La Bodega Don Milagro Cruz recibió este año una nueva distinción por su vino Pueblo Rojo, en esta oportunidad en la segunda edición del Concurso Nacional de Vinos y Espirituosas Guarda14, en Junín, Mendoza.
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La Bodega Don Milagro Cruz recibió este año una nueva distinción por su vino Pueblo Rojo, en esta oportunidad en la segunda edición del Concurso Nacional de Vinos y Espirituosas Guarda14, en Junín, Mendoza.
La etiqueta premiada con la Medalla de Oro (al obtener de 90 a 94,99 puntos) es un malbec - cabernet franc 2022, posicionándose como uno de los mejores vinos de gran altura del país, de acuerdo a la evaluación del certamen mendocino.
Gastón Cruz, propietario el establecimiento vitivinícola en Purmamarca, definió a su tinto como "muy característico de la Quebrada y representa perfectamente a lo que es nuestro terruño".
Casi a un kilómetro de la plaza del pueblo, por la ruta nacional 52 (hacia las Salinas Grandes), se llega a la bodega, asentada a espaldas del Cerro de Siete Colores y al costado del Paseo Los Colorados, un rincón privilegiado en uno de los destinos turísticos más importantes del país.
El lugar donde elabora sus tres líneas de vinos es conocido como El Colorado, debajo del establecimiento procesador posee una pequeña cava, con la temperatura ideal para la maduración, de 12 a 15°C. Muy cerquita hay una sala de degustación, desde donde se aprecia un viñedo de malbec y plantas nuevas de torrontés, y más allá la belleza de un paisaje inolvidable.
Pueblo Rojo, en octubre del año pasado en Chilecito, La Rioja, donde se realizó la XVI Evaluación de Vinos del Noroeste - Evinor fue distinguido con el Oro por su intervención en el II Concurso de Vinos Artesanales y Caseros.
La creación de Carolina Ruiz, su enóloga (y esposa, egresada de la Tecnicatura Superior en Cocina Regional y Cultura Alimentaria de Tumbaya, en la única camada con ese título en la provincia), tiene una marcada astringencia, polifenoles muy marcados, los taninos presentes y un color muy intenso.
A la vez es un vino muy redondo, agradable en boca con un alcohol alto (15°) como debe ser para esta zona, y si bien en boca no se siente, está bien presente y le brinda un carácter muy potente.
El objetivo de cada uno de sus vinos es "representar la tierra, el lugar, el carácter de la Quebrada, y este vino lo está cumpliendo muy bien. Mientras logremos eso, demostremos nuestra identidad, el respeto a la naturaleza, vamos por el buen camino", dijo Cruz.
En esta segunda edición, otros vinos de la región también fueron premiados, como el blanco Un Corte en la Quebrada 2022 de la Bodega Amanecer Andino (en Chañarcito, Tumbaya) y el tinto Mallku, de Viñedos Yacoraite (Huacalera).
Como presidente de Bodegas de Quebrada de Humahuaca, afirmó que los vinos de gran altura "están bien posicionados a nivel nacional, fueron reconocidos en distintos concursos y evaluaciones. La vitivinicultura en la región está creciendo y con muy buenos resultados a corto plazo".
Manifestó que los productores de vino de gran altura precisan "más que nada apoyo del Gobierno, que es fundamental, y sobre todo beneficios en cuanto créditos" y una serie de obras, como por ejemplo el encauce de ríos; "después ponemos el hombro para seguir adelante", expresó.
Contó que la tradición de elaborar vino la recibió de sus abuelos y quizás de otros antepasados. Recordó que en Purmamarca eran varias las familias que lo hacían, y si bien no lo hacían con un sentido comercial, era una costumbre. "La uva del pueblo siempre fue muy bien reconocida, posee una madurez y un gusto muy particular", destacó.
Su abuelo don Milagro Cruz "tuvo siempre una visión, puso un viñedo en parral hace 70 años y mi tía Barbarita (Cruz, la coplera y alfarera, hermana de Milagro), elaboraba vinos artesanales en vasijas de barro. A esa herencia trato de hacerle honor y revalorizarla, a la vez de posicionar nuestros productos", señaló.
El volumen de vino que obtiene le permite cuidarlo con mayor dedicación, y si bien las producciones son menores, hay un cuidado muy personal y una mano de los elaboradores que se detecta en cada copa que presenta.
Un poco más arriba de Los Colorados, a unos dos kilómetros siempre por la ruta nacional 52, en el paraje Colahuayco, posee un viñedo viejo tendido por su abuelo de uvas criollas y torrontés, donde plantó más vides de torrontés en parral, además de malbec y cabernet franc.
Y a mitad de camino a la Quebrada de Estancia Grande (que posteriormente coincide con la Quebrada de Huichaira, que baja hacia Tilcara), en la zona conocida como Cieneguillas (a unos 6 kilómetros de la bodega), tiene una finca con vides nuevas de torrontés y malbec, a 2.800 msnm.
Los terrenos en ese sector marcan un punto límite para la producción de uva. Allí cosecha a mediados de mayo (por la demora de su madurez de la uva), lo cual hace que el fruto se diferencie con otros caracteres.
Su línea de vinos la integran Pueblo Rojo, el torrontés Carnaval, y el rosado (de uva criolla) también Carnaval, que pueden ser degustados en el propio establecimiento vinificador, como en restaurantes de Tilcara, Purmamarca y Humahuaca, o también adquirirlos en esta capital.
Su identidad y pertenencia está en los vinos que elabora junto a su esposa. "Vengo de una familia de agricultores, que hizo vino desde siempre para su consumo. Ahora lo producimos para comercializarlo pero con ese entusiasmo de siempre, y ponemos todo lo nuestro y una parte de Purmamarca", indicó.