Con conflicto, el corso cambió el recorrido

A dos días del inicio de los Corsos Color 2017, uno de los espectáculos más convocantes del norte salteño, la polémica entre los oranenses parece no tener fin. El lunes pasado, la comisión organizadora cambió el recorrido y hay quejas de una clínica por donde ahora será el desfile.

La primer confrontación se dio con los frentistas de la calle López y Planes (hacia el este) que querían sillas para alquilar en sus veredas. Al no llegar a un acuerdo, todo terminó en el cambio de recorrido del espectáculo que ahora se iniciará en la calle San Martín.

Cuando días atrás se definió la distribución de sillas para los conjuntos e instituciones, quedaron fuera del reparto los frentistas de la calle López y Planes. Algunos de esos vecinos pidieron el alquiler de sillas en sus veredas y, para aplacar los ánimos, se les destinó una cantidad. Pero continuaron las desavenencias y hasta amenazaron con impedir el corso.

Esta fue la razón por la que, finalmente, la comisión tomó una decisión tajante: los desfiles pasarán por la López y Planes, pero ahora desde otro punto de partida: la calle San Martín hasta Pellegrini.

La decisión del cambio de un tramo del circuito, consensuada entre la comisión organizadora y los caciques, se debió a varios factores: el pésimo estado de la calle López y Planes, medidas de seguridad, mejor recaudación y las diferencias con los vecinos ubicados entre Yrigoyen y Santa Fe.

Pero la modificación no fue aplaudida por todos. Fue el senador Pablo González, médico y director del Sanatorio Gemes, ubicado en López y Planes esquina Uriburu, por donde ahora pasará el corso, quien manifestó que ese recorrido perjudica de manera directa a los pacientes internados y al flujo normal de ambulancias y visitas a enfermos.

"El año pasado, los pacientes hicieron una denuncia formal no solo ante la administración de la clínica sino también antes las diferentes obras sociales", recordó González.

Consideró que solo se trata de sentido común, porque son seis horas de espectáculo que perturban directamente a los pacientes y familiares justo a la noche, en horas de descanso.

Ante esta situación evaluaron la posibilidad de recurrir en primera instancia a la justicia, pero finalmente confirmaron que se dirigirán de manera formal a la comisión organizadora apelando al criterio y al sentido común de sus integrantes.

A dos días del inicio de los Corsos Color 2017, uno de los espectáculos más convocantes del norte salteño, la polémica entre los oranenses parece no tener fin. El lunes pasado, la comisión organizadora cambió el recorrido y hay quejas de una clínica por donde ahora será el desfile.

La primer confrontación se dio con los frentistas de la calle López y Planes (hacia el este) que querían sillas para alquilar en sus veredas. Al no llegar a un acuerdo, todo terminó en el cambio de recorrido del espectáculo que ahora se iniciará en la calle San Martín.

Cuando días atrás se definió la distribución de sillas para los conjuntos e instituciones, quedaron fuera del reparto los frentistas de la calle López y Planes. Algunos de esos vecinos pidieron el alquiler de sillas en sus veredas y, para aplacar los ánimos, se les destinó una cantidad. Pero continuaron las desavenencias y hasta amenazaron con impedir el corso.

Esta fue la razón por la que, finalmente, la comisión tomó una decisión tajante: los desfiles pasarán por la López y Planes, pero ahora desde otro punto de partida: la calle San Martín hasta Pellegrini.

La decisión del cambio de un tramo del circuito, consensuada entre la comisión organizadora y los caciques, se debió a varios factores: el pésimo estado de la calle López y Planes, medidas de seguridad, mejor recaudación y las diferencias con los vecinos ubicados entre Yrigoyen y Santa Fe.

Pero la modificación no fue aplaudida por todos. Fue el senador Pablo González, médico y director del Sanatorio Gemes, ubicado en López y Planes esquina Uriburu, por donde ahora pasará el corso, quien manifestó que ese recorrido perjudica de manera directa a los pacientes internados y al flujo normal de ambulancias y visitas a enfermos.

"El año pasado, los pacientes hicieron una denuncia formal no solo ante la administración de la clínica sino también antes las diferentes obras sociales", recordó González.

Consideró que solo se trata de sentido común, porque son seis horas de espectáculo que perturban directamente a los pacientes y familiares justo a la noche, en horas de descanso.

Ante esta situación evaluaron la posibilidad de recurrir en primera instancia a la justicia, pero finalmente confirmaron que se dirigirán de manera formal a la comisión organizadora apelando al criterio y al sentido común de sus integrantes.