La soberanía alimentaria es el derecho de cada pueblo a decidir las políticas y estrategia de producción, distribución y consumo de los alimentos para tener una alimentación cultural y nutricionalmente adecuada, así como suficiente para toda la población.
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La soberanía alimentaria es el derecho de cada pueblo a decidir las políticas y estrategia de producción, distribución y consumo de los alimentos para tener una alimentación cultural y nutricionalmente adecuada, así como suficiente para toda la población.
En el mundo hoy la alimentación está gobernada por 10 empresas, entonces en función de que su máximo interés es el lucro, estas empresas homogeneizan la producción para lograr cada vez más volumen de producción y dentro de esa política se está afectando la soberanía alimentaria de los pueblos de todo el mundo.
Pese a que en nuestro país existe la ley de regulación de venta de tierras a los extranjeros, ya tenemos media Patagonia en manos de extranjeros; pero, además, en las zonas críticas como la cordillera, los humedales y en el acuífero guaraní, están estas empresas utilizando nuestros recursos naturales para su propia ganancia, ellos especulan con la tierra que es donde se produce el alimento, porque el alimento hoy cotiza en bolsa en todo el mundo.
En Argentina la cadena alimentaria está manejada por unas cuantas empresas, y el último eslabón de esta cadena son los supermercados, por lo general extranjeros todos. De lo que consumimos, por ejemplo, el 80% del aceite es de 2 empresas, el 75% de la leche es de dos empresas, el 65% del azúcar es de una sola empresa y así con todo.
Son muy pocos los que tienen el control de nuestra alimentación y de los precios de los alimentos en la Argentina, dejando así la soberanía alimentaria en manos de estos oligopolios, cuando claramente debería estar en manos de los pueblos .
La soberanía alimentaria nace como una propuesta de la vía campesina en 1996 cuando la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) quiere hablar de seguridad alimentaria. Ahí los campesinos dicen que no quieren hablar de seguridad alimentaria en los términos planteados porque eso se logra proveyendo de alimentos a la gente, y que la soberanía alimentaria tiene que ver con la gente produciendo alimentos.
En estos 20 años la lucha política por la soberanía alimentaria se ha reivindicado y está más viva que nunca; cada vez más conciencias despiertan sobre la importancia de la alimentación de los pueblos.
Por eso, ferias como la de Vaqueros, que cumple hoy tres años, y que reúne a productores y artesanos, es el modo de trabajar por esta soberanía y de recuperar el vínculo directo entre el productor y el consumidor, ofreciendo productos agroecológicos, lo que en el contexto actual es prácticamente un milagro.