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Abundancia, ¿dónde estás?

Martes, 23 de abril de 2024 15:48

En tiempos de crisis, bueno es convocar a un observador testigo de nuestra mente, de nuestras emociones... un observador es como tener la visión de un águila que tras tomar vuelo tiene otras perspectivas: con más ángulos, con más espacios, con nuevos horizontes.

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En tiempos de crisis, bueno es convocar a un observador testigo de nuestra mente, de nuestras emociones... un observador es como tener la visión de un águila que tras tomar vuelo tiene otras perspectivas: con más ángulos, con más espacios, con nuevos horizontes.

Despertar nuestro observador interno es como contar con el consejo de ancianos que tenían las tribus para afrontar la vida, en especial en los momentos más inciertos.

Por lo general vivimos en automático, nuestras formas de definir la realidad, los conflictos y oportunidades están sesgadas por nuestros propios juicios, que incluso muchas veces ni son nuestros, sino que perpetuamos por aprendizajes no cuestionados. La cultura nos va programando, y sin darnos cuenta, nuestra mente se ha rendido ante el imperio de los discursos de poder que intensifican la desesperanza, lo difícil, el no se puede. Un exceso de mirada en lo externo tanto como causa de todo sufrimiento como de toda solución.

Desarrollar el observador es la habilidad de ser neutrales. Un punto cero, sin mente, sin juicios no hay emoción. Despejar la ecuación de la vida. Detenernos en el tiempo presente. Sentir el aire que da detener la mente. A menudo nos preguntamos por qué a mí y nos embarcamos en emociones que luego nos comandan la vida. Cuando también podríamos decirnos: ¿y por qué no a mí? ¿A qué me está confrontando la vida, a mirar, integrar, soltar, rendirnos, aceptar, asentir? ¿Cómo fluir con lo complejo? ¿Cómo soltar juicios y simplemente fluir con lo que aparece? Preguntas que me surgían, mientras reflexionaba sobre la abundancia.

A menudo relacionamos la abundancia solo a lo económico, sin embargo hay personas con dinero limitado que son abundantes y personas con mucho dinero que son carentes.

Peter Paul Rubens, en su obra "Abundancia y los cuatro elementos", expresa muy claramente en esa imagen de bosque, donde aparece personificada Ceres, la diosa de la agricultura y la fertilidad, el concepto de abundancia. Madre, nutrición, niños que juegan, paz, presencia de todo lo necesario para la vida...

Ya decía Hellinger que "todo éxito tiene la cara de la madre", así como el concepto que la abundancia está relacionada con nuestra conexión a la vida, al universo.

Creo que la abundancia es mucho más que dinero, etimológicamente tiene que ver con el rebosar-desbordar. Comenzar a conectarnos, a decir gracias, a reconciliarnos con nuestra historia, con nuestro árbol familiar, con tomar la vida, así tal y como fue, es un proceso muy importante para la conexión con la abundancia.

La abundancia no solo es la riqueza que está afuera y nos nutre, también es un estado de resonancia interna que nos permite entrar en resonancia magnéticamente con las posibilidades. Esto implica un cambio de visión y posicionamiento.

Enmarcada esta concepción de abundancia, te invito a explorar los por qué no nos permitimos la abundancia, siento que sería un gran paso para liberar y pasar de autosabotajes y bloqueos a la abundancia. Nos dice #FinancialMentors: "La abundancia no es algo que nosotros adquirimos, es una energía con la que sintonizamos". Algunas de las experiencias que pudieron bloquear nuestra abundancia es la de "no querer tener algo, por temor a que me lo quiten" (experiencias de pérdida pueden interrumpir el tomar la abundancia).

También el aprendizaje de la culpa contribuye al autocastigo, a la construcción de un sentimiento de no merecimiento, de sacrificio. ¿Cómo voy a tener si mi hermano no tiene, o se murió, o si mis padres sufrieron tanto, etc.? El tema es que a veces nuestro sentimiento de culpa ni siquiera es una emoción propia, a veces pertenece al clan. Muchas otras veces el sentimiento de culpa proviene de una gran distorsión y de construcciones infantiles o no actualizadas de quienes somos. Si por ejemplo tengo la construcción y narrativa de no haber sido esperado, puedo pensar que no merezco estar aquí. O si antes o después de mi tuve hermanos no nacidos, se graba una culpa inconsciente: ¿por qué ellos no y yo sí?

En fin, la libertad, paz y la abundancia son experiencias cuyas puertas sólo se abren desde adentro. Cuando preguntas, cuando te dejas abrazar, acompañar por un otro, esas prisiones y enredos se liberan. Deja de estar solo, acompañate y dejate acompañar. Estar en paz es maravilloso y te lo mereces. Ser abundante es tu condición. ¿Te abrirás a nuevas miradas y aprendizajes? Contanos tu experiencia.

(*) Licenciada en Psicología; coach ontológico profesional; magíster en Salud Pública con mención en Atención primaria de la salud; especialista en Salud Pública; consteladora; facilitadora en procesos de comunicación, resolución de conflictos, expansión de la conciencia, liderazgo; coordinación de grupos y conciencia de redes; y facilitadora en entrenamientos a líderes en gestiones de oratoria y comunicación; [email protected], cel. 388-4416256.