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Mesa donde los días deseosos de felicidad están por venir

Domingo, 31 de diciembre de 2023 00:55

"Que Dios nos bendiga", Salmo 66

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"Que Dios nos bendiga", Salmo 66

A muchos les gusta saber de antemano qué se va a servir en la mesa para fin de año, pero los que trabajan en su preparación a veces prefieren mantener el secreto, pues las sorpresas hacen más interesantes las palabras de elogios. Considerando el Misterio de Navidad y los textos de la liturgia del día María, Madre de Dios, deseo proponerles esta reflexión.

Un cambio… de año: La celebración del 1 de enero nos podría ubicar en esa mesa donde los días deseosos de felicidad están por venir. Cambiar de año, renueva la perspectiva y ya no miramos solo el pasado reciente, sino que anhelamos el "porvenir", donde seguramente habrá dudas e inquietudes, pero también proyectos y sueños por realizar.

Un cambio… de perspectiva: La liturgia del primer día del año nos sigue ubicando en la festividad del Natalicio, donde la fe nos propone una experiencia para cambiar la perspectiva. La vivencia de la Navidad nos sigue ubicando del lado de un Dios que "habla" y que al hacerlo bendice, busca brindar su protección, realizar su proyecto de salvación manifestando su rostro. Un rostro que la fe lo presenta humano, tan significativo como el niño recién nacido y envuelto en pañales.

Un cambio… de identidad y vínculos: Por este acontecimiento, desde la Navidad, ya no somos esclavos ni mirados por el pecado, sino que somos "hijos". La acción del Espíritu cambia nuestra mirada, nos hace presumir esta identidad de Dios, la de sus hijos y hermanos entre nosotros.

Un cambio… de tiempo: "Cuando llegó la plenitud de los tiempos" (Gal. 4, 4). Pareciera que San Pablo nos pone en otra dimensión de la vida cristiana, porque la presencia de Dios llega y sigue estando haciendo de nuestro tiempo un lugar de encuentro con su proyecto redentor. Y en esta dinámica, la vida de María y José, son propuestas como testigos de ese cambio de perspectiva: oyentes y contemplativos, son vidas que traslucen la presencia de Dios en lo cotidiano.

Un cambio… de nombre: La Navidad nos permite contemplar un cambio radical en el vínculo con la divinidad. Nos presenta a un Dios que se deja llamar por un nombre humano, "Jesús". Dios ya no es "impronunciable", es el Dios que se deja nombrar, y se deja acurrucar, tomar en brazos y acercar al corazón.

Dios acompañante

La vida, nuestra vida tiene momentos de tensión, certezas, gozos, alegrías, tristezas, angustias, búsquedas, incertidumbres en donde todo parece venirse abajo. Intentando repensar a José y María "cuando les llegó el tiempo" de ser padres y no tener dónde dar a luz y colocar a su hijo, muchas de esas sensaciones humanas habrán pasado por su corazón.

Y allí, en ese momento donde todo se une y entrelaza, es donde Dios se hace evidente y acompañante de sus vidas… de nuestras vidas. Que el 2024 nos encuentre confiados para animarnos a "cambiar".

Bienvenido y bendecido nuevo año. Con mi oración y bendición. Padre Miguel David +

 

 

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