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Ellas salieron a ofrecer los productos que elaboran

Martes, 09 de marzo de 2021 02:18

En el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, decenas de emprendedoras sacaron sus productos a la calle durante una feria que se realizó en el Polo Integral de las Mujeres.
Banquetas, juegos para niños, productos de belleza, tejidos, alimentos, alfombras y objetos para decorar se ofrecían ayer por la mañana a quienes quisieran participar de la actividad organizada por distintas áreas de la Provincia.
Algunas de las mujeres iniciaron sus proyectos solas o en familia; otras, por medio de organizaciones de la sociedad civil, y otras, a través del trabajo colectivo, en cooperativas.
Analía Maezo, a cargo de AM Banquetas (así, en redes sociales), inició su proyecto en 2016 como un emprendimiento familiar. Ella confecciona sus productos con neumáticos reciclados, que sirven como asiento y como baulera.
“Busco transformar la basura en algo que es decorativo y también puede ser útil”, expresó.
El año pasado, ella participó del curso Emprender con Impacto, de la organización Mayma, con apoyo del Ministerio de Desarrollo Social de Salta, que le permitió elaborar un plan de negocios y vincularse con otros emprendedores.
El próximo paso de su proyecto es social: le gustaría dar trabajo a los chicos que están en rehabilitación por adicciones en la Fazenda de la Esperanza, en Potrero de Linares.

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En el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, decenas de emprendedoras sacaron sus productos a la calle durante una feria que se realizó en el Polo Integral de las Mujeres.
Banquetas, juegos para niños, productos de belleza, tejidos, alimentos, alfombras y objetos para decorar se ofrecían ayer por la mañana a quienes quisieran participar de la actividad organizada por distintas áreas de la Provincia.
Algunas de las mujeres iniciaron sus proyectos solas o en familia; otras, por medio de organizaciones de la sociedad civil, y otras, a través del trabajo colectivo, en cooperativas.
Analía Maezo, a cargo de AM Banquetas (así, en redes sociales), inició su proyecto en 2016 como un emprendimiento familiar. Ella confecciona sus productos con neumáticos reciclados, que sirven como asiento y como baulera.
“Busco transformar la basura en algo que es decorativo y también puede ser útil”, expresó.
El año pasado, ella participó del curso Emprender con Impacto, de la organización Mayma, con apoyo del Ministerio de Desarrollo Social de Salta, que le permitió elaborar un plan de negocios y vincularse con otros emprendedores.
El próximo paso de su proyecto es social: le gustaría dar trabajo a los chicos que están en rehabilitación por adicciones en la Fazenda de la Esperanza, en Potrero de Linares.

Noelia Iruarrizaga también participó del programa Emprender con Impacto con el proyecto social de la Fundación Capitales Solidarios (así, en Facebook).
Con este emprendimiento desarrollan juegos, juguetes y actividades para niños con materiales reciclados o amigables con el medio ambiente, como batalla naval, pescadores, jenga, ludo, tatetí y mercadito.
La idea es fortalecer los vínculos familiares y tener un triple impacto: no solo económico, sino también ambiental y social. Con este proyecto buscan sostener de manera gratuita las actividades que desarrolla la fundación para los niños y niñas de la zona sudeste, donde brindan talleres de cocina, de juego y de edición de revistas, entre otros.

  Con juegos para niños, buscan financiar actividades para chicos en la zona sudeste.


Liliana Fernández integra la organización de Mujeres de la Matria Latinoamericana (Mumalá) y ayer, junto a siete compañeres, inauguró la cooperativa Hécate, de toallitas femeninas reutilizables de tela. Realizaron también un taller para enseñarles a un grupo de mujeres de Villa Floresta a armar sus propios productos.
La toallita que confeccionan está compuesta por una tela clara de algodón, que está en contacto con la vulva. Luego, un absorbente, que es una franela de algodón, y una tela impermeable y respirable para mantener la salud de la vulva. Por último, tiene una tela con un estampado bonito.
Liliana explicó que, si se cuida bien la toallita, esta puede durar más de dos años. Luego de usarla, se la lava con agua y jabón en pan y se la deja secar.
La joven destacó que las toallitas de tela permiten cuidar el medio ambiente ya que se evita desechar productos de plástico que tardan años en desintegrarse y que quizás no son saludables para la vulva. 
“Somos muchísimas las mujeres que menstruamos desde los 11 hasta los 50 años y, si utilizamos productos descartables, el impacto ambiental es grande”, evaluó.

  Analía Maezo confecciona banquetas a partir de neumáticos reciclados.

Salir adelante, juntas

Para muchas mujeres el trabajo en cooperativas no es solo una forma de generar ingresos, sino también de salir de la violencia de género y tener independencia económica.
Elsa Dátolo trabaja junto a otras siete compañeras en la cooperativa Zig Zag, en Castañares. Con restos de remeras y retazos de tela tejen objetos para la casa, como alfombras y canastitos. Entre todas se reparten las tareas y los ingresos.
Si bien al principio tenían que salir a ofrecer sus productos, ahora reciben encargos. Casi todo lo que tenían ayer era para entregar y les quedaban pocas cosas para vender.
Zig Zag es una de las 32 cooperativas que tiene la Fundación Volviendo a Casa en Capital, además de otras 25 que hay en Tartagal; cada una, dedicada a distintos rubros.    

Estas están conformadas, en su mayoría, por personas que sufren violencia de género o la superaron. Desde la fundación las ayudan a organizarse y tener ingresos a partir de su trabajo.    
Según comentaron las técnicas de la fundación Analía Luna y Roxana Acuña, las chicas sueñan con tener su emprendimiento propio a largo plazo, sin depender de planes sociales ni de la fundación.    
 

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