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Trasladaron a la capital al chico herido con una llanta

Tres semanas después de la brutal agresión sigue grave y permanece internado en una clínica.
Martes, 16 de mayo de 2017 00:00

El adolescente de 17 años al que le destrozaron la cabeza con una llanta en la localidad de Hipólito Yrigoyen fue trasladado recientemente desde una clínica de Orán a una de la capital salteña y continúa en gravísimo estado.

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El adolescente de 17 años al que le destrozaron la cabeza con una llanta en la localidad de Hipólito Yrigoyen fue trasladado recientemente desde una clínica de Orán a una de la capital salteña y continúa en gravísimo estado.

Los médicos decidieron enviarlo a la capital para que recibiera una atención de mayor complejidad.

"Se lo llevaron en avión sanitario porque sigue muy grave. Siempre estuvo en esa condición. Si bien tuvo pequeñas mejorías, de un momento a otro sufrió un paro cardíaco y se complicó más. Lo salvaron con electroshock", manifestó un allegado a la víctima, quien no quiso brindar su identidad por temor a represalias.

"Yrigoyen está dividido a la mitad, en dos grupos y los del fondo no pueden pasar para el otro lado porque los otros los agarran. Él pertenecía al grupo del fondo, del barrio Salamanca, donde vive su novia. Para peor, él vive en medio de la avenida, en pleno centro, está en el límite de los dos grupos y cuando iba para el fondo tenía que cruzarse con el otro grupo", sostuvo.

No era la primera vez que el chico era agredido. "Tuvo problemas con varios chicos. Dos meses atrás lo esperaron en la autopista y le reventaron la cara con un cascote por lo que le hicieron varios puntos. Una vez en el piso, lo patearon entre seis", contó.

Las motos

Un grupo autodenominado "El Barandazo" "es el que más bronca le tenía a él. Está formado por 15 chicos que tienen desde 13 hasta 17 años y andan en motitos de 110 cilindradas", relató.

"Yrigoyen es tierra de nadie. No hay controles de tránsito. Los chicos agarran motos robadas, rearmadas. A los 12 años ya manejan y nadie dice nada. Tienen esa libertad de que al ser menores no pueden ir presos y se aprovechan de eso", dijo.

"Mi allegado era tranquilo. A veces se alteraba. Se comenzó a juntar con un grupito y cambió de carácter. Comenzó a consumir. En la calle lo esperaban para patotearlo. Yo quiero que haya más controles en Yrigoyen. Antes se podía salir con el celular a la noche y nadie te hacía nada. Ahora te revientan el ladrillo en la cabeza por un encendedor, por dos pesos", finalizó.

El ataque

Ese día él salió de su casa a las 12.30. Llegó a una esquina sobre la avenida Gemes donde hay un reductor de velocidad y en una casa había un grupito con el cual ya había tenido problemas. Dos de ellos se pusieron al lado de él y le reventaron el costado derecho de la cabeza, entre el cerebelo y la oreja derecha, con una llanta pesada de motos que tenía un fierro de unos 40 centímetros sobresaliendo. Se determinó que eran Brian Romero y su novia los agresores. Testigos dijeron que después que pasó todo la novia le dijo a Brian: "¿Cómo podés hacer esto? ­Mirá el moco que te mandaste!", y él se reía. "Mi primo quedó tirado en medio de un charco de sangre. La gente se amontonó. Cortaron la calle y la pareja escapó por la calle del Colegio San José con dirección al barrio Estación. Llegó la ambulancia y la Policía pero los policías se manejaron mal. La llanta fue manoteada, la gente pisó toda la calle. No se preservó la escena donde ocurrió el hecho", finalizó el joven allegado a la víctima.

Brutal agresión

El martes 25 de abril, cerca del mediodía, el adolescente circulaba en su moto negra de 110 cc por la calle Buenos Aires y avenida Güemes, de norte a sur. En ese momento, una pareja -Lucía y Brian-, que también se trasladaba en motocicleta, se puso al lado del chico.
Uno de los jóvenes le arrojó una llanta que impactó de lleno en él. La víctima sufrió una fractura de cráneo y pérdida de masa encefálica.
Tras la agresión, Lucía fue detenida, mientras que Brian se entregó al día siguiente.
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