Liliana, la madre de Javier, confirmó a El Tribuno que el joven radicó la denuncia desde el hospital San Bernardo, el 15 de julio, contra cuatro profesionales del nosocomio norteño, a los que acusa de los delitos de "mala praxis y abandono de persona". La mujer aseguró: "Vamos a llegar hasta las últimas consecuencias, ya que mi hijo pudo haber muerto por la mala atención de los médicos de Orán".
Al efectuar un raconto de lo sucedido, la mujer recordó que Javier fue atacado con un cuchillo por un sujeto cuando ingresaba a su domicilio, acompañado por su novia. "Cuando lo vamos al hospital de Orán, los médicos que estaban de guardia no quisieron atenderlo, a pesar de que tenía una profunda herida de arma blanca que para ellos era superficial y con este diagnóstico le dieron el alta", dijo Liliana Solís.
Sin embargo cuando el chico llegó al domicilio de la familia en Hipólito Yrigoyen comenzó a sufrir convulsiones y en la desesperación sus padres decidieron trasladarlo por sus propios medios al hospital San Bernardo, en la capital salteña. "Fue un riesgo trasladarlo en esas condiciones y si hubiéramos sabido la gravedad de la lesiones que presentaba, seguramente no lo hubiéramos hecho", expresó la mujer.
Javier Solís ingresó en estado desesperante al San Bernardo, donde los médicos determinaron que presentaba perforación de pulmón, diafragma, intestino, esófago y estómago. Fue operado de urgencia y como su cuadro se agravó en los días posteriores debió ser sometido a dos intervenciones más.
Mientras el paciente se debatía entre la vida y la muerte, una radio de Yrigoyen lanzó una campaña solidaria para que la familia pueda afrontar los gastos de su recuperación. La respuesta de los vecinos del pueblo cañero fue masiva, lo que trajo alivio para los padres que estaban dispuesto a desprenderse de todos sus bienes con tal de salvar la vida de su hijo.
"Los momentos que pasamos fueron muy duros y gracias a todo el esfuerzo que pusieron los médicos del hospital San Bernardo, mi hijo pudo salir adelante hasta que el uno de este mes le dieron el alta con el compromiso de concurrir una vez por semana al hospital para someterse a los controles de rigor", señaló la madre. Según la mujer "Javier sigue con la herida abierta, pero gracias a Dios está fuera de peligro".
La demanda
Al referirse a la demando contra los médicos del hospital oranense, Liliana de Solís manifestó que "hoy mismo estamos pidiendo un préstamo para contratar un abogado y poner en marcha la demanda judicial". Y agrego: "Esto no puede quedar así; mi hijo podría haber muerto si nosotros no lo llevábamos al San Bernardo", apuntó.
"Estamos -dijo- esperando que la justicia de Orán nos llame a declarar para seguir adelante con el proceso". La madre nos pidió encarecidamente que "no se olviden de agradecer a todo el equipo médico y enfermeros del hospital San Bernardo por la atención recibida y por la contención que nos dieron"
El agresor de Javier Solís fue detenido por efectivos de la Brigada de Investigaciones de Orán el 10 de julio en la localidad de Hipólito Yrigoyen durante un allanamiento realizado en una vivienda de la calle Hernando de Lerma, donde estaba oculto. El imputado tiene 29 años, es de apellido Ontiveros y al momento de su detención le secuestraron un cuchillo. "El agresor está detenido pero la causa no avanza, vamos a insistir porque lo que pasó no puede quedar impune", sostuvo Liliana.
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Liliana, la madre de Javier, confirmó a El Tribuno que el joven radicó la denuncia desde el hospital San Bernardo, el 15 de julio, contra cuatro profesionales del nosocomio norteño, a los que acusa de los delitos de "mala praxis y abandono de persona". La mujer aseguró: "Vamos a llegar hasta las últimas consecuencias, ya que mi hijo pudo haber muerto por la mala atención de los médicos de Orán".
Al efectuar un raconto de lo sucedido, la mujer recordó que Javier fue atacado con un cuchillo por un sujeto cuando ingresaba a su domicilio, acompañado por su novia. "Cuando lo vamos al hospital de Orán, los médicos que estaban de guardia no quisieron atenderlo, a pesar de que tenía una profunda herida de arma blanca que para ellos era superficial y con este diagnóstico le dieron el alta", dijo Liliana Solís.
Sin embargo cuando el chico llegó al domicilio de la familia en Hipólito Yrigoyen comenzó a sufrir convulsiones y en la desesperación sus padres decidieron trasladarlo por sus propios medios al hospital San Bernardo, en la capital salteña. "Fue un riesgo trasladarlo en esas condiciones y si hubiéramos sabido la gravedad de la lesiones que presentaba, seguramente no lo hubiéramos hecho", expresó la mujer.
Javier Solís ingresó en estado desesperante al San Bernardo, donde los médicos determinaron que presentaba perforación de pulmón, diafragma, intestino, esófago y estómago. Fue operado de urgencia y como su cuadro se agravó en los días posteriores debió ser sometido a dos intervenciones más.
Mientras el paciente se debatía entre la vida y la muerte, una radio de Yrigoyen lanzó una campaña solidaria para que la familia pueda afrontar los gastos de su recuperación. La respuesta de los vecinos del pueblo cañero fue masiva, lo que trajo alivio para los padres que estaban dispuesto a desprenderse de todos sus bienes con tal de salvar la vida de su hijo.
"Los momentos que pasamos fueron muy duros y gracias a todo el esfuerzo que pusieron los médicos del hospital San Bernardo, mi hijo pudo salir adelante hasta que el uno de este mes le dieron el alta con el compromiso de concurrir una vez por semana al hospital para someterse a los controles de rigor", señaló la madre. Según la mujer "Javier sigue con la herida abierta, pero gracias a Dios está fuera de peligro".
La demanda
Al referirse a la demando contra los médicos del hospital oranense, Liliana de Solís manifestó que "hoy mismo estamos pidiendo un préstamo para contratar un abogado y poner en marcha la demanda judicial". Y agrego: "Esto no puede quedar así; mi hijo podría haber muerto si nosotros no lo llevábamos al San Bernardo", apuntó.
"Estamos -dijo- esperando que la justicia de Orán nos llame a declarar para seguir adelante con el proceso". La madre nos pidió encarecidamente que "no se olviden de agradecer a todo el equipo médico y enfermeros del hospital San Bernardo por la atención recibida y por la contención que nos dieron"
El agresor de Javier Solís fue detenido por efectivos de la Brigada de Investigaciones de Orán el 10 de julio en la localidad de Hipólito Yrigoyen durante un allanamiento realizado en una vivienda de la calle Hernando de Lerma, donde estaba oculto. El imputado tiene 29 años, es de apellido Ontiveros y al momento de su detención le secuestraron un cuchillo. "El agresor está detenido pero la causa no avanza, vamos a insistir porque lo que pasó no puede quedar impune", sostuvo Liliana.