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La novela póstuma de Gabriel García Márquez

Ya está en las librerías "Nos vemos en agosto". El director editorial habló del detrás de escena del magnífico libro.

Viernes, 15 de marzo de 2024 01:02

"Nos vemos en agosto", la novela póstuma de Gabriel García Márquez, llegó a las librerías. Si bien la obra quedó escrita, pero no revisada por el premio Nobel de Literatura en 1982, sus hijos, Gonzalo y Rodrigo, a quienes Gabo les encomendó que, después de su muerte, hicieran con su obra lo que les pareciera mejor, decidieron publicarla.

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"Nos vemos en agosto", la novela póstuma de Gabriel García Márquez, llegó a las librerías. Si bien la obra quedó escrita, pero no revisada por el premio Nobel de Literatura en 1982, sus hijos, Gonzalo y Rodrigo, a quienes Gabo les encomendó que, después de su muerte, hicieran con su obra lo que les pareciera mejor, decidieron publicarla.

De esta manera, el mundo literario celebra un nuevo libro del autor de clásicos de la literatura latinoamericana como "Cien años de soledad", "Crónica de una muerte anunciada" y "El amor en los tiempos del cólera".

Como sucede con la mayoría de los libros póstumos, con el correr del tiempo se van conociendo detalles significativos, como por ejemplo, que García Márquez tenía dudas de si publicar o no la novela.

Así lo reveló el diario español El País, tras revisar los papeles del escritor atesorados en el Harry Ransom Center, de la Universidad de Austin, Texas. En uno de ellos, hay una confesión que Gabo le hizo a Carmen Balcells, su agente, en la que confiesa: "Este libro no sirve. Hay que destruirlo".

Pero los hijos del novelista y albaceas de su obra no piensan lo mismo. En una nota con Infobae en 2023, Rodrigo García Barcha dio su parecer sobre "Nos vemos en agosto". "Pensamos que el libro tenía muchos méritos y yo creo que de verdad los lectores lo van a apreciar, porque es muy de Gabo, y eso se extraña. Él siempre nos dijo a Gonzalo y a mí que cuando ya no estuviera más, nosotros podíamos disponer de su obra como quisiéramos. De manera que le tomamos la palabra", contó.

Los detalles

"Nos vemos en agosto" es una novela corta, de 122 páginas, cuya protagonista es Ana Magdalena Bach, una mujer de mediana edad que ha estado felizmente casada por 27 años y no tiene razones para querer escapar de la vida que ha construido. Sin embargo, cada agosto viaja a visitar la tumba de su madre en una isla y por una noche se convierte en una persona distinta.

García Márquez trabajó larga e intensamente en ella, pero el proceso se vio interrumpido por el deterioro de su memoria. Cristóbal Pera, director editorial de Planeta Estados Unidos, trabajó en vida con García Márquez en la novela y fue también el editor de la versión final del libro.

En entrevista con BBC Mundo, Pera habló del detrás de escena del libro, que muchos califican como el acontecimiento literario del año.

¿Cómo llegó usted a trabajar en "En agosto nos vemos" y cómo fue su relación con García Márquez en ese proceso?

Fui editor de García Márquez desde 2001, cuando colaboré en la edición de sus memorias "Vivir para contarla". Ahí comenzó una relación de editor-autor a distancia, que después cuando me fui a México en 2006 reanudamos en persona. Tuve una relación continua con él en la edición de "Yo no vine a decir un discurso", el libro que recoge todos sus discursos que se publicó en 2010.

Y finalmente, como comento en la nota del editor que va en el libro, la agente de García Márquez, Carmen Balcells, en 2010 me pidió que lo animara a terminar su novela "En agosto nos vemos", de la cual no tenía noticia yo.

Entonces, al regresar a México se lo comenté. Él ya había terminado un primer borrador en 2004. En esa época, 2010 y 2011, ya estaba empezando a perder un poco la memoria y no estaba trabajando realmente en la novela. Pero sí estaba dedicado a corregir una palabra, una frase, para mejorarla, y ahí brillaba su genio, en esas pequeñas correcciones.

Yo pude leer con él delante, en voz alta, tres o cuatro de los capítulos de la novela, y me encantó. Vi que el tema además era inédito para él, con una protagonista que no se había visto en su narrativa.

Y él siguió tomando notas en una versión quinta que tenía entre las versiones que había estado haciendo hasta que finalmente lo fue dejando a medida que su enfermedad progresó.

¿Qué pasó con la novela después de la muerte de García Márquez en 2014?

Después de su muerte, la familia decidió que no era el momento de publicar esa novela, que además él había dicho que no quería publicar en sus últimos años.

Todos los papeles de García Márquez, incluso este manuscrito, llegaron a la Universidad de Texas en Austin para convertirse en el gran archivo de García Márquez. Esta novela no estaba disponible al público en principio, pero alguna gente pudo verla.

Luego de ver que alguna gente había tenido acceso al manuscrito y había dicho que estaba muy bien y que debería publicarse, los hijos de García Márquez finalmente decidieron no hacerle caso al padre y publicarla. Y ahí es cuando me piden que yo trabaje en la edición final de la novela.

Parte de un proyecto narrativo

Cristóbal Pera, que trabajó con García Márquez en la novela y fue también el editor de la versión final del libro, habló de los desafíos que debió enfrentar. “El desafío más grande era el respeto absoluto a la obra de García Márquez. Es una labor de una responsabilidad inmensa. Afortunadamente, tuve la ocasión de trabajar mucho con él codo a codo, con lo cual conocía muy bien su obra, había trabajado con él en correcciones, sabía cómo trabajaba y eso me ayudó. Lo más importante fue leer el manuscrito completo y ver que sí estaba la historia ahí completa, terminada. No había nada que hacer ahí para terminar nada ni había que añadir una frase ni un final, estaba todo ahí.

He hecho el trabajo de editor con el manuscrito que había en un documento de Word y la versión quinta que dejó impresa con muchas anotaciones a mano en los márgenes, con cambios, con cosas. Ahí es en donde yo baso la edición para llegar al texto final. Solamente había que seguir las pistas que él dejó para tomar la decisión de, por ejemplo, eliminar una frase que estaba tachada. Y después, lo que sí tuve que hacer fueron unos cambios que venían dados por verificar datos como nombres de autores que menciona, el trabajo normal de un editor, y algunas cuestiones de coherencia del propio texto”. ¿A qué se refiere con cuestiones de coherencia?

“Hay un par de ejemplos que menciono en la nota del editor. En la novela, la protagonista termina al final el último capítulo con 50 años, con lo cual, haciendo las cuentas, en el primer capítulo tiene 46 años. La cuestión es que, en el primer capítulo, él describe a la protagonista como una mujer cercana a la tercera edad, y él mismo marca esa frase y le pone un interrogante.

Obviamente era de una versión temprana y él se da cuenta de que, claro, una mujer de 46 años no es cercana a lo que entendemos por tercera edad. Allí, yo como editor, simplemente interpretando esa marca de él, quito esa referencia a la tercera edad. Otro ejemplo es que la protagonista conoce a un hombre en el primer capítulo, y en el último capítulo, años después, se reencuentra con él en una calle de una ciudad de la costa, y no lo reconoce al principio porque dice que lleva un bigote que no lo llevaba cuando lo conoció. Y en el primer capítulo, el hombre sí aparece con bigote.

Son cuestiones puramente de coherencia narrativa que él en una revisión final hubiera visto. Entonces, había que quitar la mención del bigote de ese primer capítulo para que tenga sentido esa referencia final. Las intervenciones mías han sido esas: seguir todas sus marcas y simplemente controlar la coherencia narrativa de las edades, la cronología, los nombres, etcétera, etcétera”.