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2 de Mayo,  Jujuy, Argentina
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“Portugal bien podría ser una provincia de Argentina”

Ana Laporte vive a pleno la cultura del país europeo. Dicta clases de yoga, sin olvidar sus raíces jujeñas.
Domingo, 21 de mayo de 2023 00:36

El encanto de una cultura fascinante hace que cada lugar en Portugal sea único. Es esa misma idiosincrasia la que maravilló el alma de Ana Laporte, una jujeña que guiada por el instinto de alcanzar su espacio en el mundo, encontró en este país aquel cálido abrazo cosmopolita que necesitaba sentir.

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El encanto de una cultura fascinante hace que cada lugar en Portugal sea único. Es esa misma idiosincrasia la que maravilló el alma de Ana Laporte, una jujeña que guiada por el instinto de alcanzar su espacio en el mundo, encontró en este país aquel cálido abrazo cosmopolita que necesitaba sentir.

Desde que cumplió 18 años, su naturaleza exploradora no le permitiría cerrarse en la idea de quedarse en un mismo lugar. Y entonces, con el tiempo sus intenciones de viajar para conocer y ser parte de aquello que existe más allá, se fueron forjando con valor y constancia. Como primera experiencia Francia fue su destino elegido, luego por situaciones de la vida conoció Bélgica e Inglaterra; incluido un viaje de regreso a tierra jujeña en tiempos de Covid-19. Pero su horizonte anhelado seguía siendo Europa, el continente que había cobijado su espíritu inquieto más de una vez. "Después de la pandemia logré juntar el dinero con ayuda de mi papá y ahí fue cuando decidí venir a Portugal", destacó Ana Laporte, con una calma reveladora en cada una de sus palabras. Y es que en elegir un país para crecer pero sin conocer demasiado, radicó el desafío que esta jujeña no tuvo miedo de enfrentar, empezando -como otras veces- desde cero.

Hacer nuevos amigos, encontrar un lugar para vivir y un trabajo son leitmotivs que ella reconoció como bases de su vida. "Sabía que había cierto tipo de facilidad para realizar los papeles y tener todo en regla, así que tenía la expectativa de una estabilidad más rápida, pero no todo es color de rosa", contó. No obstante, abrirse paso allí le permitió conocer, familiarizarse y adaptarse paulatinamente a un nuevo ritmo, tras la gratísima primera impresión que le causó el país de la península ibérica. "Necesitaba sociabilizar más, así que me mudé para Porto", explicó Laporte, quien respira multiculturalidad a cada segundo.

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Y es que Portugal es un país en crecimiento, con numerosas etnias e idiomas. "Empecé a hablar en inglés, al portugués todavía no lo sé bien, pero nos entendemos tanto si yo hablo en español, como si ellos me hablan en portugués", destacó Ana, sobre esta ciudad tan antigua como noble. Gracias a una perspectiva abierta de la vida, la valentía se hizo eco de ese impulso definitivo que la hizo no desistir y avanzar. Y es que tomar una decisión de cambiar de dirección y viajar a otro país, fue trascendental. "No es para todo el mundo, además sostenerlo desde el lado sentimental, es lo que más afecta. Es difícil pero no me arrepiento", reveló.

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Hoy en su presente, se encuentra establecida y dejándose llevar por las energías que están fluyendo a su favor. Y vibrando en positivo es cuando los hechos acontecen de la mejor manera. Así que mientras continúa en la búsqueda de oportunidades laborales, dicta clases de yoga en parques de la realeza. "Es lindo poder enseñar a otras personas esta técnica milenaria que ayuda mucho al cuerpo, a la mente y desde lo emocional une todo. Me gusta compartirla", expresó la jujeña que profesa el aquí y ahora, sin pensar en eso que fue o en aquello que vendrá. Los jardines de la nobleza son impactantes, escalonados, con laberintos y una vista al río pero con un horario de apertura y cierre que se debe respetar. Y en sus momentos libres, un potpourrí de amigos argentinos, italianos, colombianos y mexicanos decora sus días con momentos divertidos. "Estuve aprovechando para ir más a la playa y dar clases de yoga en 'portuñol', la idea es que sea al aire libre en parques o playa", dijo Laporte.

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Se deslumbró en Lisboa en un tour de tres días, Cascais, Sintra y Braga, lugares extraídos de historias medievales y donde descubrió el pescado de otra manera. "No soy fan del pescado, siempre me pareció algo muy feo pero aquí el atún de lata es riquísimo y barato, las frutas no son lo mismo que en Argentina", aclaró sorprendida. En el mundo de los sabores, es sabido que la cocina portuguesa ofrece una gran variedad de texturas y aromas. "Son muy famosos los pasteles de nata, que llevan crema; muchas comidas típicas con bacalao o pulpo, sándwiches interesantes, las francesinhas; pero se extraña la comida de Jujuy", comentó la creativa que ansía las humitas, los guisos y los asados porque allí, simplemente, no existen.

"Portugal bien podría ser una provincia de Argentina", aseguró agradecida de vivir cerca del océano y de visitar reservas naturales permanentemente. "Los paisajes no llegan a tener las montañas de Jujuy, pero tener cerca el mar para mí es un gran alivio. Hay una gran facilidad como que todo está mucho más organizado y la gente no es tan hostil", explicó la jujeña que encuentra en la cosmovisión andina la fortaleza para su espiritualidad, en esos momentos donde le quiere ganar la nostalgia.