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Sampaoli: el día en que volvió para ayudar a su viejo club

El DT de la selección participó de la fiesta de los 90 años de Sport Boys, al que dirigió entre 2002 y 2003.
Viernes, 28 de julio de 2017 08:53

Jorge Sampaoli cerró este jueves un círculo de su vida. El que empezó a dibujar en 2002, cuando aceptó ser el entrenador de Sport Boys de Perú. El trazo fue firme: marcó la hoja de ruta de ese club hacia lo que sería el subcampeonato local en una campaña que hoy se recuerda con nostalgia en el Callao, la localidad que lo recibió en aquel tiempo como un desconocido y ahora, como a un rockstar. Es que 15 años después, el entrenador de la selección argentina volvió a ese lugar donde fue feliz a dar una mano. Sport Boys la está pasando mal, y dos dirigentes llegaron una mañana de otoño a Ezeiza a pedirle que viajara. Allá fue Sampaoli.
"Me parecía increíble que fuera entrenador por su estatura y contextura. En la noche nos hacía ver videos, y la verdad es que nos tenía hartos. Ya no lo aguantábamos, en serio. Pero que sabía, sabía. En el Boys, lo que hicimos fue increíble", recordó hace un tiempo a un diario local Carlos Kukín Flores, un ex futbolista peruano conocido por su vida al límite. Uno al que Sampaoli enamoró. Y domó.
En aquella experiencia, a Sampaoli lo acompañaron Sebastián Beccacece -su asistente técnico- y Martín Bressán -preparador físico-. También ellos forman parte del círculo: ahora siguen siendo parte del cuerpo técnico del Hombrecito, como todavía llaman en Perú al entrenador nacido en Casilda. Había llegado al club después de dirigir a Juan Aurich, donde apenas ejerció durante 8 partidos. Pero le bastaron para que algunos de sus dirigidos, que luego pasaron a Sport Boys, lo recomendaran a la dirigencia. Uno de ellos fue Kukín: "Lo más gracioso es que nunca se cambiaba de ropa. La gente lo cargaba, usaba la misma remera varios días seguidos".
La vida en el Callao era monótona: entrenamientos y más entrenamientos. Becaccece viajaba una hora hasta la casa que compartían Sampaoli y Bressán, y desde allí tenían otros 60 minutos hasta el lugar donde se hacían las prácticas. No siempre ese lugar era fijo: en ocasiones terminaban en un predio con comodidades mínimas, en el que para dormir la siesta entre un turno y otro, los jugadores debían extender toallas en el piso.
Algunas de esas anécdotas escuchó Sampaoli en las 24 horas que pasó en Perú. Su llegada al aeropuerto de Lima se pareció bastante a la de una estrella: hinchas rosados -como se conocen a los de Sport Boys- lo esperaban con bombos, camisetas y humo. Lo que iba a ser una charla cerrada sobre liderazgo se convirtió, al final, en la presencia de Sampaoli en la fiesta por los 90 años del club, que se celebró por la noche en el estadio Miguel Grau de Callao, en las afueras de la capital. El DT de Messi volvió a ser el de Kukín Flores por una vez, en el partido entre los Boys de hoy y los de aquella campaña histórica. Y así, definitivamente, el círculo peruano de Sampaoli terminó de completarse.
Fuente: La Nación

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Jorge Sampaoli cerró este jueves un círculo de su vida. El que empezó a dibujar en 2002, cuando aceptó ser el entrenador de Sport Boys de Perú. El trazo fue firme: marcó la hoja de ruta de ese club hacia lo que sería el subcampeonato local en una campaña que hoy se recuerda con nostalgia en el Callao, la localidad que lo recibió en aquel tiempo como un desconocido y ahora, como a un rockstar. Es que 15 años después, el entrenador de la selección argentina volvió a ese lugar donde fue feliz a dar una mano. Sport Boys la está pasando mal, y dos dirigentes llegaron una mañana de otoño a Ezeiza a pedirle que viajara. Allá fue Sampaoli.
"Me parecía increíble que fuera entrenador por su estatura y contextura. En la noche nos hacía ver videos, y la verdad es que nos tenía hartos. Ya no lo aguantábamos, en serio. Pero que sabía, sabía. En el Boys, lo que hicimos fue increíble", recordó hace un tiempo a un diario local Carlos Kukín Flores, un ex futbolista peruano conocido por su vida al límite. Uno al que Sampaoli enamoró. Y domó.
En aquella experiencia, a Sampaoli lo acompañaron Sebastián Beccacece -su asistente técnico- y Martín Bressán -preparador físico-. También ellos forman parte del círculo: ahora siguen siendo parte del cuerpo técnico del Hombrecito, como todavía llaman en Perú al entrenador nacido en Casilda. Había llegado al club después de dirigir a Juan Aurich, donde apenas ejerció durante 8 partidos. Pero le bastaron para que algunos de sus dirigidos, que luego pasaron a Sport Boys, lo recomendaran a la dirigencia. Uno de ellos fue Kukín: "Lo más gracioso es que nunca se cambiaba de ropa. La gente lo cargaba, usaba la misma remera varios días seguidos".
La vida en el Callao era monótona: entrenamientos y más entrenamientos. Becaccece viajaba una hora hasta la casa que compartían Sampaoli y Bressán, y desde allí tenían otros 60 minutos hasta el lugar donde se hacían las prácticas. No siempre ese lugar era fijo: en ocasiones terminaban en un predio con comodidades mínimas, en el que para dormir la siesta entre un turno y otro, los jugadores debían extender toallas en el piso.
Algunas de esas anécdotas escuchó Sampaoli en las 24 horas que pasó en Perú. Su llegada al aeropuerto de Lima se pareció bastante a la de una estrella: hinchas rosados -como se conocen a los de Sport Boys- lo esperaban con bombos, camisetas y humo. Lo que iba a ser una charla cerrada sobre liderazgo se convirtió, al final, en la presencia de Sampaoli en la fiesta por los 90 años del club, que se celebró por la noche en el estadio Miguel Grau de Callao, en las afueras de la capital. El DT de Messi volvió a ser el de Kukín Flores por una vez, en el partido entre los Boys de hoy y los de aquella campaña histórica. Y así, definitivamente, el círculo peruano de Sampaoli terminó de completarse.
Fuente: La Nación

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