La comunidad de Calilegua se despertó ayer consternada ante la noticia del fallecimiento de uno de sus recordados intendentes: Juan Szemezuk, quien tenía 80 años de edad. Sus restos son velados en la sala de Pieve y a las 11.45 de hoy serán trasladados a Salta para su cremación.
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La comunidad de Calilegua se despertó ayer consternada ante la noticia del fallecimiento de uno de sus recordados intendentes: Juan Szemezuk, quien tenía 80 años de edad. Sus restos son velados en la sala de Pieve y a las 11.45 de hoy serán trasladados a Salta para su cremación.
Don Juan comienza su mandato en el año 1991 como intendente de Calilegua y quienes lo recuerdan dicen: "Fue una persona muy humilde, siempre se caracterizó por su humildad. Cuando llegó a su cargo de intendente, dijo: 'Vengo al municipio no para hacerme rico, vengo para ayudar a la gente'". Otra de las cosas con que lo recuerdan es que le decían "el intendente de las alpargatas" porque siempre andaba de alpargatas y solía recorrer el pueblo visitando a los vecinos. Decía: "Yo en alpargata vine y de alpargata me voy a ir".
Fue intendente durante tres períodos finalizando su carrera política como diputado provincial. Dejó un municipio ordenado tanto administrativamente como contablemente, recuerdan.
Fue el impulsor de la construcción del Museo Regional de Artes Plásticas "Cacique Calilegua", una de las joyas con que cuenta esa ciudad.
Las personas en Calilegua lo recuerdan como "un excelente intendente y sencillo".
Sus allegados hicieron llegar a nuestro diario el siguiente mensaje: "En memoria del querido Juan Szemezuk, un hombre cuyo legado perdurará en los corazones de quienes lo conocieron y en la historia de Calilegua. Con profunda tristeza, nos despedimos de un líder ejemplar, quien dedicó su vida al servicio público con una pasión inquebrantable y un compromiso inigualable. Como tres veces intendente y una vez diputado, Juan Szemezuk dejó una huella imborrable en nuestra comunidad, transformando vidas y contribuyendo al progreso de nuestra ciudad. Su visión, su dedicación y su incansable labor en pos del bienestar común han sido un faro de inspiración para muchos, y su legado perdurará como un recordatorio de los valores de integridad, honestidad y compromiso. Más allá de sus logros políticos, recordaremos a Juan por su cálido corazón y su espíritu generoso. Siempre dispuesto a tender una mano amiga y a escuchar a quienes lo necesitaban, su bondad tocó las vidas de innumerables personas y su ausencia deja un vacío difícil de llenar. Hoy, mientras elevamos nuestras oraciones al cielo, recordamos con cariño y gratitud a un hombre excepcional que ahora descansa en paz. Que su memoria nos guíe en los días venideros y que su ejemplo nos inspire a seguir trabajando por un mundo mejor. Tu legado vivirá por siempre en nuestros corazones".