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La salteña sometida a una cirugía compleja ya puede hacer su vida normal: “Yo antes vivía a medias”

A Josefina Liendro le enfriaron el cuerpo a 18° y le sacaron la sangre. Padecía de una hipertensión pulmonar tromboembólica crónica, una de las 8 mil enfermedades raras, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Martes, 18 de abril de 2023 00:00

Josefina Angélica Liendro tiene 63 años, vive en el barrio 13 de Abril, en la capital salteña, y se recupera favorablemente de una cirugía extraordinaria y de altísima complejidad que le practicaron en Buenos Aires hace casi un mes. Se trató de una tromboendarterectomía pulmonar, que consistió en enfriar su cuerpo a 18 grados, extraerle los cinco litros de sangre, extirpar un trombo con todas sus ramas de los pulmones y finalmente recalentar el organismo.

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Josefina Angélica Liendro tiene 63 años, vive en el barrio 13 de Abril, en la capital salteña, y se recupera favorablemente de una cirugía extraordinaria y de altísima complejidad que le practicaron en Buenos Aires hace casi un mes. Se trató de una tromboendarterectomía pulmonar, que consistió en enfriar su cuerpo a 18 grados, extraerle los cinco litros de sangre, extirpar un trombo con todas sus ramas de los pulmones y finalmente recalentar el organismo.

Josefina trabajaba en el comercio. Tiene tres hijos y cuatro nietos. Durante 26 años estuvo diagnosticada erróneamente con asma. Es que la enfermedad que padecía, la hipertensión pulmonar tromboembólica crónica es una de las 8 mil enfermedades raras, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

"No era conocido el tema de mi enfermedad. Gracias a Dios y a la derivación de una hematóloga llegué a manos de la cardióloga especialista Valentina Botelli, una referente en Salta. Trabaja en el hospital San Bernardo. Ella dio rápido con mi diagnóstico y me derivó a Buenos Aires", contó Josefina a El Tribuno.

Agregó que la situación de su salud llegó al extremo "por ignorancia, de parte mía, padecí un cáncer de endometrio a los 36 años. Eso provocó la trombosis en los dos pulmones. En esa época la obra social no cubría hematólogo. Tenía que pagarlo. Después del cáncer y con hijos pequeños la economía no me daba para eso".

Expresó que pensaba que como el cáncer estaba solucionado, nada peor podría ocurrir. "Y en realidad esto era peor y no lo sabía. Por años no me traté. No fui al hematólogo. No estaba anticoagulada y lógicamente esos coágulos, con los años, se endurecieron".

En 1996 sufrió un tromboembolismo pulmonar agudo, después otros episodios hasta que la enfermedad se le hizo crónica.

"Es sumamente importante que ante un paciente con falta de aire los médicos le pregunten si alguna vez tuvo trombosis en las piernas. De esta forma se prende una lamparita para dar con el diagnóstico acertado. Hay que pensar en esta enfermedad, que se conoce poco", Marcelo Nahin.

El síntoma principal era la disnea de ejercicio, es decir, que cuando Josefina se ponía en movimiento, aunque eran menores, empezaba a notar la falta de aire. En el último tiempo hasta comer le producía falta de aire al tragar. Tampoco podía caminar 10 metros porque se agitaba.

Durante esos años Josefina le consultó a varios médicos por su cuadro, pero ninguno supo diagnosticarla acertadamente, hasta que llegó a manos de la doctora Botelli, quien se contactó con personal del hospital El Cruce, ubicado en Florencio Varela, provincia de Buenos Aires, uno de los 40 centros médicos del mundo que realizan la intervención y el único hospital público de la Argentina donde se hace este procedimiento complejo. Marcelo Nahin es el cirujano jefe del equipo y ya realizó 32 operaciones de esta magnitud. En principio hubo consultas por telemedicina.

"Yo tengo mucha fe. Eso creo que me sostuvo. Creo en Dios creador de todas las cosas. El nos envió aquí con un propósito. La vida es hermosa. Yo antes vivía a medias, aislada entre cuatro paredes", manifestó.

Añadió que cuando le propusieron la cirugía sintió el impulso de "jugársela". "Era a todo o nada, porque también pensaba que me podía quedar en el quirófano. Mi caso era bastante complicado y los médicos habían operado a varios, pero ninguno tan añejo como el mío", precisó.

La intervención quirúrgica tuvo una particularidad: fue cubierta por periodistas del diario La Nación. "Cuando me propusieron que mi operación fuera cubierta periodísticamente quedé encantadísima, porque difundir esto significa prevenir para que a la gente no le pase".

Actualmente Josefina permanece aislada por precaución y bajo cuidados especiales. Contó que curiosamente no padeció dolores. "Eso lo hace un poco complicado porque a veces me olvido y quiero hacer las cosas de la casa que no son convenientes para la operación. Tengo que tener mucho cuidado para no echar a perder todo lo que valioso que se hizo. Mi familia me ayuda a hacer algunas cosas, pero después me muevo solita", dijo.

LA CIRUGÍA 

1) ENFRIAMIENTO: en la 1ª fase se extrae la sangre que pasa a una máquina. El objetivo es llegar a 18 grados.

2) PARO CIRCULARTORIO: el cirujano debe ingresar a la arteria pulmonar y extirpar el trombo en 40 minutos.

 3) RECALENTAMIENTO: la máquina de circulación eleva la temperatura de la sangre que reingresa al cuerpo.

Destacó la importancia del cuidado de la salud y de ser responsable con uno mismo. "A veces decimos que Dios no permita que nos enfermemos, pero generalmente nos enfermamos porque no nos cuidamos. No es que Dios nos ponga una prueba. Eso no es verdad. Hay que tener más conciencia de nuestro cuerpo. Es una maquinaria perfecta. Somos perfectos porque somos creados por un Dios perfecto que así nos hizo, y si no miren a estos seres brillantes como el doctor Marcelo Nahin. Son maravillosos y están en Argentina", finalizó Josefina.

El médico

En diálogo con El Tribuno, Nahin expresó que representa todo un desafío cada vez que hacen una cirugía. "Nos pone muy contentos porque es curativa, o sea, son pacientes que pasan de tener una calidad de vida muy mala a quedar curados", manifestó.

Y añadió: "Era la primera vez que en nuestro programa de tromboemderectomía pulmonar, hacemos la intervención con dos periodistas dentro del quirófano. Entonces, ya de por si es una cirugía complejísima y tomar la decisión de dar el sí, porque esto fue una propuesta periodística del diario La Nación, ya que en febrero nos habían hecho una nota sobre una paciente".

La cobertura periodística de la cirugía tiene un doble objetivo: por un lado visibilizar la enfermedad y por otro demostrar que si es realizada en el lugar y con el equipo indicado tiene muy buenos resultados.

Josefina ingresó al quirófano el 21 de marzo pasado y recibió el alta a los 7 días. El primer día permaneció intubada, pero luego de unas horas se le retiró la asistencia mecánica respiratoria y podía hablar. Al cuarto día ya caminaba por la habitación. "La recuperación fue excelente", dijo.

Destacó la importancia de poner en agenda la patología. "Es fundamental que ante un paciente con falta de aire los médicos le pregunten si alguna vez tuvo trombosis en las piernas. De esta forma se prende una lamparita. Hay que pensar en esta enfermedad porque no se puede diagnosticar lo que no se conoce y no se piensa en lo que no se conoce".

 

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