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Jubilada reclama el servicio eléctrico a la Municipalidad

Es diabética, perdió la visión de un ojo y vive con su esposo que está postrado con Alzheimer. Perdieron medicamentos por falta de refrigeración.
Martes, 28 de noviembre de 2023 02:04

Ema Castro, una docente jubilada de 69 años que es diabética y perdió la visión de un ojo, hace un largo tiempo reclama a Obras Públicas de la comuna la instalación del servicio eléctrico y es que, pese a que con mucho sacrificio paga los impuestos de alumbrado y limpieza, carece de dicho servicio.

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Ema Castro, una docente jubilada de 69 años que es diabética y perdió la visión de un ojo, hace un largo tiempo reclama a Obras Públicas de la comuna la instalación del servicio eléctrico y es que, pese a que con mucho sacrificio paga los impuestos de alumbrado y limpieza, carece de dicho servicio.

Vive con su marido en el pasaje Nº 2 (continuación de la calle Calixto Gauna, entre pasaje Amancay y calle Libertad) del barrio San Nicolás Oeste. El hombre padece un estado avanzado de Alzheimer. Ambos necesitan más que nunca de la energía eléctrica, ya que al estar enfermos y ser insulino-dependientes, deben mantener sus medicamentos refrigerados.

Indignada, la docente aseguró que si algo les pasa a ella o a su esposo, "la responsabilidad será de los funcionarios municipales".

Cansada de peregrinar a la Municipalidad y al canchón de Obras Públicas sin obtener una respuesta, convocó a El Tribuno para hacer visible su grave situación. "Desde que me mudé al barrio San Nicolás estoy sufriendo todos los días de mi vida. Ya he golpeado todas las puertas con el debido respeto, pero ellos hacen oídos sordos. No sé si hay que tener algún amiguismo con los políticos de turno para que uno sea escuchado, pero acá en la cuadra somos seis familias que estamos sin luz con estos calores terribles", manifestó la jubilada.

"Tengo a mi esposo enfermo que está ciego del todo, diabético y con Alzheimer. Yo también soy diabética, estoy ciega de un ojo y ni siquiera puedo procesar los alimentos de mi esposo por la falta de luz. Es duro y muy doloroso para mí estar en esta situación", contó.

Entre los perjuicios por la falta del servicio eléctrico, Castro indicó: "Soy una enferma crónica y perdí las insulinas, con lo que le cuesta al Instituto darme esos remedios, resulta que los pierdo por falta de la heladera, porque necesitan cadena de frío, estoy dolorida, sin medicamentos, y ya no doy más. Igual, todos los días voy a la Municipalidad y no soy atendida, aunque pago mis impuestos con mucho sacrificio", señaló.

Tarea solidaria

La "seño Ema", tal como la conocen en la comunidad rosarina, hace 40 años que se dedica a una loable tarea solidaria ayudando a los sectores más vulnerables de la Ciudad Termal. "A pesar de que tengo a mi esposo enfermo y yo estoy igual, hace más de cuarenta años que cuando vienen las personas a buscarme para pedirme su ayuda, ahí estoy para ellos y les doy una solución. Yo no les digo que vengan mañana, pasado o la semana que viene, como me hacen a mí en el municipio. Para mí, ayudar es un apostolado. Estando ciega, sigo recorriendo los barrios y me doy con casos de pobreza extrema, con gente que está postrada, que no come y que Acción Social no mira sus necesidades".

Finalmente la "seño Ema" dijo: "Ayer fui tres veces a la Municipalidad y cuatro al canchón de Obras Públicas, me cansé de buscar a los encargados y jamás los encontré. Les pido un poco de humanidad, solo eso".

 

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