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Con sacrificio cumplió su sueño de recibirse de médico

Se crió en un humilde barrio, trabajó en una fotocopiadora y fue delivery para ayudar a costear sus estudios.
Miércoles, 27 de diciembre de 2023 00:42

Para la felicidad de la comunidad sampedreña, el 21 pasado, un joven nacido y criado en el humilde barrio Ejército del Norte, hijo de un efectivo policial, cumplió el sueño de recibirse de médico en la Universidad Nacional de La Rioja.

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Para la felicidad de la comunidad sampedreña, el 21 pasado, un joven nacido y criado en el humilde barrio Ejército del Norte, hijo de un efectivo policial, cumplió el sueño de recibirse de médico en la Universidad Nacional de La Rioja.

Mientras cursaba sus estudios, sobrevino la pandemia que se transformó en un fantasma, poniendo en riesgo la continuidad de sus estudios. Pero esta adversidad no fue motivo para impedir cumplir el gran desafío que se había planteado, siguió adelante y pudo sobreponerse además de la partida de su abuela, su segunda madre, y quien lo motivó en todo momento para no quedarse en el camino y es a quien dedicó este gran logro.

Para continuar sus estudios y al ver que la plata no le alcanzaba, no quiso pedir más de lo que su padre podía enviarle, y en su tiempo libre trabajó en una fotocopiadora y los fines de semana como delivery en una sandwichería. Al salir del último examen, abrazado a su familia, Pablo Mendoza dijo: "Todo valió la pena. Me recibí, papá. Soy médico, todo esfuerzo valió la pena".

Mendoza cursó sus estudios primarios en la escuela N° 2 "Domingo T. Pérez" y los secundarios en la escuela Normal "General José de San Martín", donde se gestó de pronto ese sueño de ser médico. Acompañado por sus padres, viajó a La Rioja a realizar el cursillo que demandaría dos meses, recibiendo hospedaje en la casa de un amigo de su padre. Con gran dedicación, logró aprobar el curso inicial con el que se puede acceder a la carrera, gracias a la ayuda del amigo de juventud de su padre, familia que lo recibió para realizar esa crucial instancia.

Pablo Mendoza quería ser médico y puso todo de sí para no defraudar a sus padres, sobreviviendo con lo justo y hasta con menos, debiendo incluso trabajar en una fotocopiadora y como delivery para cubrir algunos gastos, todo en su tiempo libre y sin dejar de estudiar. Cuando cursaba el quinto año, un golpe sacudió su corazón, su mamá del corazón, su abuela Cori, falleció, dejando un gran dolor y vacío en su vida.

Luego de los años que demanda la carrera, el 21 de diciembre de este año se enfrentó al último y muy extenso examen. Su familia que fue hasta La Rioja para acompañarlo en esta instancia, lo esperaba ansiosa y tras horas de espera, las puertas del hospital se abrieron y llegó la noticia esperada que colmó de emoción hasta las lágrimas a todos. "Me recibí, soy médico", dijo el joven con una emoción indescriptible, El sueño estaba cumplido, tras años de grandes sacrificios.

Su mamá se llama Gabriela Gordillo y es ama de casa. Su padre, Ariel Mendoza, es comisario inspector. Desde su rol de policía siempre inculcó a los chicos que incurrían en algún delito a que estudien para tener un mejor futuro en la vida, ya que ningún padre quiere que su hijo termine entre rejas. "El sacrificio da buenos frutos", les decía, a fin de animarlo durante esas charlas que mantenía. Y hoy, ese padre y esa familia pueden dar testimonio real de que todo sacrificio vale la pena, ofrendando un nuevo profesional a la comunidad.

En este joven profesional sampedreño se reflejan los muchos chicos humildes que con gran esfuerzo y una familia que los acompaña, son capaces de desafiar cualquier pronóstico que muchas veces la sociedad impone. No hay obstáculos insalvables cuando hay voluntad de cumplir con un sueño.