Desde las 9 hasta las 22.30, la jornada en la Ciudad Judicial estuvo marcada por momentos de tensión, emoción y bronca. Las miradas de los familiares de Andrea Neri se focalizaron en la figura de “Chirete” Herrera, para quien se dispuso una estricta custodia por parte del grupo especial del Servicio
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Desde las 9 hasta las 22.30, la jornada en la Ciudad Judicial estuvo marcada por momentos de tensión, emoción y bronca. Las miradas de los familiares de Andrea Neri se focalizaron en la figura de “Chirete” Herrera, para quien se dispuso una estricta custodia por parte del grupo especial del Servicio
Penitenciario. Dos incidentes marcaron a fuego la culminación del juicio al doble femicida de las cárceles de Salta. El primer momento de tensión ocurrió durante el alegato del fiscal Pablo Rivera, cuando una mujer no pudo controlar su ira contra Herrera. Se trataba de Angélica Jorge, la madre de Verónica Castro, a quien “Chirete” asesinó por celos en la unidad carcelaria de Metán en 2006. “Por qué no hicieron nada, por que permitieron que lo vuelva a hacer”, exclamó en medio de gritos y llantos. “Te odio maldito, te odio”, le expresó en el momento en que personal policial la retiraba del recinto.
El otro incidente se produjo al término de los alegatos. Cumpliendo con una fórmula de rigor, el presidente del tribunal, Guillermo Pereyra, le preguntó a “Chirete” si deseaba decir sus últimas palabras. “Pido disculpas”, alcanzó a decir cuando abruptamente fue interrumpido por Juan Pablo Neri, el hermano mayor de Andrea. El joven le grito: “No te perdono nada hijo de punta; ya vas a ver”. En este caso la policía tuvo que intervenir con la celeridad del caso para evitar que el muchacho agrediera a Herrera. Para poder controlar al corpulento joven tuvieron que intervenir cinco efectivos y con mucho esfuerzo pudieron sacarlo del recinto.
Juan Franco Neri es retirado de la sala de juicio.
Tras la muerte de Andrea, su hermano se hizo cargo de la crianza de su sobrino, que ahora tiene un año medio. Juan Franco llevó ayer a Gabriel Maximiliano a la Ciudad Judicial, pero por tratarse de un menor no se le permitió el ingreso al recinto. Permaneció afuera al cuidado de sus tías. En un cuarto intermedio se lo vio en brazos de Claudia Susana Quiroga, su abuela materna.
“Mi hijo tomó la decisión de criarlo. El es soltero y cuando se va a trabajar ocupa una chica para que lo cuide. Lo quiere mucho”, expresó el abuelo, Juan Pablo Neri.