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A 30 años del “día del arquero”: Goycoechea fue héroe y Argentina eliminó a Italia

El 3 de julio de 1990, Sergio Goycochea volvió a ser clave para que aquella recordada selección deje en el camino al dueño de casa y pase a la final de la Copa del Mundo.
Viernes, 03 de julio de 2020 02:17

Hay un refrán muy conocido que dice “no hay mal que por bien no venga”. Esto le sucedió a la Selección argentina en el Mundial de Italia 1990. Ante la dura lesión de Nery Pumpido, campeón del mundo cuatro años antes, en la segunda fecha del grupo B ante la URSS, ingresó en su lugar Sergio Javier Goycochea y comenzó a escribir su historia más trascendente como arquero del seleccionado nacional, que lo terminó de consagrar hace exactamente 30 años, cuando el 3 de julio del 90, en la épica semifinal ante Italia atajaba en la defición por penales, tras tensos 120 minutos de juego, los disparos de Roberto Donadoni y Aldo Serena, para -con la conversión del tiro del gran Diego Armando Maradona en el medio de esas dos monstruosas atajadas- silenciar así al mítico San Paolo de Napoli, repleto de italianos y dejar afuera de la gran final al dueño de casa, en una de las definiciones más recordadas y emotivas del seleccionado argentino en la historia de los mundiales. 
Ese 3 de julio -como ya lo había sido tres días antes la definición, también por penales y que tuvo al Goyco otra vez como héroe, ante Yugoslavia, por los cuartos de final- fue un antes y un después para la carrera deportiva y la vida del arquero.
Hace exactamente tres décadas, la Selección, con un tendal de lesionados, dudas sobre su juego y con Maradona en una pierna, ponía de rodillas al país organizador, que había ganado todos sus partidos y no le habían convertido goles. Parecía casi imposible que Argentina le ganara, más aún con el gol de Schillaci en el primer tiempo, que puso al anfitrión arriba.
Sin embargo, empató Claudio Caniggia en el segundo tiempo para sorpresa de muchos, y le dio vida a la Albiceleste. 
Y otra vez los penales. Y, otra vez, Goyco fue heroico. 
 

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Hay un refrán muy conocido que dice “no hay mal que por bien no venga”. Esto le sucedió a la Selección argentina en el Mundial de Italia 1990. Ante la dura lesión de Nery Pumpido, campeón del mundo cuatro años antes, en la segunda fecha del grupo B ante la URSS, ingresó en su lugar Sergio Javier Goycochea y comenzó a escribir su historia más trascendente como arquero del seleccionado nacional, que lo terminó de consagrar hace exactamente 30 años, cuando el 3 de julio del 90, en la épica semifinal ante Italia atajaba en la defición por penales, tras tensos 120 minutos de juego, los disparos de Roberto Donadoni y Aldo Serena, para -con la conversión del tiro del gran Diego Armando Maradona en el medio de esas dos monstruosas atajadas- silenciar así al mítico San Paolo de Napoli, repleto de italianos y dejar afuera de la gran final al dueño de casa, en una de las definiciones más recordadas y emotivas del seleccionado argentino en la historia de los mundiales. 
Ese 3 de julio -como ya lo había sido tres días antes la definición, también por penales y que tuvo al Goyco otra vez como héroe, ante Yugoslavia, por los cuartos de final- fue un antes y un después para la carrera deportiva y la vida del arquero.
Hace exactamente tres décadas, la Selección, con un tendal de lesionados, dudas sobre su juego y con Maradona en una pierna, ponía de rodillas al país organizador, que había ganado todos sus partidos y no le habían convertido goles. Parecía casi imposible que Argentina le ganara, más aún con el gol de Schillaci en el primer tiempo, que puso al anfitrión arriba.
Sin embargo, empató Claudio Caniggia en el segundo tiempo para sorpresa de muchos, y le dio vida a la Albiceleste. 
Y otra vez los penales. Y, otra vez, Goyco fue heroico. 
 

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