La caída en la imagen positiva del gobierno provincial implica un esfuerzo enorme para retomar posiciones en la carrera electoral rumbo a los comicios del año que viene.
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La caída en la imagen positiva del gobierno provincial implica un esfuerzo enorme para retomar posiciones en la carrera electoral rumbo a los comicios del año que viene.
Así se explica el anuncio de alto impacto de esta semana del boleto gratuito para jubilados y estudiantes de Salta capital y zona metropolitana, que comenzará a regir desde el mes próximo. No resulta ilógico pensar que el anuncio responde directamente a los altos niveles de desaprobación que han sumergido a Juan Manuel Urtubey en un 60, y hasta 65 %, de imagen negativa en la opinión pública, de acuerdo a los datos que se dieron a conocer hace unos días a través de consultoras. El anuncio del boleto gratuito, celebrado por todo el arco oficialista, tuvo el efecto de una refrescante bebida en medio del desierto y fue el elixir que revivió la cantinela de aspiraciones presidenciales. Pero tras los festejos por la medida, y ya sea que se presente como gasto o inversión social, la gente comenzó a preguntarse de dónde saldrá el dinero y si este beneficio se mantendrá en el tiempo. Se sabe que nada es gratis y que los $40 millones tendrán que salir de algún lado; no están dentro del presupuesto y por ahora se descarta un aumento en el precio del boleto. ¿Tal vez de la coparticipación o de un aumento impositivo? Nada se sabe. Además, los empresarios no se quedaron con la cifra arrojada por el ministro de Economía. Los $40 millones calculados para sostener el boleto gratuito en Salta capital, no son lineales. La cifra debe incluir incidencias inflacionarias de las que tampoco se habló. Todo sube. Los subsidios en el combustible son cada vez más escasos, los repuestos aumentan a valor dólar y hay que afrontar las subas salariales. Son demasiadas variables como para que los empresarios del transporte puedan estar tranquilos con el anuncio. Pero hay otro factor que seguramente estuvo dentro de los cálculos y fue advertido en una estrategia política: la reacción de los usuarios del resto de la provincia que fueron excluidos del beneficio y entre los cuales se nutre la idea de un acto discriminatorio. Sería imposible pensar que el plano estratégico del Gobierno no haya previsto esta reacción popular y es por eso que para las próximas horas es muy probable que el propio gobernador Urtubey anuncie el beneficio para toda la provincia. Es de suponer que los 40 millones de pesos no alcanzarán para esta ampliación. De todas maneras la plata parece ser “lo de menos” en esta etapa de la gestión Urtubey. Boleto gratis para toda la provincia; 500 millones de pesos para obras y pavimentación en la ciudad, y hay que esperar nuevos anuncios. De acuerdo a datos a los que pudo acceder este medio, Urtubey ya preparó para los próximos días, al menos cinco medidas de alto impacto al estilo del boleto gratuito- donde hay más dinero en juego, pero que serán presentadas como inversión social y no como gasto. Con la mala experiencia del denominado Fondo de Reparación Histórica, de cuyas obras la mayoría de la gente desconoce destino, avance o actualizaciones, Urtubey se propone nuevamente escapar hacia adelante usando su mejor herramienta: las promesas para los más necesitados. El populismo suele tomar formas de medidas acertadas y con alta aceptación social, sobre todo en los sectores más desprotegidos, pero esto es burda demagogia si se aplica en tiempos de campaña y no antes. Después de todo, la visión estadista indica que campaña se hace todos los días en una gestión de Gobierno, y no solo en los momentos preelectorales.