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Las impactantes imágenes viralizadas en la tarde del lunes pasado, sobre el aluvión en el río Caspalá, provocaron sorpresa hasta donde llegaron por las redes sociales. Pero no tuvo el mismo efecto entre los vecinos de esa localidad designada como Best Tourism Villages, acostumbrados al fenómeno.
Muchos caspaleños recordaron que una situación similar no se registraba por lo menos diez años atrás, cuando por el lecho del río que atraviesa el poblado se produjo una situación de similares características.
Ese día amaneció hermosamente soleado en el vallecito rodeado de inmensos cerros, que en esta época del año son mucho más atractivos; nada hacía pensar que en la tarde bajaría un aluvión. Así que la rutina diaria transcurrió normalmente, hasta que comenzó a nublarse para llover aproximadamente a las 15. Pero a lo lejos, en los cerros, la lluvia había comenzado al mediodía.
Fue una tormenta más de las numerosas que venían registrándose desde un mes atrás aproximadamente en las altas cumbres, donde inclusive se produjeron hasta granizadas y nevadas, típicas en los Valles de Altura y a las que los habitantes también están acostumbrados.
Luego de la tormenta, cerca de las 17 comenzaron a oír un ruido que llegaba desde el norte, algo así como que se aproximaba un tren, el sonido retumbaba fuertemente entre los cerros provocando temor, y dedujeron que el río había crecido.
El Caspalá tiene su origen donde finaliza el cordón montañoso de las Serranías de Hornocal, desde allí en una pronunciada pendiente llega hasta el pueblo para desembocar en el río San Lorenzo (que cruza por Libertador General San Martín) atravesando Santa Ana, Valle Colorado, San Francisco y Pampichuela.
En su desenfrenado y atemorizante descenso, el aluvión (de piedras y sedimento) arrastró todo lo que encontró por delante, inclusive una pasarela (de 1,20 por 5 metros ubicada a 3 metros del nivel del río, y distante a 3,5 kilómetros del pueblo), la cual era utilizada por no más de cinco familias que residen en la banda.
Desde lo alto del pueblo, los pobladores observaron el fenómeno desplazarse sobre el lecho del río que había sido sobrepasado por la gran cantidad de material que circulaba violentamente por la pendiente en esa zona.
A pesar de la bravura, una segunda pasarela resistió el embate, no así, la casilla de reciclaje del programa Girsu, que la comisión municipal había levantado meses atrás en sus proximidades para desarrollar tareas ambientales. No quedó absolutamente nada de ella, todo lo que ahí había desapareció.
Y a medida que el aluvión se desplazaba, perdía fuerza y volumen hasta unos pocos kilómetros más allá del pueblo, se estancaba en los accidentes que presentaba el lecho del río, presentándose un panorama totalmente diferente y como si nada hubiese sucedido kilómetros arriba.
En ningún momento, el aluvión que se desplazó hasta las 20 puso en riesgo al pueblo y las familias. Si bien el río Caspalá lo atraviesa desde un extremo al otro, lo hace a poco menos de un kilómetro de distancia del poblado, como lo muestran las grabaciones que se viralizaron el lunes, realizadas por los mismos vecinos, testigos privilegiados de lo sucedido.
Consecuencias del temblor a fines del 2020
La gran cantidad de lodo y piedras que arrastró el aluvión el pasado lunes en Caspalá, según dijeron los vecinos, es como consecuencia del temblor registrado a fines de noviembre del 2020 en la provincia, pero que afecto principalmente a esa localidad.
El movimiento sísmico principalmente sacudió los cerros que rodean al pueblo, por lo que dedujeron que la precipitación acumuló el material suelto en el río Caspalá, produciéndose el fenómeno que destrozó una pasarela, una casilla, la instalación de red de agua (dejando sin el servicio a la mitad de los pobladores), perjudicando sembradíos y matando vacas, caballos y burros.
Referentes de la Comisión Municipal de Caspalá expresaron la necesidad que el Estado provincial intervenga en lo ocurrido, acercando ayuda a las familias productoras afectadas en su labor. Como así también para reemplazar la pasarela que quedó en pie, pero en muy mal estado, poniendo en riesgo la integridad física de las familias que diariamente deben cruzar por ella hacia sus viviendas, en la banda.