En una muestra conmovedora de fe y devoción, un grupo de 50 valientes peregrinos emprendió un viaje épico que se ha convertido en la peregrinación más larga en la historia del Milagro. A lo largo de la ruta 9, se fueron uniendo a ellos más promesantes del Milagro, y la peregrinación creció a más de miles de almas. Salta se encuentra inmersa en una verdadera fiesta del Milagro, donde la fe y la devoción unen a la comunidad en un profundo acto de amor y gratitud.
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En una muestra conmovedora de fe y devoción, un grupo de 50 valientes peregrinos emprendió un viaje épico que se ha convertido en la peregrinación más larga en la historia del Milagro. A lo largo de la ruta 9, se fueron uniendo a ellos más promesantes del Milagro, y la peregrinación creció a más de miles de almas. Salta se encuentra inmersa en una verdadera fiesta del Milagro, donde la fe y la devoción unen a la comunidad en un profundo acto de amor y gratitud.
Con lágrimas en los ojos y corazones llenos de emoción, estos fieles comenzaron su travesía el pasado 1 de septiembre desde Santa Victoria Oeste, con el firme propósito de llegar a la Catedral de Salta y postrarse a los pies del Señor y la Virgen del Milagro.
A lo largo de 13 días arduos, recorriendo una distancia de 540 kilómetros, estos intrépidos peregrinos han enfrentado innumerables desafíos en su camino. Desde empinados cerros hasta traicioneras montañas, pasando por caminos de piedra y tierra, han superado obstáculos físicos y mentales para cumplir con su promesa.
Hoy, finalmente, han llegado a su destino. Entre abrazos, lágrimas de alegría y risas contagiosas, fueron recibidos con una cálida bienvenida por el cura de la Catedral, quien los invitó a entrar y recibir la bendición que tanto ansiaban. Es un momento de profunda gratitud y emoción para estos peregrinos, quienes han cumplido una promesa, expresando su compromiso y devoción a los santos patronos.
Los peregrinos son un ejemplo de la fuerza de la fe y la determinación humana. Han demostrado que, cuando se camina con el corazón, no hay distancia demasiado larga ni desafío demasiado grande que no pueda superarse. Su historia de devoción y perseverancia inspira a todos nosotros a creer y a mantener viva la llama de la fe en nuestros corazones.