Hace más de dos años fallecía Guillermo Santillán, hijo del actual campeón argentino de los gallo Diego Ricardo Santillán. A sus tres añitos de edad dejaba el mundo terrenal por consecuencia de una meningitis. Gracias a la familia, su entorno y sobre todo a Dios, el hoy triple campeón sigue adelante y en uno de sus mejores momentos deportivos. Si bien el lugar de un hijo es muy difícil de ocupar, el Campeón del Pueblo encontró en Franco Lamas al changuito que se fue. Traslado el amor que un padre puede volcar en un hi jo.
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Hace más de dos años fallecía Guillermo Santillán, hijo del actual campeón argentino de los gallo Diego Ricardo Santillán. A sus tres añitos de edad dejaba el mundo terrenal por consecuencia de una meningitis. Gracias a la familia, su entorno y sobre todo a Dios, el hoy triple campeón sigue adelante y en uno de sus mejores momentos deportivos. Si bien el lugar de un hijo es muy difícil de ocupar, el Campeón del Pueblo encontró en Franco Lamas al changuito que se fue. Traslado el amor que un padre puede volcar en un hi jo.
Franco tiene 14 años y siempre estuvo al lado de Ricky. “Desde muy chico que estoy con él, lo quiero mucho, lo ayudo en todo y nunca lo voy a dejar”, señala Franco sobre el campeón. Su presencia en la vida de Ricky es muy importante. “Muchas veces reflejo cosas en él del hijo que perdí, y todos los días nos conocemos un poquito más”, dijo Santillán acerca de Franco.
La vida de un boxeador muchas veces suele ser muy singular. Se trata de personas con un pasado difícil en el que la pobreza, el castigo social y los vicios son algunos de los puntos críticos desde los cuales la mayoría parte para llegar a ser grandes campeones, muchas veces campeones de la vida. Y a Ricky Santillán le pasó lo peor que le puede pasar a un padre, con tan solo 23 años perdió a su hijo de tres. Una batalla que lo noqueó, pero que en definitiva él supo asimilar para seguir adelante.
Durante sus 16 peleas como profesional (está invicto con 12 nocaut), Ricky comentó que una sola vez tuvo miedo de subir al ring. Fue justamente quince días después del fallecimiento de su hijo. “Me acuerdo que antes de salir a pelear le comenté a mi señora (Malena) que tenía miedo”, recordó el campeón. De hecho, en esa pela Ricky visitó la lona por segunda vez en toda su carrera. Sin embargo, y pese a estar psicológicamente en otra parte, Santillán sacó su estirpe y terminó ganando el combate por puntos.
En los momentos más difíciles estuvo Franquito, el chico que acompaña a Ricky a todas partes, el mismo que supo jugar con Guillermo en el pueblo de Tartagal. Hoy los une algo más que una amistad. “Para mí es más que un amigo, es como mi papá”, señala Franco. En cada acción diaria ambos tratan de complementarse y se ayudan mutuamente. Se quieren y se respetan, el más chico tiene admiración por el campeón, y éste último trata de inculcarle los mejores ejemplos como un padre haría con su hijo. El próximo 16 de noviembre Ricky se presentará en el estadio Delmi ante Lucas Báez, allí estará Franco Lamas, el hijo que el destino le puso en su camino.