La ciudad de Rosario de la Frontera vivió una noche agitada, 55 toneladas de mercadería de contrabando, 16 ladrillos de cocaína y tres detenidos fue el resultado de un megaoperativo realizado por efectivos de la Brigada de Investigaciones en dos galpones.
inicia sesión o regístrate.
La ciudad de Rosario de la Frontera vivió una noche agitada, 55 toneladas de mercadería de contrabando, 16 ladrillos de cocaína y tres detenidos fue el resultado de un megaoperativo realizado por efectivos de la Brigada de Investigaciones en dos galpones.
Pasadas las 20 del viernes, policías interceptaron dos colectivos y un utilitario que salían de dos galpones ubicados en distintos puntos de la ciudad termal.
En los vehículos viajaban alrededor de 20 personas, las cuales trasladaban gran cantidad de bultos con ropa, zapatillas, ropa de cama, entre otras cosas.
Investigaciones previas determinaron que la mercadería proviene de Villazón, Bolivia, y su destino final era la feria La Salada, en la provincia de Buenos Aires.
Cuando los policías comenzaron a trabajar en el decomiso de la mercadería encontraron en una mochila un ladrillo de cocaína. El hallazgo cambió radicalmente la mecánica del operativo y fueron convocados efectivos especializados en el tema, que encontraron siete ladrillos en total.
Horas más tarde, y con la colaboración de perros entrenados, lograron decomisar otro ocho paquetes con droga. Ninguno de los pasajeros se atribuyó la propiedad del cargamento, mientras que muchos generaron disturbios porque no querían que sus bolsones sean decomisados.
Ante la gravedad de la situación, los choferes de ambos colectivos, oriundos de la provincia de Córdoba, quedaron detenidos, al igual que la conductora del utilitario, de la vecina provincia de Jujuy.
De averiguaciones se supo que los paquetes eran llevados desde Bolivia hacia Rosario de la Frontera en autos y utilitarios, para no despertar sospechas en los controles viales. Los paquetes luego eran entregados en los galpones y posteriormente embarcados en los colectivos que salían directo hacia Buenos Aires.
La Justicia Federal intervino de inmediato, ordenando el decomiso de toda la mercadería, como así también la cocaína encontrada. La medida causó malestar entre los pasajeros, que a toda costa querían evitar que les quiten los paquetes, de los cuales no tenían ninguna documentación para justificar su tenencia.
Ante la magnitud del operativo, el ministro de Seguridad, Cornejo D’Andrea, y el jefe de la Policía, Marcelo Lami, supervisaron las acciones.
La mirada puesta en los galpones
En medio del caos que generó el megaopreativo en el que se secuestraron 55 toneladas de mercaderías de contrabando y 16 ladrillos de cocaína de máxima pureza, El Tribuno pudo averiguar que las investigaciones ahora están centradas en los dueños de los galpones en los que guardaban los colectivos.
“Sabemos que cada vehículo pagaba una suma de 2.000 pesos por día para permanecer ese lugar. Situación sumamente sospechosa”, deslizó una fuente. El excesivo precio que cobraban para mantener los dos colectivos ocultos en la ciudad de Rosario de la Frontera hace sospechar a los policías que los dueños de ambos complejos tenían pleno conocimiento de la actividad que ahí se realizaba y no se descarta que sean los dueños originales del cargamento de drogas encontrado. Los paquetes estaban ocultos en mochilas en distintas bolsas con ropa.