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En el transcurso de mi vida he aprendido y desaprendido muchas cosas, no soy la misma persona de hace treinta años atrás, ípor suerte! íTodos cambiamos! Las experiencias buenas y malas, la manera en que vivimos, los lugares donde nos desarrollamos y con quienes nos relacionamos nos van modificando a lo largo de los años, aunque sin perder la esencia de quienes realmente somos.
Por suerte, ese “cambio de piel” lo hacemos de la mano de otra gente que, como nosotros, también va procesando sus propias transformaciones. Para mí, ha sido sumamente fundamental esa compañía, es decir, la bendita existencia de mis amistades. Amigas, mujeres especialmente, a las que llamo “imprescindibles”. Aunque parezca una obviedad, un tema simple y llano, es muy profundo y tiene sus detalles característicos con los que ustedes pueden identificarse, o no, pero que valen la pena subrayar.
Empiezo con la primera, es imprescindible, es decir necesaria, y sumamente positiva, la existencia de una amiga esotérica, o espiritual. Ahí les va. Es esa que, cuando perdés algo, te dice que des vuelta una copa o un vaso que enseguida aparece, la que clava los cuchillos en la tierra para que no te llueva hoy a la tarde que tenés el cumple de la criatura y el inflable no te entra en la cocina. Sabés de quien te hablo, ¿verdad? Esa que te regala la bombacha rosa para estrenar en año nuevo y te asegures así doce meses menos malos, o la que te va diciendo el día que hay cambio de luna, para que te vayas a cortar el pelo o prendas el palo santo.
La que te suma a todas las listas de oraciones, la que te cura de la insolación, y la que te pasa el dato de la mina o el tipo que hace constelaciones, lectura de aura, cartas, biodecodificación, biodanza, reiki, imanes, péndulo y demás yerbas, pero, por sobre todo, está siempre firme, legal y comprometidamente luchando por tu causa. Es fundamental contar con una amiga así, que te escuche sin juzgarte, que te aconseje para todas tus dolencias, ya sea del alma o del corazón, un incienso, una meditación y un té de lavanda hasta que llegue ella y te sahúme la casa. La vida es más linda y divertida con una amiga así, totalmente imprescindible. ¿No creen?