¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

27°
26 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

"Lo más preocupante no es el nivel de pobres sino la desigualdad"

Valeriano Colque, economista.
Miércoles, 22 de marzo de 2017 01:24

Por Pablo Ferrer

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Por Pablo Ferrer

El economista Valeriano Colque cuestionó el rendimiento real del gasto público destinado a los sectores más humildes. Se refirió a los datos de pobreza que publicó la Universidad Católica Argentina el 9 de marzo y dijo que en realidad desde septiembre se logró mantener la cantidad de pobres.

Tres de cada diez argentinos son pobres. ¿Cómo analiza los datos de pobreza que arrojó la UCA días atrás?

La tasa de pobreza ascendió del 29 por ciento a fines de 2015 al 32,9 por ciento en el tercer trimestre de 2016. Esto significaría un aumento de 1,5 millones de nuevos pobres, son cerca de 13 millones de personas por debajo de la línea de pobreza. Estos niveles serían los más altos de los registrados desde 2010. El Salta, históricamente, fueron superiores, por encima del 40 por ciento.
Pero resulta que, ya en abril del año pasado, el mismo Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica había lanzado una encuesta similar que decía que desde que Macri asumió el gobierno hasta fin de marzo de este año, en la Argentina habían aparecido casi 1,5 millones de pobres más. La noticia de verdad sería, desde luego, que entre abril y septiembre en Argentina prácticamente se frenó el aumento de la pobreza, según los números de la UCA. Sin embargo, en toda la difusión de sus datos, la UCA no hizo referencia a aquella medición publicada en abril. Tampoco está en el sitio de internet en el que tiene sus mediciones históricas. Así las cosas, el Gobierno tuvo que cargar el muerto en abril de que había producido 1,5 millones de nuevos pobres. Y hoy se come títulos según los cuales hasta septiembre generó 1,5 millones de nuevos pobres. Al ciudadano podría quedarle la sensación de que la pobreza nunca para de crecer y de que hay tres millones de nuevos pobres. Pero resulta que son los mismos 1,5 millón anunciados dos veces. Al menos hasta septiembre.

¿A qué se debe la desigualdad persistente y la pobreza estructural que afecta mucho a Salta?

En la Argentina la desigualdad persistente y la pobreza estructural se debe a que desde hace más de 30 años se viene aplicando un modelo económico-productivo concentrado y desequilibrado, con efectos de exclusión y desigualdad a nivel socio-laboral. Es decir, que lo más preocupante no es en sí el nivel de pobres sino la desigualdad existente. Mientras en 1974, el 20 por ciento más pobre de la Argentina era dueño de poco más del 3 por ciento del ingreso total, en 2004 no poseía más del 1,5 por ciento.

¿Por qué el fuerte gasto social no logra reducir pobreza y desigualdad?

Claro, de esto nadie se anima a preguntar una cosa: ¿cómo puede ser que ese gasto no pare de aumentar y, sin embargo, la pobreza siga creciendo sin fin? La cantidad de recursos que se asignan a ayuda social, entre Nación, provincias y municipios, excede el monto que se necesitaría para que los hogares pobres salgan de ese estatus.
El Estado eroga en planes sociales más que los ingresos adicionales que los hogares de menores recursos necesitan para salir de la pobreza. Miles de familias no puedan levantar cabeza, no es porque falten planes, sino una consecuencia de que estos fondos se desvían a otros destinos.
En las paredes de los insondables laberintos del gasto público quedan adosados millones de billetes obtenidos a fuerza de una burda presión tributaria. El esfuerzo que hace la sociedad pagando impuestos para sostener el gasto social es más que suficiente. Pero estos recursos se administran a través de más de un centenar de programas, con groseras superposiciones, con diseños y gestión muy rudimentarios, con niveles muy bajos de control.

¿Qué porcentaje representa el gasto social?

En 2016, el gasto social nacional creció 38,9 por ciento respecto a 2015. En ese año electoral, 2015, había crecido un 40,2 por ciento respecto de 2014. No sabemos qué inflación había entonces, porque el progresismo K la ocultaba, pero igual estaba por debajo del 25 por ciento que se estimaba. El gasto social ya crece por encima de cualquier otro gasto público. El año pasado se llevó el 56 por ciento del gasto público total del país. Este año, hasta el 8 de marzo, se llevó el 70,4 por ciento del total. 

¿Entonces cómo se puede salir del problema?

Puede que la percepción del aumento de la pobreza sea equivocada o desmesurada, construida con el agregado espontáneo o no de divulgaciones como las de la Universidad Católica Argentina. También puede ocurrir que no importa cuánto gaste el Estado. En la medida que nadie se atreve a investigar o analizar, esto no funciona, y el famoso gasto social en gran porción va a financiar a las corporaciones que viven del gasto público, sean sus empleados, sus contratistas o las organizaciones políticas.
También puede pasar que nos estemos mordiendo la cola: que para mantener a ese Estado presuntamente dadivoso haya que quitarle tantos recursos al resto de la sociedad, con impuestos, tomando deuda o devaluándole la moneda a la gente a través de la inflación... Entonces los perjuicios que ocasiona son muchos mayores que los supuestos beneficios. Demasiadas suposiciones. En el país de la corrección política, nadie quiere cuestionarse demasiado. Así que la respuesta probablemente termine siendo la de siempre: más gasto público, con un 2,5 por ciento de inflación mensual.

Temas de la nota

PUBLICIDAD