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Dino Salas: Las tierras son nuestras y ahora queremos trabajar

Viernes, 29 de agosto de 2014 23:41
Dino Salas se hizo conocido por ser el cacique que frenó los desmontes en cuatro departamentos de la provincia de Salta, entre 2009 y diciembre de 2011. Su pedido de intervención en la Justicia llegó hasta la misma Corte Suprema, que ordenó frenar de inmediato los desmontes en Orán, San Martín, Rivadavia y Santa Victoria. Hoy, en la comunidad wichi de San Ignacio de Loyola, a unos 15 kilómetros de Hickmann, sobre la ruta nacional 81, se plantea un escenario totalmente diferente. Dino Salas y su gente están por desmontar parte de sus tierras ancestrales para embarcarse en el sueño de la producción agrícola que los haga autosustentables. "El trabajo no es pecado. Yo tengo mis títulos. Somos dueños y queremos trabajar. Pretendemos sembrar, pero también queremos mejorar el tema ganadero. Acá se vive en la pobreza, pero la tierra es rica. Donde estamos pisando ahora es plata", afirmó Salas.
Sin embargo existe un impedimento. Aunque su pedido fue aprobado por Ministerio de Ambiente de Salta, todavía no se firmó la resolución que habilitará el trámite definitivamente. Los aborígenes temen que la aparición en escena de la multinacional ambientalista Greenpeace frene sus proyectos productivos, que estaban a punto de volverse realidad. "Están poniendo palos en la rueda. No tengo ningún problema en entrevistarme con ellos si quieren venir a ver cómo vivimos. Mi palabra es que el trabajo es bueno para nosotros", sostuvo el cacique.
No es un dato menor que el hombre que se hizo conocido por frenar los desmontes en Salta este pidiendo los permisos legales para desmontar. Eso significa que algo está cambiando. Este pueblo originario auto determinó su propio destino y espera que esta vez esa determinación los arranque de la indigencia en la que se ven sumergidos desde hace generaciones. Es que la pobreza extrema estructural y la falta de oportunidades en la que viven está siendo amenazada, por algo que hace mucho no se veía en la zona: el trabajo. "No se puede vivir solamente de la caza, la pesca y la recolección. Necesitamos trabajar para salir de la pobreza", dijo el cacique.
Recientemente, Dino Salas escribió una carta abierta a Greenpeace, a la que le pidió que pare la campaña de agresión y que deje de hablar en nombre de su comunidad. Mientras que Greenpeace sostiene que el problema son las empresas que desmontan, Dino Salas piensa que ellas pueden ser la salvación para salir de la pobreza estructural en la que se encuentran. "El grave impacto que la deforestación está generando en las comunidades indígenas de la región es algo que hace tiempo vienen denunciando organizaciones sociales nacionales y de la provincia, académicos y las propias comunidades", dijo Greenpeace después de la carta del cacique. "Para nosotros no es una empresa, sino nuestros vecinos. Gracias a ellos tenemos trabajo para vivir de los frutos de nuestra tierra. Ya nadie puede vivir de la caza, la pesca y la recolección. Aunque lo seguiremos haciendo sabemos que también tenemos que trabajar", explicó Salas.
"Sentimos autoridad para hablar porque somos los pueblos originarios y cuidamos de los montes", escribió de puño y letra en su carta Dino, que es hincha de River, porque su padre del corazón era el técnico de River de Embarcación, en el chaco salteño. "En el documento figuro como clase 69, pero cuando me hicieron la documentación ya tenía como 18 años", contó. "Greenpeace nunca trajo un proyecto en mano. Si ellos estorban contra nuestro pedido creo que voy a tener que demandarlos. Nuestros vecinos de El Carmen trajeron un proyecto y ya estamos trabajando", opinó Salas, que ahora es socio de sus vecinos, los mayores exportadores de harina de trigo de la Argentina.
"No estoy en contra del desmonte. Estoy en contra del mal trato que le daban al monte. Se desmontaba y se quemaba todo, mientras mucha gente podía aprovechar esa maderita para subsistir. Estoy conforme con lo que estamos trabajando con nuestros vecinos, digan lo que digan", agregó Dino Salas.

Falta la resolución
"El proyecto está aprobado y tiene todos los requisitos que se le piden a cualquier productor. Pero la resolución final no está firmada. Hasta que no salga la resolución no se puede hacer absolutamente nada en esas tierras. Ni siquiera sacar madera para hacer el fuego. Las comunidades quieren producir y piden que los capaciten. Es verdad que nadie puede vivir de cazar charatas y corzuelas, porque se mueren de hambre. La comunidad cumple con todo lo que pide la ley. Como cualquier productor tiene que respetar cortinas perimetrales e internas y respetar los cursos de agua", dijo Claudio Cabral, el ingeniero que asesora la comunidad.

La cifra
28 familias aborígenes San Ignacio de Loyola recibió en marzo de 2012 el título comunitario por 1.867 hectáreas que ocupan desde tiempos ancestrales. Con el permiso podrán desmontar 185.

Las frases

Dino Salas
"Faltó diálogo con Greenpeace. En su momento frenamos el desmonte porque no había ningún control y sirvió".

"Ellos no pueden entender que necesitamos trabajar. Están más adelantados en la cuestión económica"
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Dino Salas se hizo conocido por ser el cacique que frenó los desmontes en cuatro departamentos de la provincia de Salta, entre 2009 y diciembre de 2011. Su pedido de intervención en la Justicia llegó hasta la misma Corte Suprema, que ordenó frenar de inmediato los desmontes en Orán, San Martín, Rivadavia y Santa Victoria. Hoy, en la comunidad wichi de San Ignacio de Loyola, a unos 15 kilómetros de Hickmann, sobre la ruta nacional 81, se plantea un escenario totalmente diferente. Dino Salas y su gente están por desmontar parte de sus tierras ancestrales para embarcarse en el sueño de la producción agrícola que los haga autosustentables. "El trabajo no es pecado. Yo tengo mis títulos. Somos dueños y queremos trabajar. Pretendemos sembrar, pero también queremos mejorar el tema ganadero. Acá se vive en la pobreza, pero la tierra es rica. Donde estamos pisando ahora es plata", afirmó Salas.
Sin embargo existe un impedimento. Aunque su pedido fue aprobado por Ministerio de Ambiente de Salta, todavía no se firmó la resolución que habilitará el trámite definitivamente. Los aborígenes temen que la aparición en escena de la multinacional ambientalista Greenpeace frene sus proyectos productivos, que estaban a punto de volverse realidad. "Están poniendo palos en la rueda. No tengo ningún problema en entrevistarme con ellos si quieren venir a ver cómo vivimos. Mi palabra es que el trabajo es bueno para nosotros", sostuvo el cacique.
No es un dato menor que el hombre que se hizo conocido por frenar los desmontes en Salta este pidiendo los permisos legales para desmontar. Eso significa que algo está cambiando. Este pueblo originario auto determinó su propio destino y espera que esta vez esa determinación los arranque de la indigencia en la que se ven sumergidos desde hace generaciones. Es que la pobreza extrema estructural y la falta de oportunidades en la que viven está siendo amenazada, por algo que hace mucho no se veía en la zona: el trabajo. "No se puede vivir solamente de la caza, la pesca y la recolección. Necesitamos trabajar para salir de la pobreza", dijo el cacique.
Recientemente, Dino Salas escribió una carta abierta a Greenpeace, a la que le pidió que pare la campaña de agresión y que deje de hablar en nombre de su comunidad. Mientras que Greenpeace sostiene que el problema son las empresas que desmontan, Dino Salas piensa que ellas pueden ser la salvación para salir de la pobreza estructural en la que se encuentran. "El grave impacto que la deforestación está generando en las comunidades indígenas de la región es algo que hace tiempo vienen denunciando organizaciones sociales nacionales y de la provincia, académicos y las propias comunidades", dijo Greenpeace después de la carta del cacique. "Para nosotros no es una empresa, sino nuestros vecinos. Gracias a ellos tenemos trabajo para vivir de los frutos de nuestra tierra. Ya nadie puede vivir de la caza, la pesca y la recolección. Aunque lo seguiremos haciendo sabemos que también tenemos que trabajar", explicó Salas.
"Sentimos autoridad para hablar porque somos los pueblos originarios y cuidamos de los montes", escribió de puño y letra en su carta Dino, que es hincha de River, porque su padre del corazón era el técnico de River de Embarcación, en el chaco salteño. "En el documento figuro como clase 69, pero cuando me hicieron la documentación ya tenía como 18 años", contó. "Greenpeace nunca trajo un proyecto en mano. Si ellos estorban contra nuestro pedido creo que voy a tener que demandarlos. Nuestros vecinos de El Carmen trajeron un proyecto y ya estamos trabajando", opinó Salas, que ahora es socio de sus vecinos, los mayores exportadores de harina de trigo de la Argentina.
"No estoy en contra del desmonte. Estoy en contra del mal trato que le daban al monte. Se desmontaba y se quemaba todo, mientras mucha gente podía aprovechar esa maderita para subsistir. Estoy conforme con lo que estamos trabajando con nuestros vecinos, digan lo que digan", agregó Dino Salas.

Falta la resolución
"El proyecto está aprobado y tiene todos los requisitos que se le piden a cualquier productor. Pero la resolución final no está firmada. Hasta que no salga la resolución no se puede hacer absolutamente nada en esas tierras. Ni siquiera sacar madera para hacer el fuego. Las comunidades quieren producir y piden que los capaciten. Es verdad que nadie puede vivir de cazar charatas y corzuelas, porque se mueren de hambre. La comunidad cumple con todo lo que pide la ley. Como cualquier productor tiene que respetar cortinas perimetrales e internas y respetar los cursos de agua", dijo Claudio Cabral, el ingeniero que asesora la comunidad.

La cifra
28 familias aborígenes San Ignacio de Loyola recibió en marzo de 2012 el título comunitario por 1.867 hectáreas que ocupan desde tiempos ancestrales. Con el permiso podrán desmontar 185.

Las frases

Dino Salas
"Faltó diálogo con Greenpeace. En su momento frenamos el desmonte porque no había ningún control y sirvió".

"Ellos no pueden entender que necesitamos trabajar. Están más adelantados en la cuestión económica"

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