Don Turi Trovato, como se lo conocía en los alrededores de la calle Lerma y San Luis, había cumplido 100 años el 23 de octubre del año pasado, muchos de ellos alimentando el fuego de la pasión antoniana. Había nacido en Sicilia. Tenía la fogosidad y el temperamento de los auténticon tanos oriundos de esa región italiana.
Llegó a Salta casi al mismo tiempo que Fray Honorato Pistoia (que le dio su nombre al estadio
Juventud Antoniana) y muchas veces en la tribuna compartieron y sufrieron por esos colores; es más, algunos los identifican por sus fuertes gritos en sus medialenguas ítalo-castellanas. Fue vocal de alguna visionaria comisión directiva que buscaba el crecimiento del club, pero también fue intendente por muchos años. Su figura se fue perdiendo por los años, pero su recuerdo seguirá vigente.
Don Turi Trovato, como se lo conocía en los alrededores de la calle Lerma y San Luis, había cumplido 100 años el 23 de octubre del año pasado, muchos de ellos alimentando el fuego de la pasión antoniana. Había nacido en Sicilia. Tenía la fogosidad y el temperamento de los auténticon tanos oriundos de esa región italiana.
Llegó a Salta casi al mismo tiempo que Fray Honorato Pistoia (que le dio su nombre al estadio
Juventud Antoniana) y muchas veces en la tribuna compartieron y sufrieron por esos colores; es más, algunos los identifican por sus fuertes gritos en sus medialenguas ítalo-castellanas. Fue vocal de alguna visionaria comisión directiva que buscaba el crecimiento del club, pero también fue intendente por muchos años. Su figura se fue perdiendo por los años, pero su recuerdo seguirá vigente.