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En paso de ballet, “Dios se lo pague” trae un pasado de oro

Martes, 08 de julio de 2014 01:17

Hoy, a 66 años del estreno de la película y un poco más de la obra teatral “Dios se lo pague”, el bailarín Iñaki Urlezaga y su pareja habitual, la salteña Eliana Figueroa, llevan al escenario esta historia con el cuerpo del Ballet Nacional Danza por la Inclusión.

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Hoy, a 66 años del estreno de la película y un poco más de la obra teatral “Dios se lo pague”, el bailarín Iñaki Urlezaga y su pareja habitual, la salteña Eliana Figueroa, llevan al escenario esta historia con el cuerpo del Ballet Nacional Danza por la Inclusión.

“Haber elegido esta obra es especial, un hito histórico para nosotros y en todo el tiempo de proceso creativo y preparación sentí que estábamos dentro de algo muy valioso, de orgullo nacional. La danza, en su esencia universal que es de todos y no pertenece a nadie, no siempre aborda temas nacionales. En este caso y por el contrario, cuando tocamos personajes tan míticos, grandes estrellas del cine nacional y latinoamericano que fueron una marca registrada de relevancia mundial en épocas donde la globalización no es lo que ahora, entonces significa un enorme honor ponerse en su piel”. Lo afirmó ayer Urlezaga en una distendida charla con El Tribuno, poco después de ofrecer una clínica de danza en el Teatro Provincial.

“Mi abuela amaba a Zully Moreno y me atrapó el desafío de construir un ballet sobre una historia cuya fuerza dramática se sostiene mayormente en la palabra”, agrega.

La historia en la memoria

El planteo argumental de “Dios se lo pague” toca las diferencias entre pobres y ricos y, sobre todo, el impacto de un protagonista con una sorprendente doble vida. Esta situación fuerte, siempre actual y conmovedora no podía tener otro efecto en el espectador, tanto en el "48 cuando se estrenó la cinta, como la representación bailada con exquisitas escenas, un vestuario y una coreografía excepcionales.

Eliana personifica, con peluca rubia platinada, a Zully Moreno y asegura sentirse “emocionada encarnando a esta mujer de vanguardia, una adelantada a su época. No sabía nada de ella, como quizás le sucede a muchos jóvenes, pero investigué su mundo y es fascinante”, señala.

Urlezaga abunda en detalles y explica que “En esta obra se conjugan varias cosas: hay gente que vio la película y busca esta recreación; otros no la vieron, pero conocen la trama y el resto concurre porque simplemente es amante del ballet. Esto es lo que, entre otros aspectos, rescato del proyecto”. El nuevo ballet está integrado, hasta ahora, con 48 bailarines de todas las provincias. “Pretendemos llegar a 60 y por eso seguimos investigando por el país y aunque la sede está en Buenos Aires el proyecto tiene mucha fuerza, absoluto acompañamiento y enorme entrega de quienes lo conforman”.

“La Orquesta Sinfónica de Salta se siente maravillosamente”, agrega Urlezaga sobre el cuerpo que dirige Jorge Lhez y que acompañará esta noche al ballet, con arreglos orquestales de Luis Gorelik. La escenografía es de Jorge Fernández y el diseño de vestuario es de Verónica de la Canal.

Una película que enorgulleció al país

Ella es una jugadora empedernida y totalmente endeudada. El es un millonario que pregunta poco y le propone a ella compartirlo todo sin querer averiguar nada del otro, menos de su pasado. Es el rol de los protagonistas de la película “Dios se lo pague”, estrenada en el cine Gran Rex de Buenos Aires en 1948 bajo la dirección de Luis César Amadori y protagonizada por la inolvidable Zully Moreno y el actor mexicano Arturo de Córdova.

Es uno de los melodramas mejor hechos del cine argentino y, en consecuencia, un éxito de taquilla, tanto que fue la primera película argentina nominada a un Oscar por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood como mejor película extranjera. Aunque no lo logró, tuvo el privilegio de estar nominada.

El filme fue una adaptación de la obra teatral del brasileño Joracy Camargo y el nombre procede del agradecimiento de los mendigos cuando se les daba limosna, que se muestran en la cinta en situación preponderante. Ahora, el ballet que dirige Iñaki Urlezaga sostiene los tres actos del libro original en un espectáculo de dos horas y media.

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