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Milani, ¿primera víctima de Zannini?

Jueves, 25 de junio de 2015 00:05
Carlos Zannini. Télam
El último terremoto interno del kirchnerismo y que terminó con el alejamiento del jefe del Ejército Cesar Milani si bien fue sorpresivo, no lo fue para todos.
En fuentes militares trascendió que la relación entre Milani y el flamante candidato a vicepresidente del oficialismo era buena, pero había bajado un escalón en los últimos tiempos. La renuncia del general del Ejército demuestra el poder de Zannini. Milani no era un nombre más dentro de la estructura K: manejaba las operaciones de inteligencia internas que antes hacía el exdirector de Operaciones de la SIDE Antonio Stiusso, y había demostrado su compromiso con el "proyecto nacional y popular".
Todo habría explotado, segun las fuentes, el sábado durante el acto por el Día de la Bandera en Rosario.
El cortocircuito habría comenzado por la reglamentación de la ley que creó la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), armada en reemplazo la SIDE, tras la misteriosa muerte del fiscal de la AMIA Alberto Nisman. La reglamentación está siendo redactada por el flamante director de la Escuela Nacional de Inteligencia Marcelo Saín y Zannini. El extitular de la SIDE y diputado justicialista Miguel Ángel Toma fue más allá, y supuso que la renuncia es porque Milani quiso ser el nuevo titular de la AFI, en reemplazo de Oscar Parrilli, y que la idea levantó una polémica dentro del círculo íntimo del kirchnerismo.

La relación con Rossi
Además de los problemas con Zannini, Milani no tenía una buena relación con el ministro de Defensa, Agustín Rossi.
La última pulseada que Milani mantuvo con Rossi fue por su decisión de nombrar coronel mayor al exdirector de Inteligencia Marcelo Granitto. El ministro de Defensa se oponía al ascenso en base a supuestas "simpatías por los carapintadas". A pesar de la negativa, Milani lo ascendió igual como una forma de mostrar su poder dentro del oficialismo.
Ayer, en sus primeras declaraciones tras la renuncia de Milano, el ministro Rossi negó cualquier relación entre el alejamiento del militar y su situación judicial. Si esto es verdad, la hipótesis de los problemas internos cobra aun mayor fuerza.
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El último terremoto interno del kirchnerismo y que terminó con el alejamiento del jefe del Ejército Cesar Milani si bien fue sorpresivo, no lo fue para todos.
En fuentes militares trascendió que la relación entre Milani y el flamante candidato a vicepresidente del oficialismo era buena, pero había bajado un escalón en los últimos tiempos. La renuncia del general del Ejército demuestra el poder de Zannini. Milani no era un nombre más dentro de la estructura K: manejaba las operaciones de inteligencia internas que antes hacía el exdirector de Operaciones de la SIDE Antonio Stiusso, y había demostrado su compromiso con el "proyecto nacional y popular".
Todo habría explotado, segun las fuentes, el sábado durante el acto por el Día de la Bandera en Rosario.
El cortocircuito habría comenzado por la reglamentación de la ley que creó la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), armada en reemplazo la SIDE, tras la misteriosa muerte del fiscal de la AMIA Alberto Nisman. La reglamentación está siendo redactada por el flamante director de la Escuela Nacional de Inteligencia Marcelo Saín y Zannini. El extitular de la SIDE y diputado justicialista Miguel Ángel Toma fue más allá, y supuso que la renuncia es porque Milani quiso ser el nuevo titular de la AFI, en reemplazo de Oscar Parrilli, y que la idea levantó una polémica dentro del círculo íntimo del kirchnerismo.

La relación con Rossi
Además de los problemas con Zannini, Milani no tenía una buena relación con el ministro de Defensa, Agustín Rossi.
La última pulseada que Milani mantuvo con Rossi fue por su decisión de nombrar coronel mayor al exdirector de Inteligencia Marcelo Granitto. El ministro de Defensa se oponía al ascenso en base a supuestas "simpatías por los carapintadas". A pesar de la negativa, Milani lo ascendió igual como una forma de mostrar su poder dentro del oficialismo.
Ayer, en sus primeras declaraciones tras la renuncia de Milano, el ministro Rossi negó cualquier relación entre el alejamiento del militar y su situación judicial. Si esto es verdad, la hipótesis de los problemas internos cobra aun mayor fuerza.
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