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A propósito del vínculo

Martes, 06 de febrero de 2024 01:02

En el primer artículo hablábamos de que el encuentro entre dos es mucho más que dos. Y hoy sumamos a este concepto el que no sólo están los sistemas familiares de ambos, sino que desde lo intrapersonal, la pareja es el vínculo de reconciliación entre lo femenino y masculino.

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En el primer artículo hablábamos de que el encuentro entre dos es mucho más que dos. Y hoy sumamos a este concepto el que no sólo están los sistemas familiares de ambos, sino que desde lo intrapersonal, la pareja es el vínculo de reconciliación entre lo femenino y masculino.

Probablemente, nunca nos hemos planteado esto. De hecho, si no me hubiese formado en psicología, tampoco lo habría visto.

Venimos de generaciones donde tanto hombres como mujeres nos hemos faltado el respeto, hemos pasado de sistemas patriarcales a matriarcales. Esto trae resentimientos, venganzas, promesas de me las van a pagar. . . y a menudo estas deudas del pasado, se facturan en el presente.

En culturas de represión y machismo, los hombres se privan de su aspecto femenino, pues se vivencian como vulnerables o no se permiten abrirse, emocionarse. Con el feminismo, muchas mujeres se empoderaron borrando su energía femenina. Estamos en una crisis de integración de energías, los roles han cambiado

Todos, hombres como mujeres tenemos energía masculina y femenina. Estar en equilibrio es poder integrar ambas energías y saber de cual debemos disponer, según lo que tengamos que afrontar. Por ejemplo si quiero poner límites, precisaré de tomar la energía masculina. Si quiero nutrir una relación, tomaré de la energía femenina.

El tema es que para ir a la pareja, primero en cada uno debiese resolverse este vínculo entre lo femenino y masculino de nosotros mismos. Por ejemplo, si yo no integro mi masculino, porque lo vivo como agresivo. Este rechazo que deviene de una interpretación y probablemente de una historia familiar, proyectaré en el hombre cualquier firmeza como violencia o al no tener resuelto inconscientemente iré tras el encuentro de hombres agresivos, pues es la energía que no estoy pudiendo integrar.

Observemos la complejidad del ser pareja. Por un lado está el vínculo intrapersonal de nuestras propias energías masculina - femenina y por otro lado está el vínculo con mi par.

Ahora la pregunta sería ¿hay un vínculo de amor o es conflictivo?

¿Cómo nos relacionamos? ¿De qué nos quejamos? ¿Al servicio de qué está la queja?

¿Es equilibrado el dar y recibir? ¿Nos llamamos por el nombre o estamos, ma – pa, como si la pareja fuera el espacio de lo materno o paterno?

Decidir estar en pareja es poder tener un vínculo donde podemos ver al otro de igual a igual, sin superioridad, ni inferioridad, sin la fantasía de "si no me tiene a mi no tiene nada", sin intentar cambiar, rescatar o salvar al otro.

La pareja es pareja si el poder está distribuido, si no hay pugna por el poder. Se observa con frecuencia que el manejo del poder en los planos del dinero, del status, del conocimiento, de la resolutividad.

Por otro lado, para que haya una pareja sana, es necesario haber sanado las heridas de la propia infancia. A menudo la gente dice, no tiene sentido volver al pasado, ya pasó -no quiero recordar o escarbar-; el tema es que así como el desorden de una habitación no se ordenará con el tiempo, sino bajo la acción de ordenar y limpiar; lo que a menudo llamamos pasado son presentes continuos sin resolver. Entonces eso que se cree pasado tan solo sigue siendo un presente no gestionado. Aquí podemos observar que a la pareja se llevan patrones de abandono, miedos, angustias, rabias, miedo al compromiso, a la intimidad, quedar atrapados en apego; adoptar papeles de víctimas o perpetradores, manipulaciones, culpas, lealtades.

La pregunta para ir terminado sería ¿cómo estás siendo pareja? ¿Te reporta felicidad y paz familiar? ¿Hay lugar para la honestidad? ¿Hay algún cambio que necesitas hacer? ¿Hay pareja, sólo dos personas conviviendo?

Ser pareja, una invitación para adultos que no temen quedar atrapados, que no temen a la intimidad, por lo tanto, no necesitan huir, pues está en armonía tanto la capacidad de contacto e intimidad, como de separación y espacio personal

(*) Licenciada en Psicología; coach ontológico profesional; magister en Salud Pública con mención en Atención primaria de la salud; especialista en Salud Pública; consteladora; facilitadora en procesos de comunicación, resolución de conflictos, expansión de la conciencia, liderazgo; coordinación de grupos y conciencia de redes; y facilitadora en entrenamientos a líderes en gestiones de oratoria y comunicación.

 

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