En una amplia recorrida por las acciones concretadas en 2022 y a modo de balance, el médico Diego Sumbay, que dirige los destinos de los caldereños resaltó que tiene su administración ordenada, que asiste a las familias rurales de muchas formas y que lleva adelante un ambicioso plan de obras públicas a pesar de depender casi exclusivamente los fondos que recibe de coparticipación tanto de Nación como de Provincia.
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En una amplia recorrida por las acciones concretadas en 2022 y a modo de balance, el médico Diego Sumbay, que dirige los destinos de los caldereños resaltó que tiene su administración ordenada, que asiste a las familias rurales de muchas formas y que lleva adelante un ambicioso plan de obras públicas a pesar de depender casi exclusivamente los fondos que recibe de coparticipación tanto de Nación como de Provincia.
Intendente, ¿cómo llega a fin de año en la parte financiera de la comuna?
Mire: La Caldera vive solo de la coparticipación que se recibe tanto de Nación como de Provincia y de esos recursos un 80% se va en sueldos, de personal heredado de gestiones anteriores. Pero la comuna está saneada, no tenemos deudas y contamos con recursos para brindarles todos los servicios a los vecinos.
¿Pudo cumplir con los aumentos otorgados a nivel provincial?
Se cumplió con todos los aumentos que dio la Provincia, en algunos casos con anticipos de coparticipación. Estamos al día con los sueldos y eso es una responsabilidad grande. Hemos dado dos juegos de indumentaria este año al personal, algo que nunca se hizo, y adecuada para los recolectores de residuos, por ejemplo, o según las tareas que desempeñan, incluyendo el calzado.
¿Qué obras puede resaltar de este período?
En cuanto a obras, hemos podido llevar adelante una importantísima en el aspecto hídrico, con 13.000 metros de recambio de cañerías de agua en la calderilla para cinco barrios y loteos. Además, con un proyecto de Nación pudimos dar cobertura de agua a 40 familias de la zona rural, con mangueras tanques y parrillas. Se hizo una toma parrilla y con un sistema de mangueras y tanques llegamos a puestos de Yacones, de Santa Rufina, San Alejo y Campo Alegre. Esto mismo se va a extender a otras zonas para beneficiar a decenas de familias rurales. El objetivo es mejorar su calidad de vida, dado que son en su mayor parte pequeños productores ganaderos y de verduras. En Potrero de Castilla, por otra parte, hemos llegado a esas familias que nunca las visitó nadie para llevarles soluciones energéticas en base a paneles solares.
¿Qué me puede decir en materia turística?
Aquí hemos decidido que la matriz productiva del municipio sea el turismo, para lo cual confeccionamos un plan de obras y de acondicionamiento de los diferentes espacios, con parquizado, colocación de bancos, restauración de la base del Cristo Penitente, todo con fondos municipales. Y con fondos de la Provincia hemos concretado una nueva iluminación de todo el predio incluyendo el camino de acceso. También hemos puesto mucho esfuerzo en reflotar el Festival de la Chicha, que se hace en marzo, porque estaba bastante descuidado y la pandemia ayudó a eso. Porque esto genera todo un movimiento turístico y económico en la zona. Siempre se hace en el complejo deportivo. Allí, ahora vamos a inaugurar 8 cabañas, que fueron realizadas con fondos nacionales y están próximas al balneario municipal. En turismo tenemos un potencial enorme, con el dique, el río, la iglesia jesuita que es patrimonio histórico de siglo XVII. El balneario tiene capacidad para unas 400 personas y está habilitado. La gente cuenta con asadores y baños y muy cerca está el cámping de Quitilipi.
¿Cómo proyecta la explotación turística del dique Campo Alegre?
Hemos recuperado 130 hectáreas de un catastro propio en el perilago, que administraciones anteriores habían entregado a una inmobiliaria con compromiso de venta. Ahora tenemos un proyecto integral que beneficiará a los vecinos y en una zona próxima a la ruta 9 vamos a hacer una urbanización nueva.