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Denuncia que drogaron a su hija de 14 años en la escuela

Los padres retiraron a la chica “totalmente perdida” después de tomar un jugo en el recreo.Dicen que un chico de un curso superior le dio la bebida. La directora la echó del colegio.
Sabado, 18 de marzo de 2017 00:00

Los padres de una menor de 14 años que asiste al primer año del turno noche en la escuela Jesús Reyes, de Villa Saavedra (Tartagal), denunciaron penalmente al establecimiento escolar y a sus responsables porque a la menor la habrían drogado durante un recreo, tras lo cual fue echada de la institución.

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Los padres de una menor de 14 años que asiste al primer año del turno noche en la escuela Jesús Reyes, de Villa Saavedra (Tartagal), denunciaron penalmente al establecimiento escolar y a sus responsables porque a la menor la habrían drogado durante un recreo, tras lo cual fue echada de la institución.

La mamá de la adolescente aseguró que además del penoso incidente, "la directora la expulsó de la escuela y me dijo que me lleve todas sus cosas, que no la quiere ver más. Por eso hice la denuncia policial, pero también ante la supervisora de zona y del Ministerio de Educación de la Provincia", comenzó relatando la mujer, que con su familia reside en el barrio 203 Viviendas.

V.C., la mamá de la menor, recordó que "el lunes mi marido llevó a mi hija de 14 años a la escuela y la dejó en la puerta; mi hija entró perfectamente pero a las 23 una preceptora me llamó por teléfono para decirme que tenía que ir a retirarla porque estaba mal, totalmente perdida y que no podía permanecer en ese estado en la escuela".

La mujer recordó que "con mi esposo fuimos a buscarla y efectivamente, estaba totalmente perdida, confundida, parecía que de a ratos se desvanecía y creo que no se daba cuenta ni siquiera dónde se encontraba. La retiramos con mi esposo y él la llevó en un remís porque no podía subirla a la motocicleta. Mientras él la llevaba al médico yo me quedé para hablar con la directora de la escuela y que me dé una explicación. Cuando se acercó para hablar conmigo, la directora, de muy mala manera, me ordenó que fuéramos al aula y que retire todas las cosas de mi hija".

Bebió y se descompuso

V.C. relató que "al ir hasta el curso nos avisaron que la preceptora le había guardado sus útiles; cuando entramos a la oficina de esta señora la vimos que estaba hablando con el chico que le dio de beber un jugo a mi hija durante el recreo; también estaba otra chica con la que mi nena había estado conversando al momento de beber ese jugo. Esta chica y la preceptora me contaron que a los pocos minutos de beber ese jugo de la caja mi hija comenzó a perderse, escupía, arrojaba mucha saliva y comenzó a tener actitudes impúdicas como abrir las piernas y otros gestos similares. Los compañeros, lejos de ayudarla, comenzaron a reírse, a burlársele, a sacarle fotos con sus celulares, mientras el profesor que estaba frente a la clase no hacía nada por ayudarla, solamente la miraba hasta que mi hija se desvaneció, momento en el que la preceptora me llamó a casa".

La madre recordó que "cuando terminamos de hablar con la preceptora la directora me dijo que no la iba a aceptar a mi hija en su escuela y que fuera a practicarle un lavaje de estómago. No sé qué habrá pensado esta mujer de mi hija pero lo cierto es que me fui hasta mi casa. Allí otro de mis hijos, que también concurre a la escuela Jesús Reyes, me dijo que le habían dado unas pastillas, según le contaron otros alumnos. Con ese dato -refirió- volví a la escuela para avisarle a la directora lo que había pasado pero otra vez me trató muy mal. "Si sabés que acá se drogan para qué la mandas, cambiala de escuela', me respondió cuando fui a decirle que investigue lo que hacen algunos alumnos. Al parecer, les dan este tipo de drogas para someterlas a la salida o algo por el estilo porque no se entiende qué buscan con esas actitudes", expresó la atribulada madre.

Marihuana y pastillas

Ya con el dato de que a su hija le habían dado alguna pastilla, V.C. llevó a la menor al hospital de Tartagal. "Un médico neurólogo la revisó y le pidió análisis para determinar qué era lo que había tomado. Me dijo que había consumido marihuana, pero también otras drogas que faltan determinar. Lo lamentable es el momento que vivió mi hija pero la directora, lejos de protegerla, porque es una niña de 14 años, directamente la expulsó de la escuela. Por eso hice la denuncia en la Policía contra la directora, la preceptora y contra todas las personas que aparezcan como responsables de lo que sucede dentro de esta escuela cuando dejamos a nuestros hijos", concluyó.

Fotos, videos y un colegio difícil

Según la madre de la estudiante de 14 años, “lo más denigrante” para su hija, que desde el lunes dejó de concurrir a clases por estar expulsada del establecimiento, ocurrió después del episodio, “cuando sus compañeros comenzaron a mandarle fotos y videos de lo que ella hacía estando en ese estado de inconciencia”.
“Mi hija tiene vergüenza hasta de mostrarme a mí, que soy su mamá, esas imágenes. El daño que sufrió es irreparable, pero que todos se laven las manos, y encima la echen a la calle es una actitud incalificable”, consideró la madre de la menor. 

Una institución compleja

La escuela Jesús Reyes está ubicada en Villa Saavedra y a los tres turnos asisten chicos de los barrios del sur de Tartagal. El edificio es el más nuevo de la ciudad -fue inaugurado en 2008- y, como el resto de las escuelas públicas de nivel medio de Tartagal no está exenta de problemas e inconvenientes: las patotas y grupos antagónicos siempre merodean el establecimiento escolar, aunque es la primera vez que se la menciona en un hecho de tanta gravedad con una alumna que habría sido drogada en el recreo.
En cada inicio de ciclo lectivo son cientos los padres que durante varios días duermen en la vereda del establecimiento para conseguir un lugar para sus hijos. Todos los años se supera la capacidad edilicia, y al menos 200 chicos quedan sin ser inscriptos. 
“Cuando hay algún inconveniente la directora no duda en llamar a la Policía y al 911. Cuando hay peleas de barras fuera de la escuela, ella también llama el móvil policial pero en esta oportunidad no llamó a nadie. Con la inscripción habíamos pagado el seguro escolar, porque abonamos un total de 400 pesos, pero tampoco llamó a una ambulancia para que trasladen al hospital a mi hija”, aseguró la madre de la menor, que habría ingerido alguna sustancia. 

 

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