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A 50 años del gran éxito de la Misa Criolla, del mítico Ariel Ramírez

Domingo, 09 de noviembre de 2014 01:21
Su santidad el Papa Paulo VI con los integrantes de Los Fronterizos. 
Por estos días de noviembre, cumple 50 años la primera grabación de la Misa Criolla de Ariel Ramírez con Los Fronterizos. Era casi el mediodía del 12 de noviembre de 1964 cuando el teléfono de la redacción de El Tribuno trajo la buena nueva. Era Eduardo Madeo desde Buenos Aires. Al día siguiente, 13 de noviembre de 1964, El Tribuno dio la primicia: "Grabaron Los Fronterizos la obra de Ramírez Misa Criolla". Más abajo, una nota increíblemente premonitoria decía: "No puede pasarse por alto, como salteños, la superación que en materia artística ha hecho de Los Fronterizos el conjunto folclórico sindicado en el primer plano del quehacer nativista. Y decimos esto porque palpamos la realidad de que día a día nos brindan las novedades entregadas por nuestros comprovincianos. La última de ellas, y quizá la de mayor gravitación hasta el presente, está dada por la ambiciosa realización de una placa (disco) en la que grabaron una obra que, a no dudarlo, tendrá trascendencia internacional: se trata de la pieza de Ariel Ramírez titulada "Misa Criolla" que ha sido acompañada por una orquesta de instrumentos típicos y la participación de la Cantoría de la Basílica de Nuestra Señora del Socorro. En el disco, los ritmos criollos acompañan el Kyrie, el Gloria, el Credo, el Sanctus y el Agnus Dei".
Repercusión
Cuatro días más tarde, el 17 de noviembre, la noticia ya se había difundido ampliamente en Buenos Aires. Al respecto El Tribuno publicó una nota que tituló: "Repercusión por la obra Misa Criolla". El artículo incluido en la sección Espectáculos decía: "Diarios y revistas del país desde sus columnas "artísticas'' se ocupan de la última obra grabada por "Los Fronterizos'' titulada "Misa Criolla'' sobre un tema de Ariel Ramírez. El análisis concienzudo de los especialistas arroja un saldo favorable de la grabación. La crítica recalca y hace hincapié en el activo de la pieza y en la aventura del compositor argentino en incursionar por un terreno nuevo. Loable y muy acertada incursión -señalan- de profunda gravitación y valor telúrico".
La historia
Aunque la historia de la Misa Criolla es harto conocida, vale la pena recordar lo que el mismo Ariel Ramírez contó en febrero de 2010, cuando ya tenía 88 años.
En un principio, -según dijo- Ramírez no pensó en componer una misa sino una obra que estuviera inspirada en la vocación de dos monjas que había conocido en Europa. Luego, el encuentro del músico con un amigo de juventud, que se convirtió en sacerdote católico, y el clima conciliar de los primeros años de la década del sesenta, abierta la posibilidad de celebrar la liturgia en castellano, terminaron de darle forma a la idea de hacer una misa criolla y cantada en español. Ramírez, que por los años "50 era joven y viajero, había llegado a un convento en el poblado holandés de Wrzburg. Allí conoció a las religiosas Elizabeth y Regina Brckner. "Frecuentemente, -dice Ramírez- desde la ventana de la cocina, contemplaba el magnífico paisaje semiboscoso, gloriosamente verde, con una enorme casona que a lo lejos se dibujaba de blanco con las últimas nieves de la primavera. Tanta belleza me producía sentimientos exultantes y, desde mis jóvenes años, me parecía estar un paso más arriba de la tierra. Ellas no compartían mi entusiasmo. No podían olvidar que esa casona y las tierras más distantes habían sido parte de un campo de concentración donde hubo alrededor de mil judíos prisioneros... Pero Elizabeth y Regina habían elegido la misericordia y habían sido formadas para el valor, de modo que, noche tras noche, empaquetaban cuantos restos de comida podían y se acercaban sigilosamente al campo para dejar su ayuda en un hueco debajo del alambrado. Durante ocho meses ese paquete desapareció cada noche. Hasta que una vez nadie retiró el paquete... Al finalizar el relato de mis queridas protectoras, sentí que tenía que escribir una obra, algo profundo, religioso, que honrara la vida, que involucrara a las personas más allá de sus creencias, de su raza, de su color u origen; que se refiriera al hombre, a su dignidad, a la libertad, al respeto del hombre a Dios como su Creador".
De vuelta en Buenos Aires, y luego del encuentro de Ariel con su amigo de juventud, el padre Osvaldo Catena, comenzó a tomar forma la Misa Criolla, con textos traducidos por Catena, Alejandro Mayol y Jesús Gabriel Segade y sus arreglos corales. La primera grabación (sello Philips) finalizada en noviembre de 1964 y tuvo como protagonistas a Los Fronterizos, el charanguista Jaime Torres y la Cantoría de la Basílica del Socorro, dirigida por el Presbítero Segade.
Medio siglo después
Hoy, después de 50 años, podemos decir con sano orgullo que aquella nota premonitoria de El Tribuno (atribuida al periodista y exfronterizo Carlos Barbarán) se hizo realidad.
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Por estos días de noviembre, cumple 50 años la primera grabación de la Misa Criolla de Ariel Ramírez con Los Fronterizos. Era casi el mediodía del 12 de noviembre de 1964 cuando el teléfono de la redacción de El Tribuno trajo la buena nueva. Era Eduardo Madeo desde Buenos Aires. Al día siguiente, 13 de noviembre de 1964, El Tribuno dio la primicia: "Grabaron Los Fronterizos la obra de Ramírez Misa Criolla". Más abajo, una nota increíblemente premonitoria decía: "No puede pasarse por alto, como salteños, la superación que en materia artística ha hecho de Los Fronterizos el conjunto folclórico sindicado en el primer plano del quehacer nativista. Y decimos esto porque palpamos la realidad de que día a día nos brindan las novedades entregadas por nuestros comprovincianos. La última de ellas, y quizá la de mayor gravitación hasta el presente, está dada por la ambiciosa realización de una placa (disco) en la que grabaron una obra que, a no dudarlo, tendrá trascendencia internacional: se trata de la pieza de Ariel Ramírez titulada "Misa Criolla" que ha sido acompañada por una orquesta de instrumentos típicos y la participación de la Cantoría de la Basílica de Nuestra Señora del Socorro. En el disco, los ritmos criollos acompañan el Kyrie, el Gloria, el Credo, el Sanctus y el Agnus Dei".
Repercusión
Cuatro días más tarde, el 17 de noviembre, la noticia ya se había difundido ampliamente en Buenos Aires. Al respecto El Tribuno publicó una nota que tituló: "Repercusión por la obra Misa Criolla". El artículo incluido en la sección Espectáculos decía: "Diarios y revistas del país desde sus columnas "artísticas'' se ocupan de la última obra grabada por "Los Fronterizos'' titulada "Misa Criolla'' sobre un tema de Ariel Ramírez. El análisis concienzudo de los especialistas arroja un saldo favorable de la grabación. La crítica recalca y hace hincapié en el activo de la pieza y en la aventura del compositor argentino en incursionar por un terreno nuevo. Loable y muy acertada incursión -señalan- de profunda gravitación y valor telúrico".
La historia
Aunque la historia de la Misa Criolla es harto conocida, vale la pena recordar lo que el mismo Ariel Ramírez contó en febrero de 2010, cuando ya tenía 88 años.
En un principio, -según dijo- Ramírez no pensó en componer una misa sino una obra que estuviera inspirada en la vocación de dos monjas que había conocido en Europa. Luego, el encuentro del músico con un amigo de juventud, que se convirtió en sacerdote católico, y el clima conciliar de los primeros años de la década del sesenta, abierta la posibilidad de celebrar la liturgia en castellano, terminaron de darle forma a la idea de hacer una misa criolla y cantada en español. Ramírez, que por los años "50 era joven y viajero, había llegado a un convento en el poblado holandés de Wrzburg. Allí conoció a las religiosas Elizabeth y Regina Brckner. "Frecuentemente, -dice Ramírez- desde la ventana de la cocina, contemplaba el magnífico paisaje semiboscoso, gloriosamente verde, con una enorme casona que a lo lejos se dibujaba de blanco con las últimas nieves de la primavera. Tanta belleza me producía sentimientos exultantes y, desde mis jóvenes años, me parecía estar un paso más arriba de la tierra. Ellas no compartían mi entusiasmo. No podían olvidar que esa casona y las tierras más distantes habían sido parte de un campo de concentración donde hubo alrededor de mil judíos prisioneros... Pero Elizabeth y Regina habían elegido la misericordia y habían sido formadas para el valor, de modo que, noche tras noche, empaquetaban cuantos restos de comida podían y se acercaban sigilosamente al campo para dejar su ayuda en un hueco debajo del alambrado. Durante ocho meses ese paquete desapareció cada noche. Hasta que una vez nadie retiró el paquete... Al finalizar el relato de mis queridas protectoras, sentí que tenía que escribir una obra, algo profundo, religioso, que honrara la vida, que involucrara a las personas más allá de sus creencias, de su raza, de su color u origen; que se refiriera al hombre, a su dignidad, a la libertad, al respeto del hombre a Dios como su Creador".
De vuelta en Buenos Aires, y luego del encuentro de Ariel con su amigo de juventud, el padre Osvaldo Catena, comenzó a tomar forma la Misa Criolla, con textos traducidos por Catena, Alejandro Mayol y Jesús Gabriel Segade y sus arreglos corales. La primera grabación (sello Philips) finalizada en noviembre de 1964 y tuvo como protagonistas a Los Fronterizos, el charanguista Jaime Torres y la Cantoría de la Basílica del Socorro, dirigida por el Presbítero Segade.
Medio siglo después
Hoy, después de 50 años, podemos decir con sano orgullo que aquella nota premonitoria de El Tribuno (atribuida al periodista y exfronterizo Carlos Barbarán) se hizo realidad.
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