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Dos condenas y dos absoluciones en el juicio por el hincha de San Lorenzo

En los alegatos quedó claro que las pruebas eran endebles y que la ciencia médica no tuvo peso.La defensa expuso en alegatos una hipótesis creíble sostenida por el derecho que asiste al reo.
Sabado, 04 de marzo de 2017 00:00

Luego de un proceso penal que se extendió por más de tres años, los jueces de la Sala V del Tribunal de Juicio declararon penalmente responsable a Mauro Hernando Cabral, por encontrarlo culpable del delito de homicidio simple en grado de tentativa en perjuicio de José María García, joven que sufrió una grave lesión interna en su médula espinal, a la altura de las vértebras 2 y 3. Desde entonces la víctima quedó cuadripléjica.

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Luego de un proceso penal que se extendió por más de tres años, los jueces de la Sala V del Tribunal de Juicio declararon penalmente responsable a Mauro Hernando Cabral, por encontrarlo culpable del delito de homicidio simple en grado de tentativa en perjuicio de José María García, joven que sufrió una grave lesión interna en su médula espinal, a la altura de las vértebras 2 y 3. Desde entonces la víctima quedó cuadripléjica.

La sentencia sobre Cabral debe remitirse al Juzgado de Menores, según lo exige la ley, ya que era menor al momento del hecho. Mientras tanto, deberá dar cumplimiento a las siguientes medidas cautelares: fijar domicilio y concurrir al Tribunal para mantenerlo actualizado, y prohibición de ausentarse de la provincia sin autorización.

Por su parte, Otto Bornes, otro de los acusados de participar en la pelea callejera entre hinchas de San Lorenzo y River, terminó anoche condenado a la pena de cuatro meses de prisión de ejecución condicional, por ser autor material y penalmente responsable del delito de agresión con arma impropia.

Bornes deberá dar cumplimiento a estrictas reglas de conducta por el término de tres años, entre ellas realizar tareas comunitarias a favor de Cáritas de Santiago del Estero, bajo apercibimiento de revocar la condicionalidad de la pena impuesta.

En tanto, otro de los encartados, Francisco Maximiliano Chiliguay, resultó absuelto del delito de agresión con arma impropia por no mediar acusación fiscal.

El cuarto integrante de los hinchas de River Plate que dirimieron un pleito callejero, Mauricio Javier Alanís, resultó absuelto del mismo delito haciendo aplicación del beneficio de la duda.

Una triste historia

El hecho ocurrió el 29 de enero de 2014. Esa noche, José María García caminaba por avenida Paraguay, en sentido sur-norte, luego de presenciar el partido entre River Plate y San Lorenzo de Almagro disputado en el Estadio Martearena.

Al respecto, en los alegatos y a través de una excelente exposición de argumentos legales, del derecho penal y sobre todo sustentado en la ciencia médica, muchos puntos oscuros se iluminaron para los presentes.

Para el defensor del principal imputado, Marcelo Arancibia, no hubo intenciones de matar en su defendido, tampoco hubo saña o alevosía de su parte sino una serie de hechos anteriores al golpe que finalmente los llevó a los estrados de la Justicia. En ese punto el fiscal de la causa, al ver caer prácticamente toda su argumentación penal, sustentada con más indicios que certezas, pidió la réplica a los alegatos esgrimidos por el defensor de Cabral. El debate mostró la otra cara de la justicia humana. Y así lo hizo ver el defensor de Cabral a quien no le costó demasiado desarticular la acusación fiscal fundada en testimonios de personas que finalmente no pudieron precisar el momento de la agresión, sin contar que el supuesto elemento impropio usado jamás fue hallado y que de haber sido utilizado, no dejó en la piel de la víctima sus improntas. El defensor puso sobre el estrado la claridad de los informes médicos como una forma científica de probar que la agresión primitiva contra la víctima no había causado el daño irreparable. Finalmente, el tribunal condenó a dos de los encartados, pero quedó la duda sobre las verdaderas intenciones del joven condenado por tentativa de homicidio simple. Esas dudas esta vez no favorecieron al reo.

 

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