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Vivir a unas cuadras del basural y llevarlo marcado en la piel

Jueves, 25 de septiembre de 2014 01:35
<div>En el comedor Por una sonrisa, una de las niñas mostró la irritación de la piel en uno de sus brazos.&nbsp;</div><div>
"No hay otra explicación. La basura desintegrada del vertedero llega hasta acá con el viento. Hay muchos chicos con problemas en la piel y hasta hongos en la cara. Se rascan a cada rato y se lastiman", afirma Cristina Mamaní. Cristina, encargada del comedor "Por una sonrisa", le pone nombre a la presunción de que vivir en inmediaciones de un vertedero municipal puede ser nocivo para la salud. En torno de ella, varias madres asienten. Todas viven en el barrio Primera Junta y le muestran a El Tribuno las señales de dermatitis que registran los rostros, brazos y piernas de sus hijos.
"Mis hijos tienen sarpullido y granos en la cabeza, los pies y los brazos. De noche y de día no se puede respirar por el olor. Vivo en un módulo habitacional de 15 metros cuadrados con mis ocho hijos. Sufrimos por el olor. Las ratas y los bichos que trae la basura es otro problema que me da miedo", expresa Raquel Hoyos (40).
En Primera Junta, habitan trabajadores informales de segmentos indigentes y muy precarios del mercado laboral. A ellos llegan los peores servicios de salud, educación, transporte y seguridad. La cercanía de este núcleo habitacional con el basural San Javier es inexplicable, ya que el Plan Integral de Desarrollo Urbano Ambiental (Pidua) clasifica esa zona como no habitable. El artículo 133 del Pidua describe el espacio como un área que "por sus características de ubicación, topografía, contaminación ambiental u otras, se considera a priori como no apropiada".
En la zona sudeste hay madres que reconocen que, ante problemas en la piel de sus hijos, no siempre consultan con el médico.
La ubicación adversa de Primera Junta se potencia con las condiciones en que se efectúa la disposición final de los residuos sólidos en el San Javier. Así lo describe el Dr. Lucas Seghezzo, investigador del Conicet y docente de la Universidad Nacional de Salta. El mes pasado, a pedido del Concejo Deliberante de nuestra ciudad, Seghezzo realizó una inspección ambiental en el vertedero. En su recorrida observó aspectos negativos en la operación del relleno sanitario. Detectó condiciones inadecuadas de orden y limpieza en todo el predio, ya que las inmediaciones del basural están invadidas por residuos, material plástico y animales domésticos. Otro dato alarmante sobre el basural es que la insuficiente captación y tratamiento de líquidos lixiviados conlleva un alto riesgo de contaminación de las aguas superficiales y subterráneas. Estos líquidos se producen por una combinación de drenaje, fermentación anaeróbica y agua de lluvia, y según Seghezzo, tienen un alto potencial contaminante porque incluyen materia orgánica, ácidos volátiles y metales pesados. También consideró que aumenta la peligrosidad de los lixiviados la inexistencia de un sistema de confinamiento seguro para pilas y baterías. No descartó la presencia de desechos industriales y agroindustriales sin tratamiento adecuado y en lugares indebidos.
Sin protección
Varios factores se conjugan para que el viento disperse los residuos en inmediaciones del vertedero y los vecinos queden expuestos a sufrir daños por la contaminación. Por ejemplo, el cercado perimetral de alambre tejido del basural (sostenido por postes de 2,20) es discontinuo y está roto en varios sectores del predio. Esto permite que ingresen personas que no pertenecen a la empresa para depositar desechos como neumáticos y filtros de agua. El estudio indica que Agrotécnica Fueguina incumplió con la implantación de un cinturón forestal denso y de grandes dimensiones, con separaciones de cinco metros entre sí. Seghezzo agrega que árboles de una forestación anterior quedaron a una altura inferior a las trincheras de residuos.
La dermatitis
Consultado acerca de si las familias que viven en zonas colindantes con el vertedero San Javier estarían más propensas a desarrollar enfermedades dermatológicas, el Dr. José Antonio Castillo explicó que podrían adquirir dermatitis de contacto de base alérgica, que se manifiestan con enrojecimiento de la piel, pequeñas ampollas y prurito. También se pueden padecer urticarias y lesiones alérgicas que se exteriorizan en la formación de ronchas localizadas en los miembros inferiores y superiores, que son las partes más expuestas del cuerpo. Este cuadro podría derivar en una biodermatitis, que comprende procesos infecciosos de la piel como la foliculitis, una inflamación de los folículos pilosos. También es probable que se produzcan úlceras por microtraumatismos en los miembros inferiores y superiores, y es esperable una mayor presencia de mosquitos que podrían transmitir dengue. Castillo advirtió que sin control ni la debida atención, estas enfermedades pueden resultar invalidantes porque cuando toman las mucosas -generalmente en boca, labios o nariz- se producen lesiones que a veces generan destrucción de la zona facial.
Vecinos de la última etapa de barrio Los Pinares, que habitan cerca del vertedero, reclaman por malos olores.
Sin diagnóstico, sin solución
El médico Nelson Quinteros, jefe del Primer Nivel de Atención del hospital Papa Francisco, dijo a El Tribuno que las estadísticas sobre dermatitis en los barrios del sudeste de la capital salteña no son alarmantes.
En lo que va del año, se registraron 231 casos de dermatitis entre ese nosocomio y los diez centros de salud de la zona operativa 55.
La mayor incidencia se dio en enero (81) y se registran de 15 a 25 ocurrencias mensuales.
Quinteros explicó que "el basural, los baldíos y asentamientos tienen influencia en los problemas de la piel". Sin embargo, aclaró que no se puede establecer una relación directa ni concluyente sin la realización de un estudio pormenorizado. Luego remarcó que las números no denotan nada fuera de lo esperable. "Recibimos chicos con problemas de piel. Se agudizan en los casos en que las familias carecen de las posibilidades de higienizarse correctamente", sostuvo. Luego consideró: "Es muy simple atribuirlo a una única causa, aunque sin dudas un ambiente físico desfavorable en donde la gente habite está en relación con una mayor incidencia, no solo de dermatitis sino de problemas respiratorios, parasitosis o diarreas". Sin embargo, la dermatitis no es de notificación obligatoria como estas otras afecciones.
Los ediles, en alerta
La concejal y miembro de la Comisión de Medio Ambiente del Concejo Deliberante de Salta, Angela Di Bez, recientemente recorrió el basural.
Ella consideró que la emanación de los olores no es fuerte y respecto de las viviendas que se ubican cerca dijo: "Es una vergüenza que se hagan casas cerca de un vertedero". Por ello adelantó que esta semana intervendrá para detectar las falencias e incumplimientos administrativos que se cometieron para posibilitar esta construcción. De su incursión en el vertedero destacó: "Hay gente que pasa mucho tiempo adentro. Yo constaté que donde hacen el separado vive gente de manera precaria. Trabajan sin el equipamiento adecuado. Les pregunté por qué no usan barbijos, pese a que la Municipalidad se los entrega, y me dijeron que les molestaba usarlo. No entienden que su salud está en juego", expresó.
Cristina y las madres que recibe a diario en el comedor no quieren estudios de casos que provean diagnósticos. Quieren soluciones. "El Gobierno nos tiene olvidados. Si no nos escucha por un plato de comida, qué puedo decirle al gobernador de que mis chicos están con la piel dañada", cuestiona. Los vecinos no pidieron asistencia de un dermatólgo. "Por el momento no, porque me dediqué a la olla", concluyó.
La zona sudeste concentra la mayor cantidad de barrios sin infraestructura.
Daños perceptibles
Por pedido del bloque de concejales del Partido Obrero Lucas Seghezzo, investigador del Conicet y docente de la UNSa, realizó una inspección ambiental en el vertedero San Javier, a fines del mes pasado. Entre las irregularidades vio que los residuos no son triturados, acondicionados ni compactados en cada viaje y que pilas de desechos de varios días no estaban cubiertas con tierra. Además, recicladores estaban trabajando sin elementos que garantizaran su higiene y seguridad. Pero personas con acceso no autorizado también ingresan y dejan huellas. "Pude constatar la existencia de una pileta precaria con residuos industriales y agroindustriales, aparentemente originados en mataderos, curtiembres y plantas procesadoras de tabaco. También derrames de un líquido muy similar al lixiviado de rellenos sanitarios. Esta pileta se construyó con un pequeño talud de tierra y se encuentra a escasos metros de una zona de agua estancada proveniente del Arenales. Considero que estos residuos industriales deben retirarse urgente del lugar para evitar la contaminación del río en época de lluvias", expresa en su informe. Entre las sugerencias recomendó que Agrotécnica Fueguina realice cada seis meses un análisis de los líquidos que se producen allí y que se examine el río Arenales, destino del lixiviado tratado. También, monitorear el agua subterránea de la zona para descartar contaminación en los acuíferos.

Detección de casos en la zona sudeste
En lo que va del año se detectaron 231 casos de dermatitis en la zona sudeste de la ciudad. En enero de 2014 se registró el nivel más alto con 81 casos informados. Durante el verano es cuando más consultas se reciben porque en esa estación se incrementan los porcentajes de humedad.
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"No hay otra explicación. La basura desintegrada del vertedero llega hasta acá con el viento. Hay muchos chicos con problemas en la piel y hasta hongos en la cara. Se rascan a cada rato y se lastiman", afirma Cristina Mamaní. Cristina, encargada del comedor "Por una sonrisa", le pone nombre a la presunción de que vivir en inmediaciones de un vertedero municipal puede ser nocivo para la salud. En torno de ella, varias madres asienten. Todas viven en el barrio Primera Junta y le muestran a El Tribuno las señales de dermatitis que registran los rostros, brazos y piernas de sus hijos.
"Mis hijos tienen sarpullido y granos en la cabeza, los pies y los brazos. De noche y de día no se puede respirar por el olor. Vivo en un módulo habitacional de 15 metros cuadrados con mis ocho hijos. Sufrimos por el olor. Las ratas y los bichos que trae la basura es otro problema que me da miedo", expresa Raquel Hoyos (40).
En Primera Junta, habitan trabajadores informales de segmentos indigentes y muy precarios del mercado laboral. A ellos llegan los peores servicios de salud, educación, transporte y seguridad. La cercanía de este núcleo habitacional con el basural San Javier es inexplicable, ya que el Plan Integral de Desarrollo Urbano Ambiental (Pidua) clasifica esa zona como no habitable. El artículo 133 del Pidua describe el espacio como un área que "por sus características de ubicación, topografía, contaminación ambiental u otras, se considera a priori como no apropiada".
En la zona sudeste hay madres que reconocen que, ante problemas en la piel de sus hijos, no siempre consultan con el médico.
La ubicación adversa de Primera Junta se potencia con las condiciones en que se efectúa la disposición final de los residuos sólidos en el San Javier. Así lo describe el Dr. Lucas Seghezzo, investigador del Conicet y docente de la Universidad Nacional de Salta. El mes pasado, a pedido del Concejo Deliberante de nuestra ciudad, Seghezzo realizó una inspección ambiental en el vertedero. En su recorrida observó aspectos negativos en la operación del relleno sanitario. Detectó condiciones inadecuadas de orden y limpieza en todo el predio, ya que las inmediaciones del basural están invadidas por residuos, material plástico y animales domésticos. Otro dato alarmante sobre el basural es que la insuficiente captación y tratamiento de líquidos lixiviados conlleva un alto riesgo de contaminación de las aguas superficiales y subterráneas. Estos líquidos se producen por una combinación de drenaje, fermentación anaeróbica y agua de lluvia, y según Seghezzo, tienen un alto potencial contaminante porque incluyen materia orgánica, ácidos volátiles y metales pesados. También consideró que aumenta la peligrosidad de los lixiviados la inexistencia de un sistema de confinamiento seguro para pilas y baterías. No descartó la presencia de desechos industriales y agroindustriales sin tratamiento adecuado y en lugares indebidos.
Sin protección
Varios factores se conjugan para que el viento disperse los residuos en inmediaciones del vertedero y los vecinos queden expuestos a sufrir daños por la contaminación. Por ejemplo, el cercado perimetral de alambre tejido del basural (sostenido por postes de 2,20) es discontinuo y está roto en varios sectores del predio. Esto permite que ingresen personas que no pertenecen a la empresa para depositar desechos como neumáticos y filtros de agua. El estudio indica que Agrotécnica Fueguina incumplió con la implantación de un cinturón forestal denso y de grandes dimensiones, con separaciones de cinco metros entre sí. Seghezzo agrega que árboles de una forestación anterior quedaron a una altura inferior a las trincheras de residuos.
La dermatitis
Consultado acerca de si las familias que viven en zonas colindantes con el vertedero San Javier estarían más propensas a desarrollar enfermedades dermatológicas, el Dr. José Antonio Castillo explicó que podrían adquirir dermatitis de contacto de base alérgica, que se manifiestan con enrojecimiento de la piel, pequeñas ampollas y prurito. También se pueden padecer urticarias y lesiones alérgicas que se exteriorizan en la formación de ronchas localizadas en los miembros inferiores y superiores, que son las partes más expuestas del cuerpo. Este cuadro podría derivar en una biodermatitis, que comprende procesos infecciosos de la piel como la foliculitis, una inflamación de los folículos pilosos. También es probable que se produzcan úlceras por microtraumatismos en los miembros inferiores y superiores, y es esperable una mayor presencia de mosquitos que podrían transmitir dengue. Castillo advirtió que sin control ni la debida atención, estas enfermedades pueden resultar invalidantes porque cuando toman las mucosas -generalmente en boca, labios o nariz- se producen lesiones que a veces generan destrucción de la zona facial.
Vecinos de la última etapa de barrio Los Pinares, que habitan cerca del vertedero, reclaman por malos olores.
Sin diagnóstico, sin solución
El médico Nelson Quinteros, jefe del Primer Nivel de Atención del hospital Papa Francisco, dijo a El Tribuno que las estadísticas sobre dermatitis en los barrios del sudeste de la capital salteña no son alarmantes.
En lo que va del año, se registraron 231 casos de dermatitis entre ese nosocomio y los diez centros de salud de la zona operativa 55.
La mayor incidencia se dio en enero (81) y se registran de 15 a 25 ocurrencias mensuales.
Quinteros explicó que "el basural, los baldíos y asentamientos tienen influencia en los problemas de la piel". Sin embargo, aclaró que no se puede establecer una relación directa ni concluyente sin la realización de un estudio pormenorizado. Luego remarcó que las números no denotan nada fuera de lo esperable. "Recibimos chicos con problemas de piel. Se agudizan en los casos en que las familias carecen de las posibilidades de higienizarse correctamente", sostuvo. Luego consideró: "Es muy simple atribuirlo a una única causa, aunque sin dudas un ambiente físico desfavorable en donde la gente habite está en relación con una mayor incidencia, no solo de dermatitis sino de problemas respiratorios, parasitosis o diarreas". Sin embargo, la dermatitis no es de notificación obligatoria como estas otras afecciones.
Los ediles, en alerta
La concejal y miembro de la Comisión de Medio Ambiente del Concejo Deliberante de Salta, Angela Di Bez, recientemente recorrió el basural.
Ella consideró que la emanación de los olores no es fuerte y respecto de las viviendas que se ubican cerca dijo: "Es una vergüenza que se hagan casas cerca de un vertedero". Por ello adelantó que esta semana intervendrá para detectar las falencias e incumplimientos administrativos que se cometieron para posibilitar esta construcción. De su incursión en el vertedero destacó: "Hay gente que pasa mucho tiempo adentro. Yo constaté que donde hacen el separado vive gente de manera precaria. Trabajan sin el equipamiento adecuado. Les pregunté por qué no usan barbijos, pese a que la Municipalidad se los entrega, y me dijeron que les molestaba usarlo. No entienden que su salud está en juego", expresó.
Cristina y las madres que recibe a diario en el comedor no quieren estudios de casos que provean diagnósticos. Quieren soluciones. "El Gobierno nos tiene olvidados. Si no nos escucha por un plato de comida, qué puedo decirle al gobernador de que mis chicos están con la piel dañada", cuestiona. Los vecinos no pidieron asistencia de un dermatólgo. "Por el momento no, porque me dediqué a la olla", concluyó.
La zona sudeste concentra la mayor cantidad de barrios sin infraestructura.
Daños perceptibles
Por pedido del bloque de concejales del Partido Obrero Lucas Seghezzo, investigador del Conicet y docente de la UNSa, realizó una inspección ambiental en el vertedero San Javier, a fines del mes pasado. Entre las irregularidades vio que los residuos no son triturados, acondicionados ni compactados en cada viaje y que pilas de desechos de varios días no estaban cubiertas con tierra. Además, recicladores estaban trabajando sin elementos que garantizaran su higiene y seguridad. Pero personas con acceso no autorizado también ingresan y dejan huellas. "Pude constatar la existencia de una pileta precaria con residuos industriales y agroindustriales, aparentemente originados en mataderos, curtiembres y plantas procesadoras de tabaco. También derrames de un líquido muy similar al lixiviado de rellenos sanitarios. Esta pileta se construyó con un pequeño talud de tierra y se encuentra a escasos metros de una zona de agua estancada proveniente del Arenales. Considero que estos residuos industriales deben retirarse urgente del lugar para evitar la contaminación del río en época de lluvias", expresa en su informe. Entre las sugerencias recomendó que Agrotécnica Fueguina realice cada seis meses un análisis de los líquidos que se producen allí y que se examine el río Arenales, destino del lixiviado tratado. También, monitorear el agua subterránea de la zona para descartar contaminación en los acuíferos.

Detección de casos en la zona sudeste
En lo que va del año se detectaron 231 casos de dermatitis en la zona sudeste de la ciudad. En enero de 2014 se registró el nivel más alto con 81 casos informados. Durante el verano es cuando más consultas se reciben porque en esa estación se incrementan los porcentajes de humedad.
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