyen 1302, esquina Junín).
Recién llegado a la provincia, De María estuvo en El Tribuno de Jujuy para contar sobre esa ausencia y el tan esperado regreso.
"Han pasado 15, 16 años desde que me fui de Jujuy, de mi tierra, Ledesma, con el propósito de llevar mi música hacia el sur, como decimos los jujeños", expresó el artista.
De María es de hablar poco, pero siempre que lo hace, sostiene una sonrisa natural en el rostro, como si sostuviera y hablara todo el tiempo con sus instrumentos.
"Es un anhelo volver y traer lo que uno hace, más allá de la música jujeña que se ve por acá; estando lejos se genera otra visión y eso reviste de un desafío especial mostrar eso en esta tierra", manifestó.
El jujeño es reconocido en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, no solo por los residentes jujeños, que impulsan su carrera asistiendo a sus presentaciones y convocándolo a las que organizan; también hizo una carrera que lo posicionó en espacios culturales de renombre.
La propuesta que presentará en Jujuy está sostenida por los instrumentos de viento, pero, apuesta fuerte por un agregado especial, al cual él define como "ese canto implícito, milenario, que tenemos los jujeños", refiriéndose a la copla. "La copla nace de la necesidad de expresar esa forma de canto, mantenerla, conservarla", remarcó De María.
"Serpentina", una composición de autoría propia, incluye unos versos que dicen "hay mi vidita churita, yo te quiero de verdad...", que en la grabación sonó a ritmo de copla y eso llevó a que se incluya al canto ancestral en el repertorio en vivo.
"Para mí cantar y componer coplas nuevas no es algo forzado, me comenzó a surgir de forma natural", expresó convencido el músico.
Otra de las virtudes de De María, más allá de las condiciones musicales, es la calidad humana. Quizás ese sea el secreto de sostener el acompañamiento musical de Facundo Barrios, en guitarra, y Tiago Camerano, en charango, quienes la acompañan en este regreso.
Cuando uno parte de su tierra, carga una alforja de metas, sueños, ilusiones. Y el andar indudablemente nos modifica, nos moldea...
"El Raúl que se fue, partió con la incertidumbre de no saber dónde se iba, pero se quería ir, necesitaba jugarse con y por la música; acá tengo aún mi familia, tenía un trabajo, no había motivo para irme, pero sentía algo dentro mío que me indicaba que debía llevar la música para otro lado; también me faltaba formación musical. El Raúl que vuelve tiene la convicción de saber lo que quiere y para dónde quiere ir, sin estereotipos musicales, sin pretender parecerme a uno u otro, en la permanente búsqueda de algo diferente", enunció el vientista.
La propuesta de esta noche estará, obviamente, matizada por el ritmo de pimpim, "es la bandera que llevo en distintos lugares donde puedo expresar mi música; traer el pimpim a mi tierra, madurado, con matices propios, es un desafío enorme", declaró De María.
La presentación estará revestida de dinamismo. La música estará acompañada por imágenes de Cecilia Espinoza, quien se las obsequió al artista. Eso le dará el marco de Yungas al espacio.
Raúl De María crece día a día. En interpretación, composición y gestión. Es solidario, humilde, correcto. En su haber musical, cuenta con dos discos grabados, el primero es homónimo y es una antología de su vida musical, incluye tangos, chacareras, tinkus, pimpim; el segundo se titula "Fiesta Grande" e incluye bailecitos, carnavalitos, pimpim y una reversión del tango "Garganta con arena" a ritmo de taquirari.