Hasta ahora, el uso de esas tarjetas estaba permitido para transacciones en hoteles y comercios, pero no para operaciones de efectivo en los cajeros automáticos.
La autorización alcanza a los plásticos estadounidenses emitidos por el Stonegate Bank y el Banco Popular de Puerto Rico, informó la agencia de noticias DPA.
"Esta posibilidad se inicia a partir de que se han solucionado los aspectos financieros y legales que estaban pendientes y gracias al accionar de las entidades cubanas encargadas del procesamiento de Mastercard y del proveedor externo que nos facilita tramitar sus operaciones", señaló un comunicado del Banco Central de Cuba.
El servicio solo se prestará de momento en los cajeros automáticos de La Habana, pero "se irá ampliando gradualmente a todo el país" aseguró a la prensa Irma Martínez, vicepresidente de la institución cubana.
Antes de esta autorización, los visitantes estadounidenses o cubanoamericanos tenían que traer el dinero en efectivo y cambiarlo en oficinas estatales que penalizan el dólar con una sobrecarga de 10 por ciento.
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Hasta ahora, el uso de esas tarjetas estaba permitido para transacciones en hoteles y comercios, pero no para operaciones de efectivo en los cajeros automáticos.
La autorización alcanza a los plásticos estadounidenses emitidos por el Stonegate Bank y el Banco Popular de Puerto Rico, informó la agencia de noticias DPA.
"Esta posibilidad se inicia a partir de que se han solucionado los aspectos financieros y legales que estaban pendientes y gracias al accionar de las entidades cubanas encargadas del procesamiento de Mastercard y del proveedor externo que nos facilita tramitar sus operaciones", señaló un comunicado del Banco Central de Cuba.
El servicio solo se prestará de momento en los cajeros automáticos de La Habana, pero "se irá ampliando gradualmente a todo el país" aseguró a la prensa Irma Martínez, vicepresidente de la institución cubana.
Antes de esta autorización, los visitantes estadounidenses o cubanoamericanos tenían que traer el dinero en efectivo y cambiarlo en oficinas estatales que penalizan el dólar con una sobrecarga de 10 por ciento.