"El Curioso. Dicen que recopila historias extrañas… Si llegas a escuchar su silbido, sabrás que algo escalofriante está por pasar". Tal el prolegómeno de "Con la piel de gallina" -o "Creeped Out", en su original- la serie británico-canadiense que integra el catálogo de Netflix. Al modo de "Los cuentos de la cripta" ("Tales from the crypt", 1989-1996) y a lo largo de dos temporadas incluye historias cortas individuales, presentadas por un personaje misterioso. En este caso por El Curioso, un supuesto niño enmascarado cuyas irrupciones se dan al principio y al final de los episodios y que siempre anda recogiendo algún objeto que hubiera tomado parte en la narración, por lo que también le cabe la categoría de coleccionista. Además, algunas historias están interconectadas porque suceden en los mismos escenarios o porque utilizan las mismas referencias locales, como Zucco's Pizzaria.
inicia sesión o regístrate.
"El Curioso. Dicen que recopila historias extrañas… Si llegas a escuchar su silbido, sabrás que algo escalofriante está por pasar". Tal el prolegómeno de "Con la piel de gallina" -o "Creeped Out", en su original- la serie británico-canadiense que integra el catálogo de Netflix. Al modo de "Los cuentos de la cripta" ("Tales from the crypt", 1989-1996) y a lo largo de dos temporadas incluye historias cortas individuales, presentadas por un personaje misterioso. En este caso por El Curioso, un supuesto niño enmascarado cuyas irrupciones se dan al principio y al final de los episodios y que siempre anda recogiendo algún objeto que hubiera tomado parte en la narración, por lo que también le cabe la categoría de coleccionista. Además, algunas historias están interconectadas porque suceden en los mismos escenarios o porque utilizan las mismas referencias locales, como Zucco's Pizzaria.
Al crear la serie, Bede Blake y Robert Butler mencionaron que se habían inspirado fuertemente en Steven Spielberg y, sobre todo, en "Historias asombrosas" ("Amazing Stories"). Los autores también afirmaron que esta ficción sería un espacio de suprema creatividad y libertad para los episodios creados. Por ello, el avezado espectador del género reconoce en ella un moderno homenaje a los clásicos "Twilight Zone" y "Amazing Stories", surgidos allá por los años 80. Fantasía, surrealismo y absurdo están presentes en 23 episodios en los que la imaginación humana es forzada a ir más allá de sus posibilidades y entendimientos.
A pesar del título, hay desvío intencional del terror tradicional: incluso los fanáticos del gore ni siquiera deberían acercarse a esta propuesta. La serie quiere dialogar con un público mayoritariamente infantil o adolescente (su target principal) a través de situaciones insólitas e incluso inverosímiles por las que atraviesan los personajes. Eso sí, algunos recursos utilizados son muy conocidos por los cinéfilos, como los viajes en el tiempo, los universos paralelos, las narrativas fragmentadas o a través de flashbacks e incluso no se privaron de la universal vecina a la que intuimos capaz de transformarse en una criatura del inframundo.
Resulta notable que la intención principal de los episodios es pedagógica: enseñar a sus espectadores transmitiendo lecciones morales y justificar que a cada mala acción le corresponde un castigo, sin eludir, claro, que en muchas ocasiones las zonas oscuras del alma pueden iluminarse, que todo vicio en un personaje puede enmendarse con una -simple, pero siempre difícil- contrición.
A pesar de esto, algunos episodios concluyen en un final impactante, debido a que las consecuencias de acciones asumidas por los personajes no tienen retorno o incluso alguien puede resultar seriamente lastimado. Y es entonces cuando la advertencia del medroso título se nos hace carne, aunque como audiencia todavía estábamos esperando otro desenlace… Primera advertencia entonces: "Con la piel de gallina" puede que integre el catálogo para niños en Netflix y que su calificación sea para mayores de diez años, sin embargo, no es una serie con los peligros desactivados.
Al abordar temas relacionados con la tecnología, se cuestionan muchos temas de actualidad y se discute cómo esto puede afectar la vida de los niños y adolescentes modernos: bullying, ciberbullying, uso exagerado de dispositivos tecnológicos en la vida cotidiana, rumores en las redes sociales, narcisismo en internet, noticias falsas. Otros temas, a su vez, son los que encontramos habitualmente en el cine, como la falta de respeto hacia los padres, el materialismo, el orgullo, las trampas, las mentiras y las falsas amistades.
Entre los episodios hay una regularidad. Si bien algunos logran transmitir su moraleja en una narrativa interesante y curiosa, otros terminan siendo demasiado forzados. Los que se pueden destacar son "La niñera", "Comida para gatos", "Acosados", "El cobertizo", "Un chico llamado Rojo" y el capítulo doble "Espectáculo secundario" en la primera temporada. Mientras que en la segunda entrega los más relevantes son "La otra dimensión", "La maldición" y "Los cinco desafortunados".
Los episodios están bien dirigidos. Los directores se desenvuelven bien en las escenas de acción y logran desarrollar satisfactoriamente el suspenso, miedo y extrañeza. La fotografía es virtuosa y hace buen uso de los paisajes británicos y sus colores, tanto urbanos como rurales. La banda sonora va a buen ritmo y ayuda a crear la atmósfera de aprensión que poco a poco se está construyendo. Aunque no todos los personajes están bien desarrollados y una o dos tramas parecen demasiado absurdas, el guión es bueno y transcurre con cuidado. Segunda advertencia: cuando la serie brilla, demuestra que el cine aún puede teorizar sobre el poder de la mente humana.