Son las canciones que conocen todas las generaciones que los siguen desde hace 40 años, cuando empezaron su carrera musical, a pedido de su madre, tal como cuentan en su espectáculo, las que atrapan seguramente. Pimpinela, Lucía y Joaquín Galán llegaron para presentar “Siempre juntos”, el espectáculo con el que recorren el país y el exterior durante este 2024.
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Son las canciones que conocen todas las generaciones que los siguen desde hace 40 años, cuando empezaron su carrera musical, a pedido de su madre, tal como cuentan en su espectáculo, las que atrapan seguramente. Pimpinela, Lucía y Joaquín Galán llegaron para presentar “Siempre juntos”, el espectáculo con el que recorren el país y el exterior durante este 2024.
La cita se había anunciado con mucha antelación, y entonces, el estadio Olímpico de Palpalá estuvo colmado en la noche del domingo pasado, en su mayor parte de mujeres, de 30 años en adelante, pero también se vio mucha juventud, y un cierto número de hombres, que no solo fueron a acompañar a sus parejas, sino que se sabían todas las letras. Pimpinela es símbolo de valores familiares, de comicidad en las relaciones de pareja y también en los últimos años de empoderamiento de las mujeres y del amor inclusivo sin sexo y sin edad.
Encantan porque hablan de lo cotidiano, con un poco de gracia, y otro poco de emoción. Esta nueva llegada a Jujuy fue muy generosa, más de dos horas de show que dejaron muy satisfecho al público cariñoso que se acercó para aplaudirlos. La noche se prestaba, con una temperatura muy agradable, y la organización del espectáculo, que permitió un ingreso ordenado, todo el personal recibió al público muy amablemente indicando sus ubicaciones y el funcionamiento y la forma de circulación durante el espectáculo.
Solo el sonido, que saturaba mucho las voces, y sobre todo cuando los artistas se dirigían al público -no se entendía lo que expresaban- fue un aspecto mejorable de la presentación en Jujuy de Pimpinela. En este espectáculo cuentan la historia familiar, y reflejan la unión de hermanos que los sigue llevando por la vida juntos hasta el día de hoy. Con imágenes que ilustran a los niñitos Galán, vestidos de blanco y tomados de la mano, de espaldas al público caminando por un sendero soñado por momentos y tormentoso en otros, el fondo del escenario es el marco para contar esta historia musical y de vida.
Ellos aparecen también vestidos de blanco, maduros, plantados, sabiendo lo que han logrado y lo que inspiran en su público, y entonces la comunicación es muy fluida, lo que ella pregunta y lo que ellas le contestan, lo que él pregunta y lo que ellas le reprochan, todo bajo un tono de mucha simpatía. Sin dudas las letras dedicadas a los padres, a la familia, a los que no están, al derecho de cumplir los sueños, son las que traen a la velada, alguna lágrima de emoción y de recuerdo. “Todos tenemos alguien por quien llorar...”. Nos recordaron una vez más Lucía y Joaquín Galán.