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No se habló de Latinoamérica ni de proteccionismo durante el G7

La canciller alemana Angela Merkel dijo que fue un encuentro difícil e insatisfactorio.
Lunes, 29 de mayo de 2017 07:48

Por Daniel Díaz

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Por Daniel Díaz

Si las economías de los países latinoaméricanos tenían las esperanzas puestas en un “guiño” de las naciones más poderosas del planeta (Estados Unidos, Canadá. Francia, Italia, Alemania, Reino Unido y Japón), esas aspiraciones fueron echadas por tierra durante el fin de semana. 
La palabra Latinoamérica no se pronunció durante las dos jornadas del G7, que se desarrollaron en la ciudad italiana de Taormina, ni siquiera en el capítulo comercial. Tal vez, fue uno de los puntos que generó mayor expectativa entre los países más postergados. El contexto conduce a que la mirada se redireccione hacia los mercados regionales como único camino posible hacia el tan ansiado desarrollo, al menos por el momento.
Tampoco pudo abordarse abiertamente sobre las consecuencias de las prácticas proteccionistas, apenas si se disfrazó el tema con el eufemismo “prácticas injustas” para al menos poder mencionarlo sin herir la susceptibilidad del presidente estadounidense Donald Trump, lo que deja al descubierto la fragilidad de las relaciones entre las potencias. 
Este año, la reunión de los principales líderes dejó sabor a nada, tal como lo resumió la canciller alemana Angela Merkel: “Fue difícil e insatisfactoria”. Es que una de las preocupaciones acuciantes de la humanidad, el calentamiento global, no tuvo definiciones de parte de Estados Unidos que se negó a comprometerse una vez más con el Acuerdo de París sobre ambiente, lo que se traduce entre otras cosas, en reducir la emisión de gases tóxicos. Para agregar más suspenso y dramatismo a la situación, Trump tuiteó que la próxima semana podría decidir si Estados Unidos se retira o no del acuerdo alcanzado en Francia en 2015 y que significó un notable avance en la materia, al menos desde lo formal.
Lo que sí ocupó un lugar destacado en las discusiones y los acuerdos fueron las cuestiones relativas a Libia, Corea del Norte, Siria, la lucha contra el terrorismo en internet y la crisis migratoria, que afectan fundamentalmente a Europa.
Las conclusiones, solo cargadas de buenas intensiones, se muestran mucho más escuetas y con más supresiones que aportes de ideas e innovaciones. 
Algunos depositan ahora las esperanzas en el G 20, que se celebrará en Hamburgo el próximo 7 de julio.

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