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El Chaco tripartito es la puerta abierta para el tráfico de drogas

La extensa geografía que comparten Salta, Chaco y Formosa están surcadas por caminos narcos.Muchas de las picadas que bordean interminables alambrados fueron abiertas para sacar madera.
Domingo, 23 de julio de 2017 00:00

La soledad de la parte de la región chaqueña compartida con Salta por tres provincia limítrofes se convirtió en el epicentro del tráfico de los más voluminosos cargamentos de drogas.

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La soledad de la parte de la región chaqueña compartida con Salta por tres provincia limítrofes se convirtió en el epicentro del tráfico de los más voluminosos cargamentos de drogas.

De a poco se transformó en la ruta más segura no solo por aire, sino por tierra y por agua.

Es por ahora la zona operativa narco más extensa de toda la república, porque así lo demuestran los secuestros de toneladas de cocaína y otras tanto de marihuana que ingresan a diario por esa puerta abierta de nuestro país.

El Tribuno recorrió estas rutas, en realidad caminos vecinales, rutas provinciales y en su gran mayoría picadas en los montes que sortean los distintos latifundios hoy alambrados y deforestados, sin control alguno.

Desde Taco Pozo, en la provincia de Chaco, hasta el punto tripartito de Fortín Belgrano, donde el río Bermejo oficia de límite natural entre dos provincias, Formosa y Chaco, y una barrera hídrica entre Salta y Formosa, El Tribuno pudo comprobar la veracidad de las interminables denuncias de los pocos puesteros que aún quedan en la zona.

Sobre el límite con Taco Pozo, en el extremo sur de la provincia un afincado ganadero expuso sin pelos en la lengua que llegó a ver incluso al piloto del avión cuando pasaron sobre su rancho.

"Eran cuatro aviones, uno detrás de otro. En una sola semana contamos algo así como tres por día de promedio.

Uno de ellos me dejó grabado sobre mis ojos la imagen del piloto, que creo que hasta nos llegó a saludar levantando la mano. Pasó por sobre el patio, a vuelo rasante, de ida y de vuelta, jamás había visto algo así, tan seguido.

El campesino nos indicó entonces que tomemos la divisoria límitrofe, una picada abierta hace muchas décadas, pero nos advirtió que Chaco adentro la misma se hacía inconstante.

40 kilómetros al norte de Taco Pozo la picada divisoria está invadida por alambrados de las dos provincias y la picada oficial ya no existe.

Allí comienza un laberinto de caminos vecinales, la mayoría sobre territorio chaqueño.

Al decir de uno de los puesteros de la zona "Todos los caminos conducen a Chaco", demostrando una vez más que la provincia de Salta no tiene caminos en condiciones sobre El Impenetrable. La conclusión es triste. Las vías de la vecina provincia de Chaco están mejor cuidadas y la razón es que en Salta casi ya no quedan aserraderos, porque fueron perseguidos por ley. Chaco no prohíbe o controla esa actividad, así que la madera de Salta, robada o no, pasa por esas sendas, picadas y luego rutas provinciales para transformarse en muebles que luego sí ingresan a la provincia.

Esos son ahora los caminos de los narcos, de las camionetas 4x4 que surcan día a día el intrincado laberinto.

Quedan muy pocos testigos, porque los antiguos habitantes de región chaqueña compartida por las provincias del noroeste fueron expulsados de sus puestos o explotaciones familiares, ahora convertidos en latifundios alambrados y despoblados. Para muchos en estas extensas planicies sin caminos de ingreso abiertos se esconden las pistas clandestinas o los lugares donde los pilotos bolivianos y paraguayos hacen llover droga por toneladas.

Más al norte, para dar con la línea Barilari, el límite convencional entre Chaco y Salta, hay que ingresar por rutas chaqueñas hasta la población de Comandancia Frías, luego retomando la Barilari se llega al punto tripartito entre Formosa Salta y Chaco.

En el ínterin, puesteros corroboraron los vuelos casi todos los días de semana. "A veces pasan oscuro, antes que rompa el alba, otras al atardecer y regresan con las últimas luces, siempre sobre los árboles, cuando uno siente el motor ya están encima", aseguró.

Cerca del río Bermejo otro campesino dijo "parece que anda bien el negocio, porque antes pasaba un avión por semana, ahora tres o cuatro por día".

La Juana Azurduy, la entrada más usada

Esa vía atraviesa todo el Chaco salteño y discurre por la provincia de Chaco. 

Un puestero del Chaco afirmó que antes de la hora de un vuelo se nota un intenso tráfico de camionetas por la ruta Juana Azurduy, que atraviesa parte de la llanura chaqueña.
El criador sentenció con ironía: “Viene volando, pero en algún lugar se va en camioneta”. 
Ya sobre el límite fluvial del Bermejo, los testimonios son contundentes. 
Aunque ya en esa zona, tanto en el pueblo de Fortín Belgrano de Formosa, como en el de Chaco, e incluso el caserío de la homónima población salteña, muchos viven del contrabando y de esta actividad.
Un habitante de Fortín Belgrano chaqueño advirtió que hay tantas chalanas en el Bermejo que las mercancías esperan sobre las orillas selváticas del Bermejo la llegada de una de estas embarcaciones que la cruzan a territorio salteño.
“No solo cruzan la mercancía, a veces droga, sino que también cruza la motocicleta y el baquiano que las llevará hasta un punto indefinido del Chaco interprovincial.
Algo que llamó poderosamente la atención es que en la población de Fortín Belgrano chaqueña, vecina de su homónima salteña, el río se aleja del poblado y de la ruta provincial que lo atraviesa, por lo que en el antiguo cauce del mismo han proliferado los caminos de motos.
Son sendas estrechas en medio de la espesura de un lugar casi selvático, aún en invierno.
Arriba una densa sombra de añosos árbles y abajo una enmarañada vegetación hacen de estos caminos las únicas vías para acceder al río, donde se encuentran las chalanas, que aún sin puerto ni registro salen a traficar toda clase de artículos y personas a cualquier hora, incluso en la noche o cuando llueve.
En resumen en el Chaco tripartito, por tierra, por aire o por agua, es la puerta abierta del tráfico mayorista de drogas.
Ya sobre el límite fluvial del Bermejo, los testimonios son contundentes.

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